Los 20 tipos de obesidad (y sus características)

La obesidad es una enfermedad que afecta a 650 millones de personas en el mundo y que tiene graves consecuencias a nivel de salud tanto física como emocional. Veamos qué clases de obesidad existen.

Tipos obesidad

Si nos preguntaran cuál es la mayor pandemia del siglo XXI, seguro que, a día de hoy, todos pensaríamos en el COVID-19, pero lo cierto es que, si bien es cierto que esta situación ha paralizado y cambiado por completo el mundo, ya llevábamos tiempo enfrentándonos a una pandemia gravísima: la obesidad. Una de las mayores alarmas de salud pública en la mayoría de países desarrollados.

Y es que estamos hablando de que 1.900 millones de personas tienen sobrepeso y, de ellas, 650 millones presentan obesidad, una enfermedad muy grave que compromete enormemente nuestra salud tanto física como emocional, estando detrás de patologías como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, trastornos óseos, depresión…

Diga lo que se diga, la obesidad es una enfermedad. Y lo primero que debemos hacer para, como sociedad, combatir esta pandemia, es aceptar esto para así implementar medidas para potenciar los hábitos saludables de una población que cada vez come peor y es más sedentaria. Los dos ingredientes explosivos para desarrollar obesidad.

Y en este contexto, conocer las bases clínicas de la obesidad se hace esencial. Así pues, en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, además de entender exactamente qué es la obesidad, veremos de qué formas distintas puede manifestarse esta enfermedad.

¿Qué es la obesidad?

La obesidad es una enfermedad metabólica en la que se observa un estado patológico por un exceso de acumulación de tejido graso en el cuerpo. Se trata de una patología que se diagnostica cuando el índice de masa corporal (IMC) de una persona supera un valor de 30. Es un problema de salud que va mucho más allá de lo estético, pues compromete gravemente nuestra salud física y emocional.

Y es que la obesidad, una enfermedad que sufren 650 millones de personas en el mundo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (con el consecuente incremento de las probabilidades de padecer un infarto cardíaco), diabetes tipo 2, cáncer, trastornos óseos, daños en el aparato locomotor, depresión, etc.

Además, por muy extraño que parezca teniendo en cuenta lo muy estudiada que está la obesidad, sus causas siguen sin estar del todo claras. De hecho, ni siquiera sabemos si el hecho de comer mucho es realmente la causa, pues hay estudios que sugieren que este comportamiento abusivo con la comida es, en realidad, la consecuencia de un problema metabólico de fondo.

De ahí que generalmente se hable de la obesidad como una enfermedad metabólica que surge por alteraciones en las rutas metabólicas de obtención de nutrientes. Pero esto no significa que no se pueda tanto prevenir como combatir. De hecho, llevar una alimentación saludable y practicar ejercicio físico con regularidad (e incluso solicitar atención psicológica si vemos que por nosotros mismos no podemos superar el problema) son, en la inmensa mayoría de casos, una certeza de no sufrir obesidad.

En este sentido, aunque sea totalmente cierto que haya cierta predisposición, los factores ambientales como la dieta, las horas de actividad física o las horas de sueño tienen una gran importancia. Pero para saber cómo abordar la situación, debemos saber en qué situación se encuentra exactamente la persona. Pues existen diversos tipos de obesidad y cada uno es de una gravedad específica.

¿Qué clases de obesidad existen?

La obesidad es, como hemos dicho, una enfermedad que consiste en un estado patológico a causa de una excesiva acumulación de grasa en los tejidos del organismo. Ahora bien, más allá de esta definición, hay matices. Veamos, pues, qué tipos de obesidad existen según el IMC, según la causa y según la distribución de la grasa.

1. Sobrepeso

Empezamos nuestra lista con el sobrepeso, el cual no se considera realmente obesidad. Tiene un peso superior al que debería tener para su estatura pero no está obesa. Una persona tiene sobrepeso si su índice de masa corporal (IMC) se encuentra entre 25 y 29,9. Pero que no sea obesidad no significa que no haya riesgos para la salud. También debe abordarse la situación y perder peso.

obesidad imc

2. Obesidad de bajo riesgo

La obesidad de grado I, también conocida como obesidad de bajo riesgo, es aquella que se diagnostica cuando el IMC de la persona está entre 30 y 34,9. Ya se considera obesidad propiamente dicha.

3. Obesidad de riesgo moderado

La obesidad de grado II, también conocida como obesidad de riesgo moderado, es el segundo nivel de obesidad. Se diagnostica cuando el IMC de la persona está entre 35 y 39,9. Evidentemente, los riesgos para la salud son mayores.

4. Obesidad mórbida

La obesidad de grado II, también conocida como obesidad de alto riesgo o más comúnmente como obesidad mórbida, es ya una situación muy grave para la salud física y emocional. Se diagnostica cuando el IMC de la persona es igual o mayor a 40 pero menor que 50.

5. Obesidad extrema

La obesidad de grado IV, también conocida como obesidad extrema, es la forma más patológica de obesidad, con un sobrepeso enorme. Se diagnostica cuando el IMC es igual o mayor que 50.

