¿Cómo aprender cualquier cosa más rápido? 10 consejos (avalados por la ciencia)

Aprender algo nuevo requiere tiempo y dedicación. Veamos una serie de técnicas avaladas por la ciencia para estudiar de una forma más ágil y efectiva.

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Nos pasamos la vida aprendiendo, sin embargo, nadie nos enseña realmente cómo aprender; aprender a aprender debería ser una asignatura básica en las escuelas. Esta habilidad puede mejorar significativamente nuestra vida, permitiéndonos mejorar en muchos aspectos distintos en tiempo récord, ya sea por hobby o por trabajo: edición de videos, programación, escribir mejor, gestión del tiempo, física cuántica, etc. cualquier campo puede estudiarse más rápido de lo que pensamos.

En este artículo, compartimos unos cuantos consejos basados en pruebas y avalados por la evidencia científica, que te ayudarán a aprender prácticamente cualquier cosa de manera más rápida y efectiva.

¿Qué funciona realmente a la hora de estudiar?

Si lo reflexionamos, cuando somos pequeños nadie nos enseña realmente a estudiar, lo hacemos de la forma más simple e intuitiva, cogemos el libro y lo leemos unas cuantas veces subrayando lo importante hasta que creemos que estamos listos para el examen, a veces, si hay mucha información, hacemos un resumen.

Pero a la hora de estudiar, la evidencia científica ha demostrado que leer una y otra vez nuestros apuntes está lejos de ser el modo más eficiente de aprender algo nuevo y recordarlo. Aunque este método conocido coloquialmente como empollar no funciona a largo plazo, puedes a partir de hoy aplicar nuevas técnicas, avaladas por los expertos, que pueden ayudarte a aprender cualquier tema o habilidad de manera más efectiva y en mucho menos tiempo que solo “empollando”. A continuación expondremos una serie de estrategias para estudiar nuevos conceptos y también repasarlos que pueden ayudarte con tu estudio.

1. Pensar el cómo estudiar

Al parecer Abraham Lincoln dijo: "Dame seis horas para cortar un árbol y pasaré las primeras cuatro afilando el hacha". Esta frase hace referencia a la importancia de prepararse antes de ponerse a hacer cualquier cosa.

Muchas veces nos saltamos una fase fundamental antes de estudiar, la preparación del estudio. Es importante saber como vamos a enfrentarnos a la nueva materia o reto que tenemos en frente antes de ponernos a estudiarlo, en otras palabras, tenemos que dedicar tiempo a averiguar cómo vamos a aprender el nuevo tema o habilidad que queremos dominar, algo que parece obvio, pero que rara vez hacemos.

Pongamos, por ejemplo, que queremos aprender a tocar un instrumento o profundizar en un nuevo lenguaje de programación. Las primeras horas de estudio deberían estar dedicadas a averiguar la forma más eficaz de aprender el tema o la habilidad nueva, averiguar el metaaprendizaje que se esconde detrás, a lo mejor antes de empezar con un instrumento, unas nociones básicas para entrenar el oído pueden acelerar enormemente el aprendizaje posterior, en el caso de la programación saber como funciona la línea de comandos, y conocer algunos procesos básicos también pueden facilitarte mucho los pasos siguientes.

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2. Maximizar los tiempos de estudio

Cuando aprendemos a veces lo hacemos de forma pasiva, ya sea conscientemente porque mezclamos el aprendizaje con una serie de televisión, en el caso por ejemplo de un instrumento o alguna actividad manual, o de forma inconsciente cuando leemos un tema sin prestarle toda nuestra atención, y nos interrumpimos constantemente para ver el móvil o navegar por internet.

Si nos concentramos 100% en lo que estamos aprendiendo o estudiando nuestro cerebro, es capaz de entender las cosas mucho más rápido. Existen una serie de trucos o reglas que nos permiten mantenernos concentrados durante más tiempo.

La regla de los cinco minutos nos ayuda a combatir la procrastinación. Muchas veces el problema para hacer algo es que simplemente nos cuesta empezar a hacerlo. La regla de los cinco minutos consiste en decirnos que solo vamos a estudiar o estar concentrados en algo durante cinco minutos, solo cinco minutos, una vez pasado ese tiempo lo podemos dejar. Normalmente, pasados los cinco minutos, lo más probable es que sigamos haciendo la tarea durante bastante más tiempo.

