¿Qué es la Alianza Terapéutica? Definición y 4 pautas para lograrla

En la actualidad, se ha empezado a normalizar el acudir a terapia y contar con la ayuda de un psicólogo cuando existen dificultades emocionales. Sin embargo, conectar con un profesional de salud mental no siempre es tarea fácil.

Muchas personas se cuestionan por qué hay quienes obtienen resultados satisfactorios tras su tratamiento con un profesional de la psicología mientras que otros no logran la ansiada mejoría. Lo cierto es que responder a esta duda no es sencillo, pues son muchas las variables que modulan la eficacia de un tratamiento psicológico.

Aunque generalmente se valora la formación y habilidades técnicas de los psicólogos como el aspecto más decisivo en este sentido, lo cierto es que hay un elemento especialmente relevante que tiene mucho que ver con el éxito (o el fracaso) de una terapia: hablamos de la alianza terapéutica.

Esencialmente, la alianza terapéutica hace referencia a la relación que se establece entre el profesional de la psicología y su paciente. Debido al peso que la calidad de dicha vinculación tiene de cara a los resultados del tratamiento, en este artículo hablaremos acerca de ella y sus componentes, así como de las claves para que un psicólogo pueda construir una relación de calidad con sus clientes.

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¿Qué es la alianza terapéutica?

La alianza terapéutica se define como el vínculo interpersonal que se construye entre un paciente y su terapeuta. Se trata de una relación fundamentada en la confianza, la empatía y la aceptación incondicional. Esto permite a la persona que acude a consulta sacar hacia fuera su mundo interior y sentirse comprendida sin juicios o presiones de por medio.

La calidad de este vínculo cobra una gran relevancia en el proceso terapéutico. Los pacientes que se sienten cómodos frente a su psicólogo tienen mayor probabilidad de mostrar una respuesta positiva al tratamiento que aquellos que no han logrado establecer este tipo de relación con el profesional.

Este tipo de relación se convierte en el marco donde el profesional y su paciente se encuentran e intercambian información en un clima de confianza y calidez, todo con el fin de que la persona logre cambios positivos en su vida a través de la terapia.Por todo ello, una alianza terapéutica de calidad es un buen predictor del éxito del tratamiento.

Por supuesto, la formación de una alianza terapéutica adecuada requiere la implicación de ambas partes. Por un lado, el profesional debe ser flexible, contar con adecuada experiencia y conocimientos y saber utilizar sus herramientas para aceptar a su paciente y empatizar con él.

En cuanto al cliente, este debe poseer una buena disposición al cambio y estar comprometido con el proceso terapéutico. Como sucede con todos los tipos de relaciones, es imposible que funcione si alguno de los dos miembros de la díada no está implicado para que esta fluya.

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¿Cómo se forma la alianza terapéutica?

Toda alianza terapéutica comienza a formarse desde la primera toma de contacto entre terapeuta y paciente. La primera impresión será esencial para romper el hielo, y en estos primeros momentos es el psicólogo el que debe crear un clima cálido y acogedor que ayuda al paciente a sentirse confiado para abrirse con sinceridad.

La terapia debe ser, ante todo, un lugar seguro para la persona, donde esta sienta que puede expresarse con transparencia sin miedo a ser juzgada. Así, el espacio terapéutico tiene que permitir al cliente soltar por un momento todos los roles y etiquetas que arrastra en la vida cotidiana para poder mostrarse sin caretas, tal cual es.

Si bien las técnicas y conocimientos son necesarios para ejercer la profesión de psicólogo de manera adecuada, estas pierden su sentido cuando la relación personal entre paciente y profesional falla.

El trabajo con personas no puede deshumanizarse, pues la psicoterapia implica abordar cuestiones íntimas y profundas que remueven emociones y sacan a la luz lo más oculto de cada individuo. Una buena alianza terapéutica es siempre el resultado de un terapeuta que, desde una buena base técnica, se ha esforzado para conectar con la persona que tiene frente a él, a la vez que esta trata de cambiar e implicarse.

Construir este vínculo no siempre será fácil, pues no todas las personas nos inspiran lo mismo. Así, un psicólogo deberá en algunos casos hacer un gran esfuerzo para vincularse con aquellas personas que se alejen más de su zona conocida.

Tejer esta alianza tiene que ver para el profesional con ver al otro desde una mirada de aceptación, aunque no tenga nada que ver con él. Solo cuando se consigue esto, el profesional puede realmente ayudar a su paciente a transitar por el proceso de cambio de forma eficaz.

