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Cuando iniciamos una relación de pareja de pronto esa persona se convierte en el centro de nuestro mundo. Estamos enamorados e ilusionados, priorizamos el tiempo con él/ella sobre todo lo demás y sentimos estar en una nube. Todas las relaciones de pareja atraviesan distintas fases en el tiempo, siendo la primera la más intensa. En esta etapa de luna de miel es natural pasar mucho tiempo con el otro, pues se busca conocerlo, estar cerca, crear los cimientos de un vínculo nuevo que parece ir en serio.
Sin embargo, en algunos casos esta fase parece alargarse demasiado, en el sentido de que la persona no retoma la normalidad a la hora de distribuir su tiempo. Esto hace que las relaciones de amistad se resientan, pues ya no se cuidan como antes y esto enfría la situación rápidamente. Los amigos pueden sentirse desplazados y decepcionados, pues sienten que la relación de amistad se ha deteriorado porque el otro ha dejado de trabajar para mantenerla.
Aunque todos nos hemos enamorado alguna vez y entendemos cómo son los comienzos en pareja, la realidad es que si esta dinámica se prolonga en el tiempo puede generar aislamiento. En otras palabras, la vida se acaba reduciendo única y exclusivamente a la pareja. Es por esta razón que muchas personas encuentran problemas para equilibrar su vida en pareja con el mantenimiento de las relaciones de amistad.
Por supuesto, lograr este balance no siempre es fácil, pues en la ecuación también debemos incluir nuestras obligaciones y tiempo destinado al trabajo. Siendo adultos contamos con menos disponibilidad para el ocio, aunque ello no tiene por qué ser excusa para dejar atrás a esos amigos que siempre han estado ahí para ti. En este artículo comentaremos algunas recomendaciones que pueden ser de ayuda para no caer en este error y equilibrar adecuadamente nuestra vida en pareja con las relaciones de amistad.
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Cuando nos estancamos en la zona de confort
Cuando la relación de pareja empieza a consolidarse, es frecuente que ambos miembros entren en una dinámica por la que su vida social se ve reducida. Han encontrado confort en el tiempo que comparten juntos, dejando a un lado el cuidado de otras relaciones. A medida que el tiempo pasa, cuesta más incorporarse a los planes que los amigos de uno y otro proponen. Progresivamente, esto lleva a un hermetismo de la pareja respecto al exterior. Ambos terminan por enfocarse únicamente en el vínculo que les une. Sin embargo, las amistades son relaciones que también necesitan ser cuidadas para sobrevivir al transcurso del tiempo.
Encontrar un equilibrio entre los dos mundos es particularmente importante, encontrando un balance entre el deseo de tiempo e intimidad con la pareja y la atención a los amigos. Ambos tipos de relación son importantes, ya que cada una nos aporta aspectos distintos. Es decir, limitarnos a uno o a otro siempre termina resultando problemático, pues satisfacen necesidades diferentes.
Cómo mantener un equilibrio entre la relación con tu pareja y tus amigos
Como ya adelantamos, no es fácil encontrar un equilibro entre pareja y amigos en medio del frenesí que muchas veces supone la vida adulta. Sin embargo, con esfuerzo, comunicación y prioridades claras esta tarea se hace más sencilla.
1. Revisa si alguno de los dos sufre miedo a ser abandonado
Las parejas que forman vínculos excesivamente dependientes suelen encontrar problemas relacionados con el miedo al abandono. Uno o ambos miembros de la relación sufren porque les supera el temor a que el otro decida romper. Tratando de evitar que este miedo se convierta en realidad, muchas veces destinamos todas las energías en el otro creyendo que así nuestra pareja durará para siempre. Sin embargo, esta estrategia puede incluso provocar resultados contrarios a los deseados.
Al enfocarnos únicamente en nuestra relación sentimental, dejamos a un lado otros aspectos de la vida que nos hacen felices y nos enriquecen. Cada vez nos sentimos más desgastados y temerosos de que un paso en falso acabe con la relación. Al final, lo que pretendía ser una solución al miedo al abandono termina por incrementarlo. Por ello, es importante que ambos reviséis si sufrís este miedo y hablar sobre ello con honestidad para resolver el problema.
2. Ábrete a experiencias nuevas y diferentes
Como ya comentamos con anterioridad, los comienzos en la pareja suelen ser muy intensos, de forma que cada uno se concentra mucho en priorizar al otro sobre el resto de aspectos de la vida. Es importante que, con el tiempo, esta dinámica inicial se vaya modificando. Así, aunque existan dinámicas compartidas, cada miembro de la pareja debe disfrutar de una parcela propia e independiente.
