Los 12 tipos de Confianza (y sus características)

La confianza es la creencia y esperanza firme de que alguien va actuar de la forma adecuada en un contexto concreto o de que una situación va a ocurrir de la manera que esperamos. Veamos de qué forma se manifiesta.

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Las personas somos, para bien y para mal, seres sociales. Necesitamos del contacto con otros humanos para desarrollarnos adecuadamente a nivel psicológico, sentirnos parte de un grupo social y crecer como individuos en el contexto sociocultural en el que vivimos. Y para ello, especialmente con las personas de nuestro entorno, desarrollamos unas relaciones muy estrechas.

En estas relaciones íntimas a nivel afectivo con familiares, amigos, parejas, compañeros de trabajo, etc, son muchos los componentes emocionales, psicológicos y conductuales que entran en juego, como por ejemplo la lealtad, el compromiso, el respeto, la responsabilidad afectiva, la verdad, el altruismo, la generosidad, la honestidad, la tolerancia o la compasión, entre muchos otros.

Pero, sin lugar a dudas, en cualquier relación estrecha hay un componente absolutamente esencial y que funciona como los cimientos de dicha relación. Estamos hablando, por supuesto, de la confianza. La creencia y esperanza firme de que una persona ajena va a actuar de la forma adecuada en un contexto determinado. Confiar en alguien es condición necesaria para que dicha persona sea alguien importante en nuestro círculo.

Ahora bien, ¿la confianza se expresa siempre de la misma manera? No. Ni mucho menos. Podemos confiar de muchas formas distintas dependiendo del contexto, a quién va dirigida o el ámbito en el que se aplica. Por ello, en el artículo de hoy y de la mano de las más prestigiosas publicaciones en materia de Psicología, vamos a indagar en las particularidades de las diferentes clases de confianza que podemos desplegar los seres humanos.

¿Qué es la confianza?

La confianza es la creencia y esperanza firme de que una persona va actuar de la forma adecuada en un contexto determinado o de que una situación va a desarrollarse de la manera como esperamos. Muy relacionada con la lealtad, el compromiso y el respeto, confiar en alguien nos brinda la posibilidad de creer que dicha persona no nos va a engañar ni a defraudar y que va a actuar de la forma correcta incluso en nuestra ausencia.

Así pues, la confianza es uno de los elementos interpersonales más importantes no solo en lo que a gestión de equipos y trabajos grupales se refiere, sino para desarrollar relaciones íntimas y estrechas sanas, pues confiar en la gente de nuestro entorno implica tener la certeza de que no nos van a traicionar y de que siempre van a mirar por nuestro bien.

Y es que como vemos, la confianza es una expresión conductual y emocional de la cercanía producida por la seguridad que tenemos de las acciones de otra u otras personas, siendo así un elemento vital en las relaciones no solo de pareja, sino con familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. Porque la confianza es un valor que debe trabajarse.

De todos modos, la confianza no se aplica solo sobre individuos. Es decir, no solo confiamos en personas de nuestro círculo cercano que se han ganado dicho valor, sino que, de una forma más ciega, confiamos también en organizaciones, instituciones y empresas tanto públicas como privadas, como ocurre con la confianza que debemos poner en el Gobierno de nuestro país, en los sistemas de salud o en cualquier organización que tenga poder de influencia sobre la ciudadanía.

En resumen, la confianza es un valor psicológico y emocional que emerge tanto de la esperanza de que las instituciones van a ejercer su poder de forma ética como de los sentimientos de lealtad que las personas que tejen nuestro círculo íntimo de relaciones nos generan, siendo así la base sobre la que deben construirse las relaciones familiares, de amistad, de amor y de trabajo. Sin confianza, estamos solos en un mundo social.

¿Qué clases de confianza existen?

Tras haber analizado las bases psicológicas, sociales y morales de la confianza como valor humano, estamos más que preparados para profundizar en el tema que nos ha reunido hoy aquí, que es el de descubrir qué tipos de confianza existen. Porque como ya hemos adelantado, se puede confiar de muchas formas distintas. Veámoslas.

1. Confianza ajena innata

La confianza ajena innata es aquella que se aplica sobre los demás. Es decir, apela a cómo confiamos en otras personas. En este caso y a diferencia de la siguiente, la ajena innata o simple es aquella forma de confianza que se desarrolla de forma natural, como parte de nuestra naturaleza humana. Es aquella confianza que otorgamos de forma no aprendida, sino de entrada y como mecanismo de supervivencia social. Cuando un niño “confía” en sus padres para que lo críen, está desplegando esta confianza ajena innata.

