Las 6 características de las personas hipócritas (y cómo identificarlas)

Los seres humanos somos individuos sociales, lo que significa que necesitamos de los demás para poder sentirnos bien. Sin embargo, muchas veces nuestras ideas y valores chocan con aquellas normas que la sociedad nos impone desde fuera.

Cuando nos encontramos en esta tesitura puede que nos veamos en la necesidad de emplear estrategias que permitan resolver esta disonancia entre lo que somos y lo que el resto espera que seamos. Así, tratamos de ser fieles a nuestra esencia sólo cuando ello no suponga arriesgar la aceptación del grupo social al que pertenecemos. En algunos casos, esto puede dar pie a comportamientos que configuran lo que conocemos como hipocresía.

En general, las personas hipócritas son aquellas que muestran una marcada incongruencia entre aquello que dicen y hacen. Así, por diferentes razones tienden a mostrar un discurso que no encaja con las acciones que se llevan a cabo en realidad. Si te interesa identificar a quienes muestran esta tendencia a tu alrededor, continúa leyendo, porque en este artículo vamos a hablar acerca de las características que definen a las personas hipócritas.

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¿Qué es la hipocresía?

La hipocresía se define como el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se están sintiendo o experimentando. Así, un individuo hipócrita tratará de ser o parecer algo que no es. Aunque la hipocresía pueda ser en cierta manera útil como estrategia de supervivencia en el entorno social, lo cierto es que una vez que esta es detectada genera desconfianza y rechazo por parte de los demás. Resulta lógico, pues nadie desearía relacionarse con alguien que contradice sus propias palabras con sus acciones.

La pregunta que cabe hacerse es… ¿Por qué las personas podemos llegar a ser hipócritas? Realmente, la respuesta más habitual es sencilla: búsqueda de aceptación. Ya sea de manera consciente o inconsciente, son muchos los individuos que pueden simular ser de una forma que son con el fin de gustar, ser aceptados, conseguir algo…

Muchas personas que se comportan de forma hipócrita han aprendido que esta actitud es la única que permite sobrevivir en un contexto social donde mostrarse tal y como son puede implicar consecuencias negativas. Desde nuestra infancia recibimos mensajes acerca de cómo debemos ser y vivir, lo que genera una importante presión que lleva a manipular la imagen que proyectamos a los demás.

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Personalidad hipócrita: ¿cuáles son sus rasgos?

A continuación, vamos a comentar algunas de las principales características de las personas hipócritas.

1. Moralismo férreo, pero sólo para los demás

Las personas hipócritas se caracterizan por utilizar el doble rasero a la hora de aplicar su férrea moralidad. Si bien se muestran intensamente críticas con las acciones de los otros, no hacen lo propio con las suyas. La moralidad nos fuerza en ocasiones a hacer cosas que realmente no queremos sólo porque es lo “correcto”. Aunque esto puede ser fastidioso a veces, lo cierto es que también nos beneficia cuando son los demás los que actúan a nuestro favor.

Aunque la mayoría de la gente acepta las dos caras de esta moneda, las personas hipócritas sólo se quedan con la que más les interesa. Así, sólo aplican su moralidad para obligar a los demás a actuar acorde a las normas impuestas y, en caso de que no lo hagan, no dudan en juzgarles duramente. A la vez, ellos mismos no se amoldan a dichas normas y hacen aquello que les viene en gana sin tenerlas en consideración.

2. Falsedad

Las personas hipócritas suelen mostrarse en apariencia amables y prosociales. Sin embargo, la simpatía superficial suele esconder intereses secundarios. Muchas veces, ven a los demás como meros agentes para conseguir algo, por lo que el acercamiento a otras personas no es sincero y honesto. Por ello, es posible que esa persona hipócrita transmita una imagen más bien forzada, poco espontánea y natural.

3. Intereses ocultos

Las personas hipócritas pueden llegar a tener un gran número de personas en su lista de contactos, aunque realmente no forman amistad sincera con casi ninguna de ellas. Lejos de cuidar sus relaciones desde el interés genuino, sólo acuden a los demás cuando pueden obtener algún beneficio de ellos. En sus relaciones sociales no existe reciprocidad, pues a pesar de pedir y reclamar todo aquello cuanto desean al resto, no responden a ellos de la misma manera.

En otras palabras, podríamos decir que son personas oportunistas que no dudan en exprimir al máximo a quienes tienen alrededor para lucrarse y favorecerse. Si has tenido algo parecido a una amistad con alguien hipócrita, posiblemente tengas la sensación de que esa persona sólo se aproxima a ti de vez en cuando, y casualmente siempre que esto sucede es porque te va a pedir algún tipo de favor.

