Los 4 tipos de gérmenes (y sus características)

Germen es un concepto que hace referencia a cualquier bacteria, virus, hongo o protozoo capaz de infectar nuestro cuerpo y hacernos enfermar. Veamos cómo se clasifican estos microorganismos patógenos.

Tipos gérmenes

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), 6 de las 10 mayores amenazas para la salud pública mundial están relacionadas con lo que popularmente conocemos como gérmenes, es decir, organismos microscópicos capaces de infectar los tejidos y órganos de nuestro cuerpo y de hacernos enfermar.

Existen más de mil millones de especies de bacterias, aproximadamente 600.000 de hongos, unas 50.000 de protozoos y no sabemos exactamente cuántas de virus, pero su cifra rondaría también los mil millones. Por lo tanto, hay infinidad de organismos microscópicos en el mundo.

Pero, ¿todos ellos nos pueden causar enfermedades? No. Ni mucho menos. Se estima que, de todas estas miles de especies de seres unicelulares, solo unas 500 son capaces de hacernos enfermar. En otras palabras, se cree que hay unos 500 gérmenes distintos que pueden infectar nuestro cuerpo.

Pero, ¿qué son exactamente los gérmenes? ¿Todos son graves? ¿Cómo se clasifican? En el artículo de hoy responderemos a estas y otras preguntas acerca de los gérmenes, los cuales conforman un grupo no oficial de microorganismos que incluyen a las bacterias, hongos, virus y protozoos patógenos.

¿Qué es exactamente un germen?

El concepto de germen es muy famoso a nivel social, pero lo cierto es que carece de demasiada aceptación dentro del mundo científico, concretamente en el ámbito de la Microbiología. Aun así, es cierto que es útil para designar, de forma sencilla, a un grupo concreto de seres vivos.

En este sentido, un germen es un patógeno microscópico unicelular capaz de infectar algún órgano y tejido de nuestro cuerpo y de hacernos enfermar. Por lo tanto, se trata de un grupo concreto de patógenos, pues estos quedan definidos como aquellos organismos capaces de provocarnos una patología infecciosa. Con el término de “germen”, acotamos más y nos quedamos únicamente con los patógenos unicelulares y, por lo tanto, microscópicos.

En una definición un poco más infantil pero comprensible, un germen puede entenderse como un ser diminuto invisible a nuestros ojos pero que, por distintas vías de transmisión (entre personas, por ingesta de alimentos contaminados, por mordeduras de animales, por inhalación, por picaduras de insectos…), puede llegar a nuestro organismo, colonizar una parte de él y desatar una patología más o menos grave.

En este contexto, si dentro del grupo de “patógenos” tenemos a las bacterias, virus, hongos, helmintos, protozoos y priones; para hablar de “germen” debemos sacar de la ecuación a los helmintos (por ser parásitos pluricelulares macroscópicos) y a los priones (por ser proteínas que no pueden considerarse como seres vivos).

Además, aunque esto ya es algo más subjetivo que depende la fuente bibliográfica consultada, el grupo de los patógenos no solo engloba a los que afectan al ser humano, sino a otras especies de animales e incluso de plantas. Con los gérmenes, en cambio, solo nos referimos a los que afectan a las personas.

En resumen, un germen es cualquier microorganismo unicelular capaz de infectar el cuerpo humano y desencadenar en él una enfermedad más o menos grave. Es un grupo más acotado dentro de los patógenos donde nos quedamos únicamente con las bacterias, virus, hongos y protozoos que tienen, en el ser humano, su hábitat predilecto.

¿Cómo se clasifican los gérmenes?

Ahora que ya hemos entendido perfectamente qué es un germen, podemos ver cuáles son sus principales tipos, aunque también los hemos introducido. Recordemos que se trata de un grupo muy variado de organismos que no reúnen prácticamente ninguna (por no decir directamente ninguna) característica común más allá de infectar al ser humano, por ello es un término bastante en desuso. El concepto de “patógeno”, aunque también tiene límites difusos, está más aceptado en el ámbito científico que el de “germen”. Aun así, veamos cómo se clasifican estos gérmenes.

1. Bacterias

Las bacterias son seres vivos unicelulares procariotas, lo que significa que, a diferencia de los eucariotas (animales, plantas, hongos, protozoos y cromistas), no disponen de un núcleo delimitado en el citoplasma. Su ADN se encuentra libre, flotando en este medio celular interno.

Sea como sea, se trata de unos seres formados por una única célula y con un tamaño que oscila entre los 0,5 y los 5 micrómetros, que es la milésima parte de un milímetro. Se trata de un grupo formado por más de mil millones de especies (de las cuales hemos identificado poco más de 10.000) que pueden desarrollar cualquier metabolismo posible.

Y algunas de estas especies (muy pocas, en realidad) se han adaptado a ser patógenas del ser humano, conformando así el grupo más relevante (junto a los virus) de gérmenes, causantes de enfermedades bacterianas como la salmonelosis, la neumonía, la gastroenteritis, la conjuntivitis, la gonorrea, la meningitis, el tétano, las caries, el botulismo, la tuberculosis…

Por lo tanto, siendo el reino de seres vivos más abundantes de la Tierra (se estima que en el mundo podría haber más de 6 millones de millones de trillones de bacterias) y teniendo la mayor parte de especies como no patógenas (es más, nuestro cuerpo es hogar de más de 100 millones de millones de bacterias beneficiosas y que constituyen la flora), algunas sí que pueden comportarse como gérmenes, colonizando nuestro cuerpo y haciéndonos enfermar.