La eficacia de esta regla se basa en que disminuye lo que se conoce en psicología como “costes de actividad”, estos costes incluyen los costes emocionales (como el miedo y la ansiedad), los costes de esfuerzo (cuanto es de pesada la tarea) y los costes de oportunidad (que cosas nos perdemos por dedicarle tiempo). Nuestra motivación por realizar una tarea aumenta paralelamente a la disminución de estos costes.

La segunda estrategia para estar concentrados es muy simple pero difícil de ejecutar. La estrategia consiste en despejar nuestro lugar de estudio de elementos que nos distraigan, en particular del teléfono, cuanto más alejado esté de nuestro espacio de trabajo mejor. Al hacer esto eliminamos el principal foco de distracción.

3. Crear oportunidades de inmersión

Si lo pensamos, esta técnica es realmente efectiva en el aprendizaje de idiomas. Es evidente que si podemos viajar al país foráneo para aprender un nuevo idioma, lo dominaremos en mucho menos tiempo que yendo a clases en nuestra ciudad. Pero lo relevante de este principio es la importancia que se le da a la práctica de la nueva habilidad o tema en el entorno real.

Por ejemplo, a la hora de hacer el examen MIR (Médico Interno Residente) que da acceso a la especialidad médica en España, todas las academias recalcan la importancia de hacer simulacros. Cuanto más se acerquen los simulacros a la realidad; respetando el tiempo del examen, el formato, etc. más efectivos serán para preparar la prueba, esto vale para cualquier tipo de examen que se quiera superar.

En el caso de una habilidad que requiera espectadores como la magia o los monólogos, la ciencia recomienda intentar actuar con público lo más rápido posible dentro de la estrategia de aprendizaje, aunque al principio sean amigos y conocidos. Salir de la zona de confort y sumergirse por completo en lo que se quiere aprender, puede dar miedo, pero es muy efectivo.

4. Descubrir los puntos débiles

Averiguar donde están los puntos débiles y hacer ejercicios para mejorarlos, es práctica recomendable para enfrentarse a retos y exámenes eficazmente. Lo difícil de esta técnica es identificar los puntos débiles de uno, sin embargo, una estrategia efectiva es preguntarse ¿qué es lo que menos me apetece estudiar? Normalmente, nos gusta centrar nuestro estudio en lo que se nos da bien o dominamos, lo que menos ilusión nos hace estudiar o aprender suele ser nuestro punto débil.

Estudiar los puntos débiles funciona porque hace que nos enfrentemos a un nivel de dificultad superior, en el que nuestro cerebro trabaja más y, por lo tanto, retiene mejor. Si algo es demasiado fácil, no vamos a aprender tanto. En conclusión, como veremos más adelante, para aprender eficazmente tenemos que forzar un poquito a nuestro cerebro.

5. Usar el Recuerdo Activo (Active Recall)

En el mundo del estudio, existe una técnica llamada "Recuerdo activo" (Active recall) que se aplica al aprendizaje de cualquier tema, según la ciencia es la técnica de estudio más efectiva. La idea que subyace al recuerdo activo (o práctica de recuperación) es que, contrariamente a nuestra intuición y nuestra costumbre, no aprendemos tratando de meter cosas en nuestro cerebro; leyendo o repitiendo lo que pone en el libro. Realmente, aprendemos más, en contra de la intuición, cuando tratamos de sacar las cosas de nuestro cerebro.

Seguramente te habrá pasado que estudias mucho para un examen y a los tres días no recuerdas la mitad de las cosas que habías aprendido. El recuerdo activo, junto a la técnica de la repetición espaciada, que veremos más adelante, vienen a evitar este problema. Según el recuerdo activo, cuanto más esfuerzo haga el cerebro para recuperar una información mejor quedará registrada en nuestra memoria a largo plazo.

Existen diferentes estrategias para utilizar el recuerdo activo, hacerse preguntas y realizar exámenes de años anteriores son las más comunes, actualmente también se han puesto de moda las flashcards que son tarjetas de memoria.

