Sentido de Pertenencia en Psicología: ¿qué es y qué características tiene?

Los seres humanos somos individuos sociales y, como tales, necesitamos sentirnos queridos y arropados por los demás. Sencillamente, si no nos encontramos integrados en la comunidad es imposible para nosotros sobrevivir. Por tanto, es natural sentir deseo de compañía de otras personas, ya sean nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo.

Aunque ya no nos organizamos en tribus y comunas como hace millones de años, lo cierto es que nuestro instinto permanece ahí y seguimos necesitando, por razones evolutivas, ser una pieza más del puzzle social en el que vivimos. En otras palabras, necesitamos imperiosamente pertenecer, y esta es una cuestión que ha suscitado gran interés en el campo de la psicología. En este artículo vamos a hablar acerca del sentido de pertenencia, por qué es tan importante y qué función cumple para nuestra especie.

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¿Qué es el sentido de pertenencia?

El sentido de pertenencia se define como la conciencia de formar parte de uno o varios grupos sociales. Las comunidades son para nosotros el punto de referencia, configuran la forma en la que nos percibimos y la manera en la que vemos el mundo. Así, sentirnos integrados en un colectivo e identificarnos con quienes nos rodean nos brinda una gran sensación de seguridad.

Experimentar este sentido de pertenencia es algo que sucede en cualquier tipo de grupo con independencia de su tamaño. Lo realmente relevante es la percepción de estar compartiendo puntos comunes con los miembros que lo forman, sentir que hay una conexión que teje una red invisible que nos sirve como base segura.

El primer grupo social al que pertenecemos en nuestra vida es la familia. Por ello, la unidad familiar es clave para nuestro desarrollo y supervivencia. Con el paso del tiempo establecemos lazos con personas fuera de ese núcleo, pero las primeras relaciones sociales siempre se producen en nuestra familia desde los primeros años de vida. Es en el hogar donde conocemos por primera vez lo que significa pertenecer. A medida que crecemos, buscamos encontrar ese sentimiento en otros grupos, como los amigos o compañeros.

El sentido de pertenencia está estrechamente relacionado con la construcción de la identidad. Formamos un concepto de quienes somos en base a las relaciones que establecemos con los demás. Así, tendemos a sentirnos seguros cuando compartimos puntos comunes con aquellos que nos rodean. Todas las personas experimentan sentido de pertenencia hacia varios grupos diferentes a lo largo de la vida. Pertenecer a un colectivo no excluye que nos identifiquemos con otro, pues esa pertenencia puede hacer referencia a diversas facetas de nuestra persona. Podemos sentir que pertenecemos a una familia, cultura, profesión, clase social, equipo deportivo, religión, raza, afición, ideología política, etc.

Algo curioso del sentido de pertenencia es que tendemos a considerar que aquel grupo en el que encajamos es el mejor, aunque objetivamente no sea así. Buscamos la manera de justificar que el colectivo del que formamos parte es superior al resto, ya sea porque es importante, selecto, único, original…De esta manera, el sentido de pertenencia puede incluso avivar los conflictos. Las personas que se identifican con colectivos distintos pueden entrar en confrontación al discutir cuál es superior. El ejemplo clásico lo podemos encontrar en la política, donde conservadores y progresistas siempre tratan de imponerse como el colectivo más íntegro y acertado.

Características del sentido de pertenencia

El sentido de pertenencia es un sentimiento que todos los seres humanos necesitamos para desarrollarnos y vivir correctamente. A continuación, vamos a comentar algunas de sus características más importantes.

1. Es una necesidad

Sentir que se pertenece a un grupo no es un deseo, sino una necesidad que todas las personas deben tener cubierta. De acuerdo con la pirámide de Maslow (1943), identificarnos con una comunidad y sentir que somos parte de ella es una necesidad tan esencial que solo es superada en importancia por las necesidades fisiológicas y de seguridad. Todos los individuos necesitan sentirse arropados por los iguales para poder disfrutar de un adecuado estado tanto físico como mental. De lo contrario, el desarrollo y el bienestar se ven claramente dañados.

2. Aparece desde nuestros primeros momentos de vida

El sentido de pertenencia es algo tan natural de nuestra especie que todos lo desarrollamos desde nuestros primeros momentos de vida. Nada más nacer, ya nos encontramos en el seno de una familia, que será el primer grupo social del que formamos parte. Con el paso de los años, el sentido de pertenencia se extiende más allá de la unidad familiar, por lo que también nos identificamos con otros colectivos.