Aunque al principio cueste, trata de unirte a planes con tus amigos en los que tu pareja no esté presente. Esta estrategia te permitirá renovar energías y darle un aire de novedad a la relación. Tras hacer planes por separado podéis compartir vuestras experiencias y hablar sobre ello distendidamente.
3. Confía en tu pareja
En algunas parejas se forman vínculos muy absorbentes debido a que no hay una base de confianza sólida. Así, uno o ambos miembros de la relación temen que el otro cometa una infidelidad. Esta inseguridad lleva a pensar que cualquier experiencia fuera de la pareja puede conducir a un escenario amenazante en el que entran en juego terceras personas. Este temor lleva en muchas ocasiones a conductas de celos, con control y supervisión de lo que el otro hace y un incremento de la tensión y el conflicto.
Ninguna relación de pareja puede ser satisfactoria si no hay una buena dosis de confianza. Si te cuesta hacer vida social con tus amigos por miedo a que tu compañero/a sentimental se sienta celoso o inseguro, debes saber que esto no está bien. Valorad la posibilidad de contar con ayuda profesional siempre y cuando esa persona no esté ejerciendo violencia hacia ti. En este último caso, debes alejarte lo antes posible.
4. Valora a tus amigos
Puede parecer una tontería, pero a veces enfocarnos tanto en la pareja nos lleva a dar por hecha la amistad. Dejamos de dar valor a nuestros amigos y su papel en nuestra vida, por lo que dejamos de dedicarles tiempo y atenciones. Recuerda no asumir que tus amigos siempre estarán ahí, porque una amistad requiere ser siempre cuidada y respetada para mantenerse en el tiempo.
5. Mantén una comunicación fluida con tu pareja
La comunicación es una parte esencial de cualquier relación de pareja. En este caso, es fundamental hablar acerca de cómo se van a organizar los horarios y planes por separado. Hablar abiertamente sobre las actividades que se desean hacer de forma independiente y negociar tiempos ayudará a que ambos os encontréis en sintonía y a gusto con la dinámica de la relación.
Es importante que uno y otro determinéis que límites no deseáis sobrepasar, qué cosas consideráis esenciales para que la relación funcione, qué aspectos os molestan y qué expectativas tenéis respeto a la administración del tiempo libre. Hablando de forma honesta sobre todo esto evitará sorpresas, malos entendidos y conflictos innecesarios.
6. Cultiva tu autoestima
A veces, podemos refugiarnos intensamente en la pareja porque no nos valoramos lo suficiente y esa persona nos hace sentir cómodos. Mantener una relación sentimental bien equilibrada con los planes con amigos también exige hacer un trabajo a nivel de aceptación, abrazar lo que somos y reconocer nuestro valor al margen del criterio de nuestra pareja.
Se trata de cultivar aspectos de la vida que nos hagan sentir válidos al margen del vínculo sentimental que tenemos: practica actividades gratificantes que se te den bien, sal con esos buenos amigos a divertirte, trabaja en aceptar tus defectos como una parte más de ti, etc. En definitiva, cuídate y mímate.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves que pueden ser de ayuda para equilibrar la vida en pareja con las relaciones de amistad. Cuando comenzamos una nueva relación sentimental ponemos a esa persona en el centro, es nuestra prioridad y deseamos pasar todo el tiempo del mundo con ella. Sin embargo, es importante tener presente que las amistades también merecen ser cuidadas para que logren mantenerse con el paso del tiempo.
Si bien todos hemos atravesado la fase de luna de miel al inicio de un noviazgo, es importante saber superar esta dinámica y organizar los tiempos para no descuidar a los amigos por dedicarnos solamente a nuestra pareja. En este sentido, es clave revisar si alguno de los dos miembros teme ser abandonado, disfrutar de experiencias más allá de la vida en pareja, confiar plenamente en el otro y no dudar, dar valor a la amistad sin darla por sentada, establecer una comunicación fluida con la pareja y, en caso de que sea necesario, acudir a terapia de pareja.
Encontrar un equilibrio ajustado entre la vida sentimental y las relaciones de amistad no sólo favorecerá al vínculo con tus amigos, sino que también supondrá un soplo de aire fresco a tu relación. Enfocarse exclusivamente en la pareja no garantiza que esta se vaya a mantener exitosamente. Por el contrario, puede generar un efecto contrario al deseado y desgastar aún más la relación.