Afortunadamente, las enfermedades infecciosas causadas por estos gérmenes pueden tratarse de forma efectiva a través de la administración de antibióticos, unos medicamentos que matan a las bacterias o inhiben su crecimiento. Aunque debemos vigilar, pues su mal uso está potenciando la aparición de resistencias bacterianas a estos antibióticos.

Bacteria germen

2. Virus

Los virus son estructuras orgánicas tan sencillas que ni siquiera reúnen todas las condiciones necesarias para ser considerados seres vivos. Sea como sea, podemos definirlos como unas partículas infectivas, unas estructuras de naturaleza orgánica que tienen que infectar una célula viva para completar su ciclo de replicación.

Los virus son simplemente una cápside proteica que recubre un material genético que contiene todos aquellos genes necesarios para desencadenar el proceso infectivo y patogénico. Son los gérmenes más pequeños, pues su tamaño suele ser de unos 100 nanómetros, que es la millonésima parte de un milímetro.

Los virus, a diferencia de las bacterias, siempre se comportan como patógenos, pero no todos afectan, evidentemente, al ser humano. Los que sí que lo hacen, penetran en nuestras células (las bacterias no lo hacen) y utilizan sus mecanismos de replicación y sus proteínas intracelulares para generar copias de sí mismos.

Su principal problema, pues, es que además de ser totalmente insensibles a los antibióticos, se esconden del sistema inmunitario, pues están dentro de células de nuestro propio cuerpo. De ahí que sean los gérmenes más exitosos de todos. Algo que se acrecenta todavía más si tenemos en cuenta su eficacia para mutar constantemente y para propagarse.

Los virus son responsables de enfermedades como el resfriado común, la gripe, el COVID-19, el ébola, la conjuntivitis, la meningitis, la gastroenteritis (en su modalidad vírica, la enfermedad más contagiosa del mundo), el sarampión, la varicela, la hepatitis, el SIDA, etc.

Virus

3. Hongos

Los hongos son organismos eucariotas que pueden ser tanto unicelulares (como la levadura) o pluricelulares (como las setas), por lo que su diversidad es enorme. De todos modos, los que nos interesan hoy son los unicelulares, pues dentro de este grupo se encuentran los gérmenes fúngicos.

Hay hongos unicelulares capaces de comportarse como patógenos. Estos seres, que son más grandes que las bacterias (miden entre 4 y 50 micrómetros), tienen una pared celular compuesta por quitina, que les da rigidez y que permite la comunicación con el exterior. Los hongos se alimentan siempre por heterotrofia (consumen materia orgánica) y se reproducen mediante la producción y liberación de esporas.

En este sentido, los gérmenes fúngicos son aquellos hongos unicelulares que crecen en nuestros tejidos, alimentándose de nuestras células. Aun así, hay que tener en cuenta que es un grupo poco relevante, pues además de que solo el 0,1% de las especies de hongos pueden afectarnos, disponemos de antifúngicos, unos medicamentos que matan a estos gérmenes.

Y, a diferencia de las bacterias y virus, no suelen desarrollarse en órganos y tejidos internos, sino que suelen hacerlo externamente. De hecho, el hábitat predilecto de los gérmenes fúngicos son las capas externas de la piel, pues ahí disponen de alimento y de humedad.

Por lo tanto, la mayoría de micosis (un proceso de infección por parte de un hongo) son superficiales, como por ejemplo los pies de atleta, la candidiasis oral o vaginal, la dermatofitosis, la onicomicosis (infección de las uñas) o la balanitis (infección del glande del pene). Las micosis internas suelen desarrollarse solo en personas inmunodeprimidas pero sí que pueden ser graves, como por ejemplo la aspergilosis (infección de los pulmones) o la esporotricosis (una infección subcutánea que puede permitir el paso del hongo a la circulación sanguínea).

Hongo

4. Protozoos

Los protozoos son, seguramente, los mayores desconocidos de esta lista. Los protozoos conforman su propio reino y se trata de organismos unicelulares eucariotas que se alimentan de otros seres (generalmente, bacterias) mediante un proceso de fagocitosis, es decir, de absorción. Los protozoos se comen a otros microorganismos. Son depredadores unicelulares.

Para entenderlo y pese a que es incorrecto, podemos pensar en ellos como animales unicelulares. No disponen de ninguna cobertura celular rígida, lo que les permite disponer de sistemas de movilidad para desplazarse de forma activa.

Se trata de seres muy vinculados a la humedad, por lo que todos ellos se encuentran en el agua o, como mucho, en suelos muy húmedos. Conocemos unas 50.000 especies y su morfología es muy diversa, aunque ninguna de ellas puede verse a simple vista. La mayoría miden entre 10 y 50 micrómetros, aunque hay ejemplares de amebas (que son un grupo dentro de los protozoos) que pueden llegar a medir 500 micrómetros.

Son los gérmenes más grandes pero los menos relevantes a nivel clínico, pues tienen una incidencia baja, al menos en países desarrollados. Aun así, en países con menos suerte, los protozoos son gérmenes muy peligrosos. Y es que la malaria, la leishmaniosis, la enfermedad de Chagas, la giardiasis e incluso la meningoencefalitis amebiana (provocada por la famosa ameba comecerebros) están causadas por protozoos.

Protozoo germen
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