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2. Confianza ajena adquirida

Por su parte, la confianza ajena adquirida es aquella que sigue aplicándose sobre los demás, pero con la particularidad de que es una forma de confianza que no tiene una naturaleza innata, es decir, no se entrega de entrada. La confianza adquirida o alimentada es aquella que vamos desarrollando hacia personas de nuestro entorno que, poco a poco, nos van demostrando que son dignos de ella. Depende de nuestras experiencias vitales y de cómo las interpretamos, no de la primitiva naturaleza humana, por lo que elegimos un círculo en el cual confiar.

3. Autoconfianza

La autoconfianza es aquella que se aplica sobre uno mismo y que está estrechamente ligada con la autoestima y el autoconocimiento. Es decir, es una forma de confianza centrada en la credibilidad que damos a nuestras capacidades, talentos y decisiones. Confiar en nosotros mismos es esencial, pues nos permite desempeñarnos correctamente en proyectos tanto profesionales como personales, pues, siempre que sea de una forma humilde y siendo conscientes al mismo tiempo de nuestras limitaciones y debilidades, debemos creer en nosotros.

4. Falsa autoconfianza

Por falsa autoconfianza entendemos aquella situación en la que una persona proyecta al exterior una imagen de gran seguridad en sí misma aunque, en realidad, no confíe verdaderamente en sus capacidades. La autoconfianza exhibida es una mera fachada que esconde problemas de autoestima y de falta de seguridad en sus talentos. De hecho, esta falsa autoconfianza es un mecanismo de protección involuntario que encuentra, en este engaño, una forma de silenciar esta autopercepción negativa.

5. Confianza encubierta

Por confianza encubierta entendemos aquella forma falsa de confianza en la que solo confiamos en una persona cuando el contexto requiere de ello. Es decir, es la falsa autoconfianza pero aplicada a los demás. Fingimos que confiamos en una persona solo porque la sociedad espera que lo hagamos o porque, en el trabajo, un superior nos está observando. Muchas veces, esconde prejuicios sexistas, clasistas, machistas o racistas.

6. Confianza en los valores

La confianza en los valores es aquella modalidad en la que tenemos la certeza de que las personas de nuestro alrededor, tanto de nuestro círculo cercano como de la sociedad en sí, van a actuar acorde a los valores morales que imperan en nuestro contexto sociocultural. Así, se basa en la seguridad de que nadie va a atentar contra la moralidad de nuestra sociedad y cultura.

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7. Confianza arrogante

La confianza arrogante es una forma de autoconfianza donde existe una patológica seguridad en uno mismo. La persona confía en sí misma, pero ni existen valores de humildad ni realiza un trabajo objetivo de autopercepción para descubrir que, bajo sus talentos, se esconden también limitaciones y debilidades. De este modo, una persona que confía en sus capacidades pero proyectando una imagen de arrogancia, no puede desempeñarse plenamente a nivel social.

8. Confianza humilde

En contraposición, la confianza humilde es una forma de autoconfianza donde existe una saludable seguridad en uno mismo. La persona confía en sí misma y, además, existen valores de humildad fruto de una autopercepción y autoconocimiento que le hacen ser consciente también de sus debilidades y limitaciones. Confiar en uno mismo y ser humilde son dos valores muy preciados a nivel social y que van a enriquecer nuestro bienestar emocional.

9. Confianza conductual

La confianza conductual es aquella que se relaciona con la seguridad de que las personas de nuestro círculo van a actuar de la forma adecuada en cada contexto y sin atentar contra nuestro bienestar. Es decir, consiste en confiar en los comportamientos de los demás y en su capacidad para tomar decisiones que vayan a afectar a los demás de la manera correcta.

10. Confianza emocional

La confianza emocional es aquella que se relaciona con la seguridad de que las personas de nuestro entorno van a ser capaces de regular sus propios sentimientos para favorecer las relaciones para con nosotros. Confiar en que nuestra relación se va a fundamentar en la inteligencia emocional y la empatía. En esto consiste esta forma de confianza.

11. Confianza de criterios

La confianza de criterios es aquella que se relaciona con la seguridad de que las personas de nuestro entorno, ante la aparición de imprevistos, van a ser capaces de tener el suficiente criterio como para solucionar la situación. Confiar en el modo de manejar las situaciones de los demás. En esto se fundamenta esta forma de confianza y hace posible que deleguemos tareas en estas personas en cuyo criterio confiamos.

12. Confianza espiritual

Y terminamos con la confianza espiritual, aquella que se relaciona con la fe de la persona. Así, se trata de una forma de seguridad fundamentada en cuestiones vinculadas generalmente a la religión y a la espiritualidad. Así, quienes tienen esta forma de confianza desarrollan fe hacia las personas que las rodean.

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