Entrevista psicológica con adolescentes: 5 recomendaciones para profesionales

Aunque la figura del psicólogo es cada vez más familiar para la mayoría de la gente, lo cierto es que dar el paso de acudir a terapia no es en absoluto sencillo. La situación se complica aún más cuando los pacientes son menores adolescentes que acuden impulsados por sus progenitores, sin que exista una voluntad genuina por su parte.

En estos casos, el primer encuentro con el profesional puede ser incómodo y requerirá que este sepa manejar la situación para lograr una buena alianza terapéutica. En la primera sesión, los profesionales de la psicología realizan lo que se conoce como entrevista clínica. En ella, el objetivo es el de recabar mediante preguntas más o menos estructuradas información sobre la demanda y la situación general del paciente.

Hacer esta recogida de información puede ser algo más complejo cuando el paciente es adolescente. En estos casos, es importante considerar algunos aspectos importantes asociados con las particularidades de esta etapa evolutiva. Por ello, en este artículo hablaremos sobre ciertas recomendaciones que pueden ayudar a los profesionales a realizar una entrevista psicológica con adolescentes exitosa.

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¿Qué es la entrevista psicológica?

Antes de nada, es importante aclarar qué entendemos por entrevista psicológica. Una entrevista psicológica se produce una relación entre dos o más personas, donde una de ellas es un profesional de la psicología capacitado para realizar preguntas y recabar información sobre la cual tomará decisiones relevantes. En el curso de este tipo de entrevista el paciente presenta una demanda con el fin de que el profesional pueda ayudarle a resolver su problema.

La ventaja de la entrevista es que es una técnica muy versátil que puede realizarse con un grado variable de flexibilidad, permitiendo acceder a contenidos no observables de la persona. Las preguntas que se realizan en ella también variarán dependiendo del objetivo principal que se persigue y los datos que se deseen conocer. Por ejemplo, hay preguntas abiertas que permiten al paciente extenderse sobre un tema en particular, mientras que las cerradas solo dan cabida a respuestas breves y concretas para matizar y aclarar puntos determinados concretos de la conversación. Como venimos comentando, la entrevista permite lograr una serie de objetivos, entre los cuales destacan lo siguientes:

• Crear un entorno acogedor y propicio para que el paciente se sienta cómodo para comunicarse de forma fluida.
• Observar la conducta del paciente en su conjunto, atendiendo no sólo al contenido verbal, sino también a señales no verbales como los gestos, el tono de voz, la postura corporal, etc.
• Poner en práctica la escucha activa, por la cual el terapeuta trata de comprender no sólo el mensaje literal del paciente, sino también los contenidos menos evidentes como son sus sentimientos, pensamientos o deseos subyacentes. Para ello, el psicólogo tratará de brindar feedback mediante elementos como las paráfrasis, los reflejos o los resúmenes.
• Además, es esencial que el profesional no interrumpa a su paciente, que le escuche sin juzgar o contraargumentar y manteniendo su atención en todo momento evitando distracciones.
• Estimular la expresión verbal. En la línea de lo anterior, si el terapeuta es capaz de llevar a cabo la escucha activa esto contribuirá a que su paciente se sienta cómodo para extenderse y profundizar en sus respuestas. Definir el problema de manera operativa, de manera que el motivo central de consulta quede bien delimitado.
• Realizar un primer análisis funcional de la conducta, esbozando posibles antecedentes y consecuentes que puedan estar influyendo en la conducta problema.

La entrevista psicológica con adolescentes: 5 recomendaciones para profesionales

La adolescencia es una etapa evolutiva con una serie de particularidades. Los pacientes que se encuentran en esta franja de edad (10-19 años aproximadamente) ya no son niños, pero tampoco adultos. Por ello, es clave saber dirigir la entrevista teniendo en consideración ciertos aspectos importantes. Vamos a conocerlos.

1. Crea un clima de confianza

Los adolescentes no suelen recurrir a los servicios sanitarios con tanta frecuencia como los adultos. Esto hace que acudir a la consulta del psicólogo se viva como una situación excepcional que puede provocar miedo, dudas, incertidumbre, etc. Por eso, el papel del profesional debe ser el de crear un clima cómodo, confiable, en el que el paciente se sienta acogido y relajado.

