Depresión post Navidad: ¿qué es y cómo abordarla?

La Navidad es una época de excesos y celebraciones. El regreso a la normalidad después de ella puede hacerse cuesta arriba y comprometer nuestro bienestar emocional provocando la llamada depresión post Navidad.

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La Navidad es una época intensa a nivel emocional. En ella podemos vivir alegría, entusiasmo e ilusión, pero también tristeza, melancolía y soledad. Es un momento del año donde los sentimientos se encuentran a flor de piel y todo ello puede afectar a nuestro bienestar psicológico. Estas fechas tan señaladas pueden vivirse de manera muy distinta dependiendo del momento vital en el que nos encontremos, así como de nuestra forma de ser y nuestras experiencias previas en estos días del año.

Por ejemplo, no viviremos las fiestas de la misma manera si hemos perdido a un ser querido recientemente o si acabamos de terminar una relación sentimental. Precisamente por su carácter familiar y nostálgico, es una época que remueve nuestro interior, ensalzando las alegrías e intensificando las penas.

Sin embargo, hay quienes viven lo peor una vez que la época navideña ha llegado a su fin. En estos casos, puede aparecer un estado de ánimo muy bajo que contrasta con el clima festivo que se ha ido experimentando en las fiestas. Este fenómeno se conoce popularmente como depresión post Navidad y hablaremos de él en este artículo.

Causas de la depresión post navidad

La Navidad es, como venimos comentando, un momento del año en el que nuestras emociones se remueven. Esto, añadido a las altas expectativas que se depositan sobre ella, hace que podamos sentirnos presionados a mostrar una careta de aparente felicidad. Forzar alegría e ilusión si realmente no se siente así puede resultar agotador y traer consecuencias cuando la Navidad llega a su fin.

Además de todo lo dicho, la Navidad también coincide con el inicio de un nuevo año. Esto nos hace, automáticamente, revisar todo el recorrido realizado en esos doce meses que ya han pasado. Este momento de reflexión puede llevarnos a hacer un balance positivo, pero también negativo. Profundizar en todo lo vivido puede suscitar emociones de todo tipo, pudiendo incluso ser contradictorias.

En definitiva, nos sentimos más sensibles, lo que nos hace afrontar la vuelta a la normalidad con mucha mayor vulnerabilidad. Por todo ello, no sorprende que muchas personas se perciban a sí mismas mucho más decaídas de lo normal tras la época navideña. A continuación, vamos a concretar algunos de los factores que favorecen la aparición de un estado de ánimo bajo tras la Navidad.

1. Vuelta a la rutina

Durante la Navidad son muchos los que se quedan de vacaciones. Los que siguen trabajando, pueden ver su rutina alterada al intercalar la jornada con días festivos. En cualquier caso, el fin de la Navidad conlleva una vuelta a la absoluta normalidad que no siempre es fácil de digerir. Regresar al trabajo, a los horarios, el estrés y los madrugones puede hacerse cuesta arriba tras tanta celebración.

2. La cuesta de enero

La famosa cuesta de enero es algo que nos afecta a todos. La Navidad es una etapa repleta de gastos y excesos. Tenemos numerosos eventos sociales y adquirimos regalos por doquier, por lo que nuestra cuenta corriente nota una importante reducción en sus cifras. Volver a la normalidad implica salir de la vorágine consumista navideña y reconocer cuánto hemos gastado. Esto se acompaña de sentimientos como la culpa y la consiguiente compensación por la que tratamos de salir y gastar mucho menos, de manera que nuestro estilo de vida cambia bruscamente.

3. Cambios en la alimentación

La Navidad es una época típicamente asociada a los excesos en materia de alimentación. Las comidas y cenas largas y copiosas se suceden con frecuencia, algo que contrasta con los hábitos cotidianos que toca retomar al acabar las fiestas. Este cambio puede hacer mella en nuestro estado psicológico. Por un lado, los excesos con la comida y el alcohol contribuyen a los procesos inflamatorios.

Por otro lado, puede que nos cueste volver a la alimentación del día a día tras tantos banquetes. En cualquier caso, no debemos perder de vista que la Navidad es una fiesta y está bien vivirla con sus comidas en abundancia. Simplemente, debemos escuchar a nuestro cuerpo y volver progresivamente a la normalidad.

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Combatiendo la depresión post Navidad: 6 claves

Como venimos comentando, vivir la Navidad es sinónimo de fiesta, descanso, familia, comida…lo que hace que la temible cuesta de enero se haga difícil. Nuestro bienestar psicológico puede verse mermado con tanto contraste y por ello es esperable que muchas personas lidien con la popularmente conocida como depresión post Navidad. Sin embargo, eso no significa que no podamos hacer nada por nosotros. Es posible hacer una transición post navideña más suave y ajustada que nos permita mantener el equilibrio mental. Algunas claves pueden ser interesantes para conseguirlo.