3. Influye en el autoconcepto

La forma en la que nos percibimos a nosotros mismos se configura en base a las relaciones que formamos con los demás. Cómo las personas que nos rodean nos tratan determina el valor que nos otorgamos como individuos, por lo que la pertenencia al grupo resulta clave en la construcción del autoconcepto. Las personas con las que nos identificamos y compartimos puntos comunes son una referencia crucial en la forma en la que nos vemos, especialmente en la época de la adolescencia. Por ello, en esta etapa el papel de los grupos y el deseo de pertenecer se hacen más evidentes que nunca.

4. Intercambio de información

El sentido de pertenencia también nos permite vincularnos con personas con las que compartimos puntos comunes, pero que también pueden proporcionarnos una perspectiva diversa de las cosas. Así, sentirnos parte de un grupo puede ayudarnos a revisar nuestros propios valores y opiniones y obtener información.

5. Incremento de la autoconfianza

No cabe duda de que pertenecer a un grupo es una forma de sentirnos respaldados y seguros. El grupo refuerza nuestra confianza en nosotros mismos, nos ayuda a creer en nosotros y en las ideas que tenemos. Cuando aquellos con los que compartimos una identidad común nos apoyan, sentimos que podemos con todo.

6. Rigidez y ausencia de criterio propio

Aunque el sentido de pertenencia puede aportarnos ventajas, también tiene una cara menos amable. Pertenecer a un grupo implica cumplir con una serie de normas y códigos establecidos, con los que podemos no estar siempre de acuerdo. Así, la presión de grupo a veces puede impedirnos actuar acorde a nuestros valores personales. Al desear encajar a toda costa, nos comportamos como el grupo espera y no como realmente deseamos. En aquellos casos en los que la persona no tenga un criterio propio bien establecido, puede que el grupo ejerza una influencia tan potente que la persona ignore aquello que piensa o quiere al margen de los demás.

7. Rutinas y rituales

Pertenecer a un grupo también nos permite tener estructura y orden. En todos los grupos existen ciertas costumbres y rituales que en el día a día nos ayudan a organizar la vida. Por ejemplo, sentir que pertenecemos a nuestra empresa nos hace cumplir con ciertos horarios laborales. Al desempeñarnos en estas actividades del grupo, esto nos permite sentirnos realizados y útiles.

8. Recursos

Pertenecer a un grupo también es una puerta de entrada a recursos no sólo materiales, sino también emocionales. Al sentirnos parte de un colectivo, tenemos el apoyo de los demás miembros cuando atravesamos malos momentos. En definitiva, el grupo es un refugio físico y emocional ante la adversidad, por lo que el sentido de pertenencia es una herramienta evolutiva importante para garantizar la supervivencia.

Funciones del sentido de pertenencia

El sentido de pertenencia cumple una serie de funciones centrales:

• Brinda cohesión al grupo: Cuando sentimos que formamos parte de un colectivo, esto favorece que la unión entre los miembros sea fuerte y que el grupo crezca y se desarrolle. El sentimiento de pertenencia permite instaurar códigos, normas y valores que permiten configurar una identidad colectiva.

• Define límites entre grupos: Como comentamos anteriormente, pertenecer a un grupo hace que asumamos que nuestra comunidad es la mejor frente al resto. Por ello, tenemos claras las diferencias respecto al resto de grupos y mostramos preferencia por el propio.

• Regula las relaciones con el exterior: La identidad colectiva se forma, en gran medida, por oposición a la identidad de otros grupos. Así, el sentido de pertenencia permite gestionar la forma en la que los miembros se relacionan y comparan con el exterior.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca del sentido de pertenencia, un sentimiento que nos hace sentir parte de uno o varios grupos sociales. Este sentimiento no es un deseo, sino una necesidad humana. Sentirnos aceptados por los demás es un requisito para nuestra salud y supervivencia, por lo que se trata de una estrategia evolutiva esencial. Todos pertenecemos a varios grupos sociales a lo largo de la vida, y en base a ellos vamos configurando nuestro autoconcepto, identidad y confianza en nosotros mismos.

En este sentido, la familia es el primer grupo social del que formamos parte en nuestra vida, y ya desde los primeros momentos de vida desarrollamos este sentido de pertenencia. Con el paso del tiempo, aprendemos a vincularnos con personas fuera del grupo familiar, lo que nos lleva a pertenecer a otros muchos grupos: trabajo, ideología, religión, equipo deportivo, raza, clase social… Formar parte de un grupo nos hace sentir seguros y nos permite conocer el mundo diferenciando nuestro colectivo de los demás, los cuales consideramos inferiores al propio.