11 preguntas machistas que deberíamos evitar

En las últimas décadas, España ha conquistado numerosos logros en materia de igualdad. Las mujeres han podido conseguir, no sin esfuerzo, la conquista de derechos que les habían sido negados. Aunque hoy en día la situación de la mujer ha mejorado notablemente, eso no significa que no quede trabajo pendiente por hacer.

Muestra de ello es que las mujeres aún tienen que lidiar con los llamados micromachismos en su día a día. Estos engloban gestos, actitudes, comentarios y prejuicios que se manifiestan en lo cotidiano, colocando a la mujer en una posición inferior respecto al hombre en todo tipo de ámbitos (social, laboral, familiar…). Muchas veces, el machismo hace acto de presencia de forma sutil, mediante la realización de preguntas impertinentes que sería impensable plantear a un hombre. En este artículo hemos recopilado algunas de las más comunes (si eres mujer, seguro que más de una te sonará familiar).

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11 preguntas machistas que nunca se deberían plantear

Como venimos comentando, el machismo no ha sido del todo eliminado. Aún permanecen los llamados “micromachismos”, es decir, sutiles indicios que se manifiestan en el día a día y sitúan a la mujer en una posición de inferioridad respecto al hombre. Muchas veces, este machismo se hace evidente en forma de preguntas inoportunas e incómodas. Vamos a comentar algunas de ellas.

1. ¿Qué tienes la regla?

Una pregunta impertinente y hecha con tinte ofensivo es esta. Muchas personas recurren a ella con el fin de invalidar las emociones de la mujer, dando a entender que su enfado, tristeza o molestia por algo se debe únicamente a los cambios propios del período. Se trata de un comentario totalmente inapropiado e irrespetuoso, que minimiza y resta valor a lo que esa mujer está expresando en ese momento.

2. ¿Quieres tener hijos?

Muchas mujeres se encuentran con esta pregunta impertinente en muchas situaciones de su vida, incluso en entrevistas de trabajo. La decisión de tener hijos es absolutamente personal y ninguna mujer debería hablar acerca de esto si no lo desea. Hacer esta pregunta es algo irrespetuoso y atrevido, por no hablar de que a nadie se le ocurriría planteársela a un hombre.

Detrás de esta pregunta se esconde la creencia de que la vida de la mujer gira en torno a la maternidad, por lo que su trabajo y demás facetas vitales son algo secundario. Hacer esta pregunta también lleva a pensar que las mujeres que no desean ser madres representan una excepción anómala.

3. ¿Qué has hecho para conseguir tu puesto?

Muchas mujeres tienen que tolerar preguntas y comentarios fuera de lugar cuando ascienden en sus puestos de trabajo. En lugar de simplemente aceptar que han conseguido metas por su esfuerzo y capacidad, las personas del entorno pueden pensar que su ascenso se debe a que han tenido relaciones con algún superior o a que ha influido su atractivo físico. Sobra decir que esta pregunta es una total falta de respeto hacia la mujer y su dignidad.

4. ¿No te sientes mal por dejar a tu hijo mientras trabajas?

Son muchas las personas que asumen que el papel de la mujer está en el hogar, cuidado de los hijos. Esta creencia hace que muchas personas infundan culpa en las mujeres por desempeñarse laboralmente, ya que asumen que al salir de la vida doméstica están fallando en su faceta como madres. Por supuesto, a nadie se le pasaría por la cabeza preguntar a un hombre si siente culpa por irse a trabajar. Por ello, es otra pregunta totalmente innecesaria y fuera de lugar.

5. ¿La cerveza es para él y el refresco para ti?

Es muy frecuente que, cuando una pareja formada por un hombre y una mujer acude a tomar algo a un bar, el camarero asuma que la cerveza es para el hombre y las bebidas suaves y sin alcohol para la mujer. Este planteamiento es habitual y, aunque no es malintencionado, obviamente guarda relación con el machismo y la idea de que las bebidas más fuertes son para el público masculino.

6. ¿Cómo lo haces para parecer tan joven?

Hay personas que aparentan menos edad de la que tienen. Esto no debería ser bueno o malo, simplemente es un hecho influido por muchas variables. El caso es que en las mujeres se venera enormemente la búsqueda continua de una apariencia juvenil. Es por ello por lo que muchas recurren a tratamientos y productos para evitar que el paso del tiempo deje huella en el aspecto.

