10 beneficios psicológicos de la Amistad: ¿por qué es tan necesaria?

Somos individuos sociales y, como tales, necesitamos irremediablemente a los demás. Las relaciones interpersonales que formamos configuran quienes somos y nos permiten ver cubiertas nuestras necesidades afectivas, constituyendo una pieza clave para que podamos sobrevivir. El mundo se ha ido construyendo de acuerdo con nuestra naturaleza social, por lo que sobrevivir no es posible si no contamos con la compañía de los demás.

Esto se traduce en que no podemos disfrutar de bienestar psicológico si no contamos con una red social satisfactoria. La soledad impuesta es incompatible con una vida plena, pues necesitamos sentirnos arropados y queridos por nuestro entorno más próximo. De entre todos los vínculos que establecemos a lo largo del ciclo vital, el de amistad es uno de los más comunes.

Cuando hacemos un amigo, compartimos con él nuestros sentimientos e inquietudes en un clima de calidez y confianza. Entablar amistades es fundamental para sentirnos bien no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también durante la edad adulta. Aunque la manera de vivir las amistades evoluciona dependiendo de nuestro momento evolutivo, lo cierto es que su relevancia es una constante a lo largo de toda la vida.

Hacer y mantener amistades es algo mucho más importante de lo que puede parecer. Si quieres conocer cómo nos favorecen las amistades a nivel emocional, continúa leyendo, pues a continuación vamos a comentar los principales beneficios psicológicos que nos aportan las relaciones de amistad.

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La amistad a lo largo de la vida

Como ya adelantamos, la manera en la vivimos las relaciones de amistad va cambiando en función del momento vital que atravesamos. Cuando somos adolescentes, los amigos cobran un papel central, pues en este momento de la vida son los iguales el punto de referencia que marca lo que debemos o no hacer.

En cambio, los padres pasan a un papel secundario, siendo habitual el distanciamiento con los hijos o el aumento de los conflictos entre ellos. Así, en el camino hacia la edad adulta los amigos son los que más influyen en la configuración de nuestra personalidad y valores. Ellos actúan como un modelo que tratamos de imitar, además de constituir la fuente principal de apoyo emocional.

Cuando ya alcanzamos la madurez de la etapa adulta, las amistades pasan a tener un papel más secundario. De hecho, los cambios y el incremento de las obligaciones hacen que muchas veces sea todo un reto poder crear y mantener las relaciones de amistad. El curso de la vida puede hacer que, en ocasiones, nos veamos faltos de tiempo para quedar con nuestros amigos. En algunos casos, las circunstancias favorecen el distanciamiento, por lo que la red de amistades puede verse seriamente mermada.

Aunque en los últimos años el papel de las redes sociales puede brindar una falsa sensación de compañía, lo cierto es que las interacciones a través de las pantallas no sustituyen a las amistades vividas en el mundo real. Por ello, aunque suponga todo un reto, es fundamental poder cuidar nuestras amistades a lo largo de la vida, así como mostrar una disposición abierta a conocer a nuevas personas.

Los beneficios psicológicos de tener amigos

A continuación, vamos a comentar algunos de los principales beneficios psicológicos que puede aportarnos la amistad.

1. Mejora la autoestima

Tener amigos cerca nos ayuda a reforzar nuestra autoestima, pues ello favorece que nos sintamos queridos y valorados. Cuando nos rodeamos de personas que nos aprecian eso ejerce un impacto directo en la imagen que tenemos de nosotros y el valor que nos damos como individuos. Por ello, una vida social satisfactoria nos permite sentirnos más satisfechos en nuestra piel.

2. Aumenta nuestra felicidad

Tener amigos es, sin duda, una fuente de felicidad. Las relaciones de amistad nos aportan momentos de diversión, desconexión… lo que repercute positivamente en nuestro estado de ánimo. Rodearse de buenas amistades hace que nuestro organismo libere oxitocina, la hormona de la felicidad, por lo que nos sentimos más contentos y relajados.

3. Sostén en tiempos difíciles

Los amigos constituyen un pilar fundamental cuando atravesamos situaciones complicadas. La amistad es un gran apoyo emocional, ya que podemos expresar nuestros sentimientos y pensamientos con personas de nuestra confianza. Aunque los amigos no puedan resolver aquello que nos ocurre, el hecho de sentir su compañía es indiscutiblemente terapéutico.

4. Consejo y guía

Todos atravesamos situaciones en las que no sabemos bien cómo actuar. En esa tesitura es cuando solemos recurrir a nuestros amigos, pues ellos muchas veces podrán ayudarnos a ver lo que nos ocurre desde una perspectiva distinta, dando consejo respecto a cómo podemos actuar.