4. Palabras, pero no acciones

Las personas hipócritas suelen tratar de mostrarse a los demás como individuos corteses, educados y serviciales. Sin embargo, saben cómo y cuándo hacer sus propuestas para que estas nunca lleguen a realizarse, de forma que logran presentarse de manera amable sin el esfuerzo que les podría suponer cuidar o dar algo por los demás. Por ejemplo, pueden proponer hacer un favor que saben que ya hará otra persona, invitar a algo un día que saben que esa persona ya ha hecho planes, etc.

5. Cómplice de burlas y críticas

Las personas hipócritas suelen mostrarse como grandes amigas con quienes tienen alrededor. Parecen amables y leales, aunque la realidad es bien distinta. Cuando esa persona se marcha, no dudan en aprobar y colaborar en críticas y burlas hacia ella. Muchas veces incluso será quien tome la iniciativa para dañar la imagen de esa persona, sacando a relucir sus errores y defectos ante los demás para posicionarse como alguien superior (aunque muchas veces ella misma sea quien tiene esos y más defectos).

6. Distancia en los malos momentos

Las personas hipócritas suelen parecer cercanas, sin embargo resultan decepcionantes cuando se acercan tiempos difíciles. Si alguien del entorno está atravesando un mal momento, tomarán distancia y desaparecerán. Así, serán inaccesibles y resultará imposible poder solicitar su ayuda.

Consecuencias de ser una persona hipócrita

Cuando una persona se comporta de forma hipócrita, esto puede suponer una amenaza para su salud física, emocional y psicológica. Adoptar esta actitud de continua incongruencia entre lo que se dice y hace requiere un importante esfuerzo, activándose mecanismos emocionales que a largo plazo pueden producir bastante desgaste.

Muchas veces, las personas hipócritas no son del todo conscientes de la disonancia que existe entre su discurso y su conducta. En ocasiones, esta actitud se encuentra tan arraigada que se normaliza y pasa desapercibida. Muchas veces, lo que puede parecer un mecanismo de defensa efectivo para desenvolverse en el grupo social, puede convertirse en un gran obstáculo para vivir una vida libre con paz mental. En este sentido, la terapia psicológica puede ser de gran ayuda para entender por qué resulta tan relevante la opinión de los demás y por qué es necesario fingir ser alguien diferente de cara al resto.

Cómo tratar a una persona hipócrita

Lidiar con una persona hipócrita puede ser realmente difícil. No obstante, es fundamental tener presente que en muchos casos la propia persona no es consciente del contraste entre sus acciones y sus palabras. En cualquier caso, la forma de manejar las interacciones con alguien hipócrita va a depender de distintos aspectos, como el tipo de vínculo que nos une a esa persona, el agravio que suponga aceptar su conducta hipócrita, el estilo de personalidad de esa persona, etc.

Dependiendo de estas cuestiones, podremos proceder de una forma o de otra. En algunos casos, podremos responder ante ella de manera asertiva señalando la disonancia que observamos. Sin embargo, en otros quizá esto no resulte productivo y sea preferible adoptar una actitud compasiva entendiendo cómo esa persona ha llegado al punto en el que se encuentra. Para mucha gente, la hipocresía es la única manera de salir adelante en un contexto social hostil, por lo que no resulta justo juzgar esta actitud por igual en todos los casos.

Mostrarse comprensivo con este perfil de personas puede ser, precisamente, lo que más útil resulte para que comiencen a mostrarse tal y como son ante los demás. A veces, cuando la conducta de esa persona nos violenta o incomoda y no es posible el cambio, no nos quedará otra que tomar distancia. Debemos medir hasta qué punto la relación con esa persona nos daña y si es viable apartarnos en lugar de luchar por cambiar su comportamiento.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de las características que definen a las personas hipócritas. En términos generales, la hipocresía se da cuando alguien actúa de manera incongruente con sus palabras. Esta actitud es, para muchas personas, un mecanismo de supervivencia para encajar en entornos sociales donde ir contra las normas impuestas supondría consecuencias negativas. En general, la hipocresía hace a las personas valorar de forma diferente sus acciones y las de los demás, aplicando el moralismo férreo sólo a los comportamientos ajenos. Además, suelen acercarse a los demás sólo por intereses ocultos, sin vincularse con ellos de manera honesta y recíproca. Además, el deseo de encajar puede llevar a que sean cómplices de burlas o críticas por la espalda hacia otras personas.