6. Obesidad abdominal

Analizados ya los tipos de obesidad en función del IMC, vamos a ver ahora qué clases de obesidad existen según la distribución de la grasa. La obesidad abdominal, central o androide, también conocida como “obesidad con forma de manzana”, es aquella en la que la grasa se acumula principalmente a la altura o por encima de la cintura. La acumulación excesiva se da en cualquier región del tronco superior. Es, por distribución, la forma más grave.

obesidad abdominal

7. Obesidad periférica

La obesidad periférica o ginoide, también conocida como “obesidad con forma de pera”, es aquella en la que la grasa se acumula principalmente por debajo de la cintura, especialmente en caderas y muslos. La acumulación excesiva, pues, se da en el tronco inferior. No tiene tanto riesgo a nivel de salud cardiovascular como la abdominal, pero sigue siendo peligrosa.

8. Obesidad glútea

La obesidad glútea es un tipo específico de obesidad periférica en la que la acumulación de grasa se da de forma casi única entre la cintura y las rodillas, especialmente en la cara interna de las rodillas, dando lugar a un perfil de obesidad muy característico sobre todo en mujeres que suele comenzar en la pubertad y empeorar llegada la menopausia.

9. Obesidad circulatoria capilar

La obesidad circulatoria capilar es una forma de obesidad ligada a la herencia genética que suele manifestarse en forma de celulitis y que se debe a una acumulación patológica de grasa en las extremidades tanto inferiores como superiores. Suele surgir a partir de la pubertad.

10. Obesidad circulatoria venosa

La obesidad circulatoria venosa es aquella forma de obesidad en la que la acumulación excesiva de grasa se produce en las extremidades inferiores. Suele surgir a raíz de los embarazos y tiende a provocar inflamación de las paredes de las venas.

11. Obesidad homogénea

Por obesidad homogénea entendemos aquella situación en la que la grasa se acumula en todo el cuerpo de forma más o menos regular. Es decir, no hay ninguna zona concreta del organismo que destaque por presentar más tejido graso. Es una obesidad uniforme.

12. Obesidad dietética

Habiendo visto ya los tipos de obesidad en función tanto del IMC como de la distribución de grasa, llega el momento de, por último, analizar qué clases de obesidad existen según su causa. La obesidad dietética es aquella que tiene, como principal desencadenante, una alimentación poco saludable en la que se abusa, principalmente, de alimentos ricos en azúcar y en grasas saturadas y trans.

obesidad dietética

13. Obesidad genética

La obesidad genética es aquella que tiene, como principal desencadenante, una predisposición genética que hace que la persona sea más propensa a acumular grasa de forma patológica. No es una condena a padecer obesidad, pero sí que exige una mayor adherencia a hábitos alimenticios y de actividad física saludables.

14. Obesidad de tipo nervioso

La obesidad de tipo nervioso es aquella que tiene, como principal desencadenante, un trastorno de tipo neurológico que lleva a alterar los mecanismos de saciedad y/o de regulación térmica como por ejemplo la depresión o la hipoactividad.

15. Obesidad cromosómica

La obesidad cromosómica es aquella que se debe a las consecuencias fisiológicas de una condición asociada a un trastorno en la dotación cromosómica, como puede suceder en el Síndrome de Turner o el Síndrome de Down. Una de las manifestaciones de estos síndromes es la tendencia a acumular más tejido graso de lo normal.

16. Obesidad endocrina

La obesidad endocrina es aquella que se debe a enfermedades en el sistema endocrino, es decir, a alteraciones en la síntesis y liberación de hormonas asociadas al control del ritmo metabólico del cuerpo. Una de las patologías más fuertemente asociadas a la obesidad es el hipotiroidismo, un trastorno que surge a causa de una disfunción de la glándula tiroides.

obesidad endocrina

17. Obesidad por defecto termogénico

La obesidad por defecto termogénico es aquella que tiene, como principal desencadenante, un desajuste en la tasa metabólica normal del cuerpo, haciendo que no se pueda “quemar” de forma óptima el exceso de calorías que hemos ingerido.

18. Obesidad por desajuste en la regulación del hambre

La obesidad por desajuste en la regulación del hambre es, como su propio nombre indica, aquella que se debe principalmente a alteraciones en los mecanismos que controlan la saciedad. No nos sentimos llenos cuando deberíamos, así que comemos más de lo que también deberíamos.

19. Obesidad por sedentarismo

La obesidad por sedentarismo es aquella que tiene, como principal desencadenante, la falta de actividad física. No practicar deporte es una de las principales causas detrás del aumento de peso. Y, de hecho, se estima que la inactividad física es responsable de forma más o menos directa de 2 millones de muertes al año a causa de su asociación con la obesidad. Y teniendo en cuenta que el 60% de la población es sedentaria, estamos ante un grave problema.

obesidad sedentarismo

20. Obesidad por medicamentos

Y terminamos con la obesidad por medicamentos, aquella forma de obesidad que surge como consecuencia de los efectos secundarios adversos de ciertos fármacos que, mientras dura su consumo, estimulan un incremento de peso corporal. Los antidepresivos y los corticoides son los medicamentos que más comúnmente provocan un aumento en la acumulación de grasa.

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