Las 7 diferencias entre Medicina convencional y alternativa

La Medicina alternativa es toda práctica que afirma tener los efectos sanadores de la convencional pero cuyas técnicas no se basan en el método científico. Veamos las diferencias entre ambas.

Diferencias Medicina convencional alternativa

Siglo XVII. Galileo Galilei aplica, por primera vez, una metodología basada en la observación de la realidad para así asentar la teoría heliocéntrica y provocar el divorcio entre ciencia y religión. Ha nacido el método científico.

Este método científico es la metodología que permite adquirir conocimientos contrastados con la realidad, siendo así el pilar fundamental de la ciencia y permitiendo obtener resultados fiables a partir del reconocimiento de problemas, formulación de hipótesis, predicciones, experimentación, análisis de resultados y, finalmente, hallazgos.

Todas las ciencias siguen los pasos del método científico. Y, sin duda, una de las más importantes, por sus implicaciones en la salud humana, es la Medicina. La Medicina utiliza el método científico para desarrollar tratamientos y terapias de diagnóstico para avanzar en el abordaje de las enfermedades que afectan a los seres humanos.

Pero, ¿qué pasa con la Medicina alternativa? ¿Por qué se le llama “alternativa”? ¿Funciona? ¿Puede llegar a ser peligrosa? ¿En qué se diferencia de la Medicina convencional? Si quieres encontrar respuesta a esta y muchas otras preguntas, has llegado al lugar adecuado. En el artículo de hoy, además de entender en qué se basan la Medicina convencional y la Medicina alternativa, exploraremos las más importantes diferencias entre ellas. Vamos allá.

¿Qué es la Medicina convencional? ¿Y la alternativa?

Antes de entrar en profundidad en sus diferencias, es interesante (e importante) entender exactamente qué es la Medicina convencional y qué es la Medicina alternativa. Y es que de este modo empezarán a quedar ya muy claros los puntos diferenciales entre ambas disciplinas. Definamos, pues, ambos conceptos.

Medicina convencional: ¿qué es?

La Medicina convencional es la Medicina que tiene el método científico como pilar de su existencia. En este sentido, la Medicina convencional es una ciencia. La ciencia de la salud más conocida y la que más siglos de antigüedad tiene, aunque evidentemente ha ido evolucionando con el tiempo.

Se trata de una ciencia natural que se centra en el campo de la salud humana. La Medicina es la ciencia de la salud que estudia, haciendo uso de todos los pasos del método científico, las enfermedades que afectan al ser humano, explorando formas tanto de prevenirlas como de tratarlas, así como de diagnosticarlas.

Los médicos son profesionales que han cursado un grado universitario de una duración de 6 años en Medicina para luego formarse, durante 4 años más, como Médico Interno Residente, cursando una especialidad dentro de las más de 50 ramas dentro de esta ciencia.

Pediatría, traumatología, ginecología, oncología, neurocirugía, odontología, cardiología, reumatología, psiquiatría, endocrinología, geriatría, infectología, neumología y un largo etcétera. El camino para convertirse en un médico de especialidad, pues, es de como mínimo 10 años.

La Medicina moderna (entendida también como la convencional) está en constante evolución, sometiendo, como obliga el método científico, a sus descubrimientos a críticas y mejoras en los mismos. La Medicina es también investigar y experimentar, desarrollando nuevas terapias, medicamentos y formas de diagnóstico cada vez más eficaces.

La Medicina como ciencia está en constante cambio. Todo está sujeto a mejora y es precisamente el uso del método científico lo que nos hace estar seguros de que, dentro de que ninguna ciencia es perfecta, los diagnósticos y tratamientos recibidos son los que experimentalmente han demostrado ser eficaces y seguros dentro de los inevitables riesgos que toda terapia médica tiene.

Medicina

Medicina alternativa: ¿qué es?