Por el contrario, los hombres no poseen una presión tan acentuada por mantenerse jóvenes. De hecho, los hombres de aspecto más maduro suelen considerarse atractivos. En el caso de ellas, cuando una mujer parece más joven siempre se le admira y se le pregunta por su “secreto”, algo que resulta de la enorme presión que todas sienten por no envejecer.

7. Las mujeres conducen peor que los hombres

Una de las creencias machistas más comunes tiene que ver con la idea de que las mujeres no son aptas para conducir como los hombres. Este estereotipo se ha ido perpetuando a lo largo del tiempo de manera injustificada. En los comienzos, los coches y la conducción era un ámbito considerado masculino. Sin embargo, esto en absoluto indica que las mujeres sean menos capaces de conducir.

Sencillamente, tuvieron menos oportunidades para hacerlo en su momento. Hoy en día, por supuesto, esta situación se ha revertido y ambos sexos conducen por igual. Sin embargo, algunas personas siguen manteniendo este pensamiento desde su ignorancia, dando pie a comentarios casposos e inadmisibles.

8. ¿Te ayuda tu marido con las tareas del hogar?

Otra pregunta fuera de lugar que muchas mujeres tienen que escuchar es esta. Parece inofensiva, pero nada más lejos de la realidad. La clave se encuentra en el verbo ayudar. Cuando hablamos de ayuda, asumimos que el hombre no tiene una obligación propia en cuanto a las tareas de casa. Sencillamente, echa una mano a la mujer en su propósito. Sobra decir que esta idea es profundamente machista y que ningún marido debería ayudar a su mujer, sino colaborar en el hogar de manera igualitaria porque ambos viven dentro de él.

9. ¿Cómo llevas que tu jefa sea una mujer?

La mujer ha encontrado muchas trabas para poder ascender a puestos de alta responsabilidad. Aunque se ha mejorado y cada vez está más presente en los niveles directivos, la realidad es que aún existe cierto aroma machista en estos ámbitos. Por ello, a algunos hombres se les suele preguntar cómo llevan que su jefa o superior sea una mujer. Esta pregunta da a entender que un varón debería sentirse ofendido o dolido por tener que acatar con las directrices de una mujer, ya que ella es en teoría inferior.

10. ¿Por qué te vistes así si no quieres provocar?

En teoría, una mujer debería vestirse como le dé la gana sin tener que justificarse o dar explicaciones. Sin embargo, la realidad es que muchas veces ellas se sienten juzgadas por vestir de determinada forma, especialmente cuando muestran partes de su cuerpo como el escote o las piernas. Se sigue dando por hecho que una mujer siempre que viste así es por y para gustar a los hombres. No se contempla nunca la posibilidad de que simplemente desee usar esas prendas por su gusto personal. Muchos incluso culpan a las mujeres que sufren acoso o comentarios fuera de tono alegando que van vestidas para provocar. Lo cierto es que esta pregunta es inadmisible, aunque en el momento actual aún hay personas capaces de plantearla.

11. ¿No se te hace raro que tú ganes más que tu marido?

Por desgracia, sigue existiendo la idea de que es el hombre el que brinda el principal sustento económico a la familia. Cuando una mujer gana más que el hombre o este es quien permanece en casa para atender el hogar y los hijos, enseguida aparecen preguntas como esta. A la sociedad le sigue chirriando que una familia pueda adoptar esta distribución de las tareas y que la mujer aporte el grueso de los ingresos. De hecho, cuando esto ocurre se suele percibir al hombre como débil, inútil, etc.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas preguntas machistas comunes que todos deberíamos evitar. Muchas mujeres tienen que escuchar comentarios inoportunos e irrespetuosos que atentan contra su dignidad. Este tipo de comentarios constituyen los llamados micromachismos, los cuales hacen acto de presencia en las distintas esferas de la vida (laboral, familiar, social…).

Este tipo de preguntas denotan la presencia de muchos esquemas machistas aún en la actualidad, por los que se sigue asumiendo que es la mujer la que debe dedicarse al hogar y los hijos, la que debe anteponer las necesidades de los otros antes que su propio desarrollo personal o la que debe prevenir que puedan acosarla o abusar de ella. Incluso, en el mundo de la empresa se sigue viendo como algo atípico que sea una mujer la jefa o directiva, e incluso aparece extrañeza cuando es el hombre el que sacrifica su empleo por cuidar de los hijos mientras la mujer trabaja.