5. Reduce el estrés

Tener amigos es uno de los mejores antídotos contra el estrés. Al rodearnos de buenas amistades se regulan nuestros niveles de cortisol (la hormona del estrés), e incluso podemos ver reducida nuestra percepción del dolor.

6. Aumenta la esperanza de vida

Aunque te parezca increíble, rodearte de buenos amigos puede ayudarte a vivir más años y disfrutar de una calidad de vida mejor. Cuando no poseemos una red social adecuada esto constituye un factor de mortalidad más potente que otros como la obesidad o el estilo de vida sedentario. Así, quienes poseen buenas amistades cerca pueden reducir su riesgo de fallecer hasta en un 22%.

7. Adquisición de valores

Rodearnos de amigos también es una forma excelente de adquirir valores. La amistad nos enseña a ser leales y sinceros y nos ayuda a abrirnos a los demás y confiar. Añadido a esto, también favorece nuestra capacidad para empatizar y pensar en los demás.

8. Optimismo

Otro de los beneficios de la amistad reside en que nos ayuda a ser más optimistas. Cuando contamos con buenos amigos alrededor, mostramos una visión de la vida más positiva y lidiamos con la adversidad mucho mejor.

9. Sentimiento de pertenencia a la comunidad

Los seres humanos necesitamos sentirnos parte del grupo, pues de lo contrario esto puede provocar un enorme sufrimiento. Cuando contamos con buenos amigos alrededor, nos sentimos más conectados con la comunidad y comprendemos cuántas cosas tenemos en común con otras personas.

10. Reconocer los errores y ser compasivos

La amistad también es importante para contar con personas de confianza que nos mantengan los pies sobre la tierra y nos ayuden a detectar cuando nos hemos equivocado. Un buen amigo no es sólo aquel que enfatiza nuestras cualidades, sino también aquel que sabe ser asertivo y, de forma sincera, nos hace saber aquello que no hemos hecho bien.

¿Por qué cuesta tanto hacer y/o mantener amistades?

Hacer amigos y mantener amistades en el tiempo puede ser una tarea más difícil de lo que a priori puede parecer. Esto es especialmente común en la edad adulta, donde entran en juego otras prioridades como el trabajo, los hijos, el matrimonio o el cuidado de personas mayores. A veces, con el paso de los años, las personas cambian sus gustos e intereses, lo que puede favorecer el distanciamiento o la transformación de la red social.

Al contrario de lo que suele pensarse, hacer amistades no siempre es un proceso espontáneo. Muchas veces, será necesario hacer un esfuerzo para contactar con otras personas y poder verlas repetidamente hasta ganar confianza y conformar una relación amistosa.

De igual forma, la satisfacción con las amistades dependerá más de la calidad del vínculo que del número de amigos que se tenga. Hay quienes con unos pocos buenos amigos sienten mayor bienestar que aquellos que muestran un círculo muy diverso y numeroso en el que muchas relaciones son superficiales.

¿Cómo hacer amigos?

Hacer amigos puede ser difícil, pero no imposible. En este sentido, algunas pautas pueden ser de ayuda para conseguirlo:

• Acude a actividades en tu zona: Busca grupos o encuentros que se realicen en tu ciudad relacionados con alguna temática que te interese. De esta manera, coincidirás con personas que estén cerca de ti y con las que sea fácil tener varios encuentros. Si eres religioso, puedes unirte a alguna comunidad religiosa o parroquia y colaborar en sus actividades.

• Participa en voluntariado: Son muchos los lugares en los que puedes brindar tu ayuda. No dudes en acudir a alguna asociación para colaborar como voluntario, donde además de mejorar la vida de los demás podrás conocer a personas que tengan intereses comunes contigo.

• Toma la iniciativa: Por supuesto, siempre que recibas una invitación no dudes en aceptarla. No obstante, además de eso es importante que tengas iniciativas y propongas planes a los demás.

• Sal a la calle: parece muy obvio, pero permanecer encerrado en casa no es lo más favorecedor si quieres conocer gente. Procura salir a la calle, hablar con los vecinos o con personas con las que te cruces, por ejemplo, cuando paseas a tu perro.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de los beneficios psicológicos que puede proporcionar la amistad. Somos individuos sociales y, como tales, necesitamos de los demás para sentirnos bien. La amistad es necesaria durante toda la vida, aunque se vive de forma diferente dependiendo del momento evolutivo de la persona. No obstante, en la etapa adulta es particularmente difícil mantener y crear una amistad, ya que se añaden a la ecuación muchas otras prioridades. Sin embargo, es recomendable hacer el esfuerzo de cuidar este tipo de vínculo, pues es beneficioso para nuestro bienestar psicológico.