1. Planifica gastos

Es importante que durante la Navidad planifiques tus gastos, de manera que tu desembolso se ajuste al presupuesto real del que dispones. De esta manera, la cuesta de enero será mucho menos acusada y notarás una transición mucho más liviana a la vida real. Por otro lado, ahorrar en el comienzo del nuevo año no tiene por qué implicar dejar de tener disfrute.

Hay diversos planes que puedes hacer para pasar tiempo con tus amigos y familiares: invítalos a tomar algo a casa, quedad para ver una película, salid a hacer alguna excursión a la naturaleza, etc. Puedes apretarte el cinturón sin por ello sufrir y abandonar el tiempo de calidad para despejar.

2. No idealices el nuevo año que entra

Muchas personas caen en el error de vivir el cambio de año como un cambio radical de vida. Marcarse metas y aspiraciones imposibles no servirá para otra cosa que no sea frustrarte y decepcionarte contigo mismo. Por eso, lo mejor que puedes hacer es vivir el nuevo año como una simple continuación del anterior. Piensa en las ilusiones y objetivos que quieras alcanzar, pero siempre desde el realismo y la objetividad.

3. Mantén una rutina ordenada durante y después de las fiestas

Si vivimos la Navidad como un momento que rompe totalmente con nuestra rutina habitual, el regreso a la normalidad puede hacerse mucho más costoso. Por ello, es aconsejable que, en la medida de lo posible, lleves unos hábitos ordenados y estables. Procura mantener una alimentación balanceada más allá de los eventos sociales, haz ejercicio con regularidad, cuida tus responsabilidades y desconecta cuando corresponda haciendo actividades agradables para ti.

4. Rodéate de personas que te den energía positiva

Todos tenemos alrededor alguna persona que, con su simple presencia, nos genera una gran cantidad de emociones positivas. Con ella sentimos que todo fluye, que no hay que forzar nada porque hay química y sintonía genuina. En los momentos donde las emociones están más revueltas, lo mejor que puedes hacer es contar con el apoyo de tus personas preferidas alrededor. Con su compañía será mucho más fácil lidiar con los cambios post navideños.

5. Vuelve a casa con algo de antelación

Si eres de los que vive fuera y vuelve a casa por Navidad, debes saber que el momento de la vuelta es crucial a la hora de hacer el regreso más fácil. Aunque quizá hayas pensado en apurar tus días en familia hasta lo máximo posible, volver justo antes de que te toque trabajar te hará digerir el cambio mucho peor. En su lugar, es aconsejable que vuelvas a tu ciudad de residencia unos días antes de comenzar de nuevo la rutina, ya que así podrás acomodarte y ubicarte con tiempo.

6. Enfócate en esas pequeñas cosas positivas de la vuelta

Volver a la normalidad no tiene por qué ser algo totalmente negativo. Terminar las fiestas y retomar la rutina puede que implique cosas positivas. Por ejemplo, tener de nuevo tus hábitos de vuelta puede brindarte más paz mental. También podrás disfrutar de más tiempo de soledad que te permita reconectar contigo mismo tras tantos compromisos sociales. Incluso puede que te apetezca ver de nuevo a tus compañeros de trabajo o amigos de la ciudad donde vives.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la depresión post Navidad, un fenómeno por el cual nuestro estado de ánimo puede verse comprometido tras las fiestas. La etapa navideña está cargada de excesos, gastos, encuentros familiares y sociales…lo cual contrasta con la llamada cuesta de enero y el regreso a la rutina normal.

En estas fechas tan señaladas podemos ver nuestras emociones más revueltas de lo normal, ver alterados nuestros hábitos e incluso modificar nuestra jornada laboral. Además, empezar el año nos hace muchas veces adoptar una actitud más nostálgica y sensible. Todo ello crea un cóctel que puede contribuir a cierto malestar emocional cuando volvemos a la vida normal.

Sin embargo, podemos hacer cosas para reducir la intensidad de esta transición. Por ejemplo, puede ayudarnos rodearnos de nuestras personas favoritas (las que nos dan más energía positiva), planificar los gastos, mantener una rutina ordenada, volver a casa con algunos días de antelación, identificar aspectos positivos de la vuelta a la normalidad o marcarnos objetivos realistas sin idealizaciones. De esta manera, es más probable que volver sea más llevadero y nuestra salud mental no se vea tan comprometida con los cambios de la época navideña.

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