La Medicina alternativa es aquella Medicina que no tiene en el método científico el pilar de su existencia. Por ello, pese a lo que nos quieran vender, la Medicina alternativa no es una ciencia. No lo ha sido, no lo es y no lo será. Para que fuera una ciencia, tendría que usar el método científico. No lo usa. No es una ciencia. Así de sencillo.

En este sentido, la Medicina alternativa es toda práctica (acupuntura, hierbas medicinales, quiropraxia, ozonoterapia, curación por fe, hipnosis, homeopatía…) que afirma tener los mismos resultados sanadores que la convencional pero sin hacer uso de la metodología científica. Y al no hacer uso de ella, no hay investigación ni experimentación ni, por lo tanto, resultados fiables.

La Medicina alternativa no evoluciona dentro del significado científico de “evolucionar”. No está sujeta a modificaciones dentro de su propia comunidad y tampoco se realizan estudios experimentales donde se avala o se rechaza su efectividad.

De hecho, más allá del (totalmente cierto y demostrado) efecto placebo de determinados remedios propios de la Medicina alternativa, no hay pruebas de que, a nivel fisiológico, tengan efectos sanadores en el cuerpo.

Hay veces en las que las terapias de Medicina alternativa pueden utilizarse dentro de un tratamiento convencional, pero generalmente para aliviar dolores vinculados, por ejemplo, al cáncer, la artrosis o la fibromialgia. En este contexto, disciplinas alternativas como la acupuntura o la hipnosis pueden (no sabemos si por el efecto placebo o por verdaderos efectos biológicos) ser de ayuda. Pero siempre como tratamiento complementario. Nunca como tratamiento exclusivo.

Es más, muchos complementos alimenticios en base a hierbas propias de la Medicina alternativa pueden interferir en la actuación de otros fármacos y medicamentos que sí han demostrado, a través del método científico, ser útiles en el tratamiento de una enfermedad.

En resumen, la Medicina alternativa incluye todas aquellas prácticas que no usan el método científico y que, ya sea por el efecto placebo o por mecanismos que todavía no conocemos, parecen tener efectos sanadores en determinadas personas. Esto no quiere decir que siempre sea mala, peligrosa o un timo. Simplemente, no está regulada de forma científica. No hay tanta seguridad en su eficacia.

De todos modos, como no se saben los riesgos de las mismas, debe enfocarse como una terapia complementaria a una propia de la Medicina convencional. Nunca como un tratamiento que excluya a los de la Medicina científica. Por lo tanto, la Medicina alternativa puede considerarse como una pseudomedicina.

Y, repetimos, esto no significa que sea algo a evitar. Todo aquello que ayude a las personas, aunque sea por efecto placebo, es bienvenido. El problema viene cuando se usa esta semejanza a la ciencia para engañar a la gente. Aquí está el peligro de la Medicina alternativa. No en sí misma. Sino en quienes hacen creer, por sus intereses económicos, que puede sustituir a la convencional.

Medicina alternativa

¿En qué se diferencian la Medicina convencional y la Medicina alternativa?

Después de definir ambos conceptos, seguro que han quedado más que claras las diferencias entre la Medicina convencional y la alternativa. Aun así, para que dispongas de la información de forma más clara y concisa, hemos preparado una selección de sus diferencias en forma de puntos clave.

1. La Medicina convencional usa el método científico; la alternativa, no

La diferencia más importante y de la que derivan todas las demás. La Medicina convencional se basa en el método científico, a través de sus pasos: observación, reconocimiento de problema, pregunta, inspección de bibliografía previa, formulación de una hipótesis, establecimiento de predicciones, experimentación, análisis de resultados, conclusiones y comunicación de resultados.

La Medicina alternativa no sigue ni uno de estos pasos. Todo se basa en creencias populares sin ningún fundamento científico y en prácticas presuntamente sanadoras pero que no han mostrado, a través de este método científico, ser eficaces como prometen ser.