Pautas que un psicólogo debe seguir para lograr buena alianza terapéutica

Existen algunas cuestiones relevantes que todo psicólogo debe tener en cuenta si desea formar una buena alianza con su paciente.

1. Escucha activa

Aunque pueda parecer obvio, un primer paso crucial para que se forme una buena relación terapéutica es que el profesional sepa escuchar al paciente de forma activa. Esto implica tener un buen dominio del lenguaje verbal y no verbal, manifestar al otro que le estamos escuchando con herramientas como el parafraseo o los reflejos, validar las emociones de la otra persona, empatizar con ella y reflejar sus estados emocionales.

Escuchar no consiste en oír al otro y esperar el turno para hablar, sino en sintonizar con el mensaje subliminal que nos quiere transmitir y reforzar que se esté comunicando con nosotros dándole toda nuestra atención.

2. Empatía

La empatía es otro elemento clave para que el profesional pueda vincularse correctamente con su paciente. Entender la perspectiva del otro, sus sentimientos y emociones, es clave para que este pueda abrirse con naturalidad.

3. Adaptación al paciente

Como decimos, formar alianza terapéutica será más o menos difícil para el profesional dependiendo de la persona. Tal y como sucede con las relaciones personales, no conectamos igual con todo el mundo, por lo que a veces es preciso salir de la zona conocida y ver otras realidades y formas de ver la vida que no se comparten.

En estos casos, sintonizar será una tarea más difícil, por lo que el psicólogo deberá utilizar su experiencia y conocimientos para entender a su cliente a pesar de las diferencias, hablar su mismo lenguaje y utilizar sus códigos.

4. Honestidad y transparencia

Un buen psicólogo es aquel que conoce sus límites y se muestra honesto con sus pacientes. Así, vincular adecuadamente con el paciente a veces pasa por reconocer aquello que no se sabe, admitir que no se tienen las respuestas o soluciones para todo. Brindar una imagen humanizada y honesta es una buena manera de hacer que el paciente se sienta más cómodo y confiado.

Los componentes de la alianza terapéutica

Ahora que ya hemos hablado de la alianza terapéutica en general, es momento de analizar los componentes que la constituyen:

• La relación con el paciente: Uno de los pilares clave de esta relación es, como es evidente, la relación con el propio paciente. Aceptar al otro de manera incondicional, respetar y aceptar sus emociones y su perspectiva es una clave esencial para que este vínculo sea adecuado.

• El grado de acuerdo entre ambos en cuanto a los objetivos de la terapia: La alianza terapéutica tiene que ver con la finalidad de la terapia. Todo proceso de tratamiento debe ir encaminado en una dirección, y esta trayectoria debe ser consensuada entre ambas partes. Cliente y terapeuta deben lograr un acuerdo sobre aquellas metas que se desean alcanzar.

• El grado de acuerdo entre ambos respecto a los medios para lograr esos objetivos: Por supuesto, el fin no es lo único importante. Los medios también lo son, por lo que es esencial que el terapeuta sea transparente y trate de acordar junto a su paciente su plan de acción, es decir, qué técnicas van a utilizarse para conseguir los objetivos planteados de manera conjunta. En este sentido, es crucial que el terapeuta se muestre disponible para resolver las dudas que el paciente pueda tener a lo largo de todo el proceso, reduciendo en la medida de lo posible su incertidumbre.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la alianza terapéutica, que es la relación que se forma entre un psicólogo y su paciente. Se trata de un vínculo especial, que debe basarse en la confianza, el respeto, la empatía y la aceptación incondicional del otro. Cuando se cumplen estos requisitos, el vínculo aumenta la probabilidad de que los resultados terapéuticos sean positivos.

Formar esta relación de forma adecuada no depende solo del saber hacer del terapeuta, sino también de la implicación y compromiso del paciente. Ambas partes deben esforzarse por construir un espacio común que permita marcar objetivos conjuntos que, al cumplirse, se traduzcan en cambios y mejoría en la vida de la persona que ha acudido a terapia.

Una alianza terapéutica de calidad predice el éxito del tratamiento y es tan importante como los conocimientos técnicos. La psicología es una ciencia humana y, como tal, implica una relación personal con el cliente. Por tanto, los conocimientos técnicos pierden su sentido si ambas partes no sintonizan desde el principio.

Con independencia del tipo de terapia, el paciente siempre debe sentir que en ella encuentra su lugar seguro para expresarse de forma sincera sin temor a ser juzgado.