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6. Utilizar el Principio de dificultad deseable

En psicología y más concretamente en el campo del estudio de la memoria, encontramos un concepto conocido como “principio de dificultad deseable”. Según el principio de dificultad deseable, aprendemos de forma más efectiva y duradera cuando sometemos a nuestro cerebro a un esfuerzo. Sin embargo, esta técnica tiene que ajustarse, si el reto es demasiado difícil, no vamos a aprender nada, si es demasiado fácil tampoco.

Esto es fácil de entender. Por ejemplo, si nos enfrentamos directamente a un libro de física cuántica de nivel universitario sin conocimientos previos, no aprenderemos nada, si al contario bajamos el nivel al colegio y nos enseñan las sumas y las restas, tampoco necesitaremos anclar nuevos conocimientos.

Lo mejor es enfrentarnos a actividades y aprendizajes un poco por encima de nuestro nivel, sin pasarnos, pero sin quedarnos cortos. Si vemos que el aprendizaje resulta incómodo, algo difícil, pero no imposible, seguramente estemos aplicando el “principio de la dificultad deseable”.

7. Recibir Feedback

Ya hemos hablado un poco de este principio indirectamente al mencionar la estrategia de enfrentarse a exámenes de años anteriores. Es cuando recibimos algo de retroalimentación de nuestro esfuerzo que realmente podemos saber en qué áreas debemos mejorar.

El mayor error a la hora de utilizar este principio es hacerlo demasiado tarde en nuestro estudio. La ciencia ha demostrado que interrogarse sobre el tema, antes incluso de tener las respuestas, puede hacer que nuestro cerebro vaya creando nuevas conexiones y se centre en buscar la información que necesita para resolver los interrogantes que se le han planteado.

8. Aprender siempre un poco más

El principio del sobreaprendizaje se basa en entender el por qué de las cosas. Cuando entendemos como funciona algo y somos capaces de volverlo a explicar en un lenguaje sencillo y claro, este conocimiento se anclará mucho más fácilmente en nuestra memoria que una serie de palabras que repetir sin mucho sentido. A veces, no nos queda otra, y estamos obligados a tirar de memoria, pero siempre que podamos aplicar esta técnica nos facilitará el recuerdo a largo plazo.

9. Repetición espaciada

Una técnica muy de moda y efectiva es la repetición espaciada, es la técnica que se esconde tras las aplicaciones que utilizan flashcards, tarjetas de memoria que se nos van repitiendo a lo largo del tiempo.

La ciencia que se esconde detrás de esta técnica se basa en la "curva del olvido". Esta curva fue descubierta por Hermann Ebbinghaus en el siglo XIX. La curva del olvido nos dice que cuando aprendemos algo inevitablemente pasado un tiempo lo vamos a olvidar. Sin embargo, cada vez que repetimos la información tardaremos más tiempo en olvidarla que la vez anterior.

Por ejemplo, si estamos aprendiendo a tocar una canción al piano, la primera vez se nos olvidará al primer día, la segunda vez que la repitamos tardaremos 15 días en olvidarla, la tercera vez dos meses, y así sucesivamente. El tiempo que tardaremos en olvidarla se prolongara con cada repetición. Al espaciar la práctica y repetirla, finalmente se convertirá en algo intrínseco, en el caso de la canción para el piano esta se convertirá en memoria muscular, así que no se necesitará practicar mucho la canción para poder tocarla en cualquier momento. Este es el concepto de repetición espaciada.

10. Enseña lo que aprendes

Cuando aprendemos algo, pensamos que no tenemos la capacidad de enseñarlo, sin embargo, existe un sesgo cognitivo llamado la maldición del conocimiento, acuñado por los economistas Colin Camerer, George Loewenstein y Martin Weber, que contradice esta idea.

Según este sesgo, a la hora de comunicar, suponemos que los otros tienen los antecedentes para entender lo que se dice. Este sesgo se hace evidente en la enseñanza, y es el que dificulta a los expertos ponerse en el lugar de los principiantes.

Por eso, suele ser mejor aprender las cosas de personas que anden simplemente un paso por delante de nosotros en el conocimiento de la materia. El hecho de ponernos en el papel de profesores permite juntar varias técnicas mencionadas en los demás puntos y solidificar el conocimiento de manera duradera.

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