2. La Medicina convencional es una ciencia; la alternativa, una pseudociencia

En relación con el punto anterior, podemos afirmar que, mientras que la Medicina convencional es una ciencia en el sentido estricto de la palabra, todas las técnicas de la Medicina alternativa son pseudociencias.

Repetimos: esto no significa que la Medicina alternativa sea el diablo. Ni mucho menos. Es más, muchas veces se usan algunas técnicas como terapias complementarias a la convencional. El problema es intentar vender que una pseudociencia es una ciencia.

3. La Medicina convencional evoluciona; la alternativa, no

La Medicina convencional, al ser una ciencia, está constantemente en evolución. Todo lo que se descubre es susceptible de ser rechazado y sustituido por nuevos descubrimientos que han mostrado ser más eficaces que sus predecesores. La Medicina convencional evoluciona a diario y seguirá evolucionando.

La Medicina alternativa, en cambio, no evoluciona. Al no seguir el método científico, no hay posibilidad de cambio. Las prácticas de hoy son iguales que en su nacimiento y seguirán siendo iguales dentro de varios años. No hay evolución. Todo se toma como un dogma que ha sido, es y seguirá siendo igual.

Medicina investigación

4. La Medicina convencional muestra ser eficaz y segura; la alternativa, no

La Medicina convencional por supuesto que tiene riesgos y hay tratamientos muy agresivos con el cuerpo. Pero dentro de estos inherentes riesgos, debemos saber que toda terapia médica que se nos realiza ha sido fruto de un muy estricto método científico donde ha demostrado encontrar el perfecto equilibrio entre eficacia y seguridad.

En la Medicina alternativa, no podemos estar seguros ni de su eficacia ni de su seguridad. ¿Significa esto que siempre es un timo y que es peligrosa? No. Ni mucho menos. Simplemente hay que tener en cuenta que nadie ha valorado estadísticamente su eficacia y que determinadas prácticas sí que pueden ser peligrosas para el cuerpo o interferir con tratamientos médicos convencionales.

5. La Medicina convencional tiene efectos fisiológicos; la alternativa, primordialmente placebo

Cuando un tratamiento farmacológico nos cura, es porque ese medicamento ha tenido efectos fisiológicos en el cuerpo. Cuando una terapia alternativa nos cura, lo más probable es que no haya tenido ningún efecto fisiológico en el cuerpo, pero sí un efecto placebo que, al creer que eso nos será de utilidad, realmente tiene impacto a nivel orgánico.

Estamos otra vez en lo mismo: sea o no por placebo, si la medicina alternativa puede ayudar, bienvenida sea. Pero hay que tener claro que la única medicina que puede prometer efectos fisiológicos reales es la convencional. La alternativa puede tenerlos (como la acupuntura), pero los efectos no están bien estudiados y son primordialmente debidos al efecto placebo.

6. La Medicina convencional requiere de estudios; la alternativa, no

Dentro de la propia comunidad médica, todo está sujeto a rechazo y a reestructuración. Nunca se da nada por sentado. La Medicina convencional, pues, requiere siempre de estudios científicos para demostrar que un nuevo tratamiento es más eficaz y/o seguro que otros previos. En la alternativa, todo se da por sentado. No se necesitan estudios que avalen su eficacia. Basta con el hecho de que quien aplique la terapia alternativa venda bien el producto. Y dentro de la comunidad, no hay voluntad (ni interés) de cambio.

7. La Medicina convencional tiene ramas; la alternativa, no

Ya no solo es que la Medicina convencional sea una carrera universitaria en sí misma con una duración de 10 años mientras que la alternativa suele basarse en cursos de naturaleza dudosa (a excepción de la quiropraxia, que aunque sea medicina alternativa, requiere de una formación académica muy rigurosa), sino que la Medicina convencional tiene más de 50 ramas que nacen de ella y la alternativa son simplemente terapias inconexas entre ellas.

Hierbas medicinales
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