El psicólogo es para el adolescente una persona totalmente desconocida. Añadido a esto, muchas veces no tiene del todo claro por qué razón se encuentra ahí. Por eso, al principio el psicólogo tendrá que presentarse adecuadamente y también pedir al adolescente que haga lo mismo. De la misma forma, debe explicar de manera sencilla por qué está en consulta y lo que se hará durante la sesión, pues esto ayuda a rebajar la ansiedad inicial. Además de calidez, el profesional también debe transmitir firmeza y saber poner límites asertivamente si es necesario.

El adolescente debe encontrar en su psicólogo a una persona con la que se sienta en sintonía, con la que tenga un vínculo cooperativo y no de confrontamiento. Lejos de dar sermones o lecciones, el profesional debe enfatizar la libertad del paciente para expresarse con naturalidad, sin máscaras. El psicólogo no debe posicionarse, dejar entrever sus propios valores ni convencer de nada a su paciente. Por el contrario, debe mostrarse abierto y sincero, ayudando al adolescente a reflexionar y entender sus emociones y su comportamiento.

2. Cuida la confidencialidad

El adolescente necesita sentir que puede confiar en el profesional que le está evaluando. Por ello, es importante cuidar aspectos vinculados con la confidencialidad. Lo ideal es poder ver al adolescente a solas, indicando que se respetará la confidencialidad siempre y cuando no se encuentre en peligro su vida/seguridad o la de un tercero.

El saber que se cuidará la confidencialidad hace que el paciente pueda revelar más información y sentir más confianza hacia el psicólogo. En estos casos, puede suceder que los padres insistan en saber todo lo que el menor cuenta en consulta. En estos casos, es importante acordar previamente con el adolescentes qué información quiere revelar y cuál prefiere que sea privada. También se debe hablar con los padres acerca de la importancia de cuidar el vínculo con él y evitar que se sienta interrogado o presionado.

3. Respeta sus límites

Es importante que la entrevista clínica no se convierta en un interrogatorio policial. Es importante hacer saber al adolescente que no está obligado a responder a todas nuestras preguntas. Es clave respetar su deseo de no compartir ciertos detalles o aspectos que pueden despertar su incomodidad. Así, la entrevista debe fluir en la dirección que el paciente nos dé permiso para tomar.

4. Identifica la demanda

Cuando el paciente es menor de edad, es importante tener en cuenta que la demanda inicial de los padres no tiene por qué coincidir con lo que a él le preocupa realmente. Por ello, la entrevista debe desarrollarse tratando de entender su punto de vista, sin dar por hecho que la versión de los padres es la verdad absoluta. Para favorecer esto, podemos utilizar preguntas abiertas y empezar por saber por qué cree que está en la consulta. A partir de ahí, se debe tratar de entender qué opina él que es el problema, cómo le está afectando, cómo cree que podría solucionarlo, etc. Es importante que no se infantilice al adolescente, es decir, que se le hable como a un adulto aunque con un lenguaje cercano, coloquial y comprensible.

5. Favorecer que el adolescente desarrolle responsabilidad y motivación intrínseca

El adolescente no necesita oír sermones ni que se le convenza de nada. Trabajar con menores en este momento evolutivo requiere manejar herramientas como la entrevista motivacional, ya que gracias a ella es posible ayudar a que él mismo reflexione sobre su situación y qué le gustaría cambiar de ella. Es esencial que él reconozca su parte de responsabilidad y encuentre una motivación intrínseca para cambiar si es necesario. De lo contrario, los resultados probablemente no lleguen o lo hagan de forma superficial. No buscamos que haga las cosas para cumplir con una imposición externa, sino que entienda cuál es el problema, qué puede hacer él para cambiarlo y por qué querría hacerlo.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas recomendaciones útiles para profesionales de la psicología que trabajan con adolescentes, con el fin de desarrollar una primera entrevista clínica exitosa. La primera entrevista constituye el primer encuentro entre psicólogo y paciente, y cómo esta se desarrolle condicionará la calidad del vínculo terapéutico y la base sobre la que se lleva a cabo la terapia. Cuando el paciente es un menor en edad adolescente, la situación puede ser delicada.

No se trata de un niño pequeño, aunque tampoco es un adulto mayor de edad. Por eso, es importante considerar algunos puntos clave. Es especialmente importante crear un clima distendido de confianza, sin que la entrevista se transforme en un interrogatorio. Respetando la confidencialidad (salvo información que se relacione con un riesgo o peligro para el menor), se debe hacer preguntas respetando aquello sobre lo cuál el paciente no desee hablar. Esto permitirá entender cuál es la demanda de su punto de vista y ayudarle a desarrollar motivación intrínseca hacia el cambio.