Los 10 tipos de motivación (y sus características)

La motivación es la energía o impulso que sentimos ante determinados estímulos y que nos empuja a realizar una acción, generalmente con el propósito de cumplir una meta que nos hemos establecido.

Tipos de motivación

¿Qué es lo que nos mantiene despiertos por la noche para terminar un proyecto del trabajo o acabar de estudiar un examen de la universidad? ¿Por qué seguimos entrenando en el gimnasio cuando ya estamos exhaustos y nuestro cuerpo nos pide descanso?

La motivación es una habilidad imprescindible en los humanos. Sin una fuerza o energía interna que nos mantenga en rumbo, sería imposible perseguir y alcanzar nuestras metas y sueños. No importa cuál sea el objetivo ni si es pequeño o grande, siempre necesitamos estar motivados para conseguir lo que queremos en la vida.

En cualquier ámbito de nuestra vida necesitamos la motivación. Es un principio básico de la conducta humana y tiene relación con muchos otros sucesos y conceptos, como por ejemplo la autoestima, el estrés, la presión, los sueños, las emociones, la concentración… Todo esto hace no solo que sea un fenómeno difícil de estudiar a nivel cognitivo, sino que la variedad de formas de motivación sea enorme.

Y fruto de esta diversidad nacen los diferentes tipos de motivación. Y es que como veremos a lo largo de este artículo, dependiendo de la fuente, de los estímulos que la disparan y de su objetivo, la motivación puede clasificarse en distintos tipos.

¿Qué es la motivación?

Cuando sentimos esa energía que nos impulsa y nos da fuerzas para llegar a nuestra meta, no nos paramos a pensar en qué ocurre en nuestro cerebro. Pero los psicólogos, a lo largo de los años, sí que lo han hecho. Y de ahí que naciera el concepto de motivación.

La motivación, pues, puede definirse como el conjunto de procesos neurológicos que se activan ante un determinado estímulo y que culminan con la producción de una serie de hormonas y neurotransmisores que nos llevan a activarnos. Esta energía nos impulsa, mueve y orienta para que nuestros actos vayan enfocados a un objetivo concreto, el cual siempre está relacionado con satisfacer alguna necesidad humana.

Pero, ¿a qué nos referimos con esto de necesidad? Sin entrar demasiado en el tema (ya que daría para un artículo diferente), la Psicología defiende que, utilizando como base los estudios de Abraham Maslow, psicólogo estadounidense del siglo XX y uno de los fundadores de la Psicología humanista, todos los seres humanos tenemos una serie de necesidades, las cuales siguen una estructura jerárquica en forma de pirámide.

En esta estructura, que recibe el nombre de Pirámide de Maslow, podemos ver que en la base hay unas necesidades básicas y que subimos hasta una punta donde, si bien las necesidades no son básicas, sí que son importantes para nuestro bienestar emocional. Desde la base hasta la punta tenemos las siguientes necesidades: fisiológicas (comer, beber, respirar, dormir, reproducirnos…), de seguridad (tener un trabajo, una familia, una casa, dinero…), de afiliación (tener familiares, amigos y pareja), de reconocimiento (respeto, éxito, confianza…) y autorrealización (superación, creatividad, autoimagen…).

Decimos todo esto porque la motivación siempre nace de cubrir una de estas partes de la pirámide. Por lo tanto, la motivación es la energía que nace de nuestro interior siempre con el objetivo de cubrir alguna de las anteriores necesidades humanas. Primero deben estar cubiertas las de la base y, en cuanto lo están, se puede ir subiendo de nivel.

La motivación puede variar en intensidad dependiendo de cuánto deseamos cubrir esa necesidad y también va variando y evolucionando a lo largo de la vida, pues nuestras necesidades, sueños, metas y aspiraciones también cambian.

Bici

¿Cuáles son los principales tipos de motivación?

Ahora que hemos entendido qué es la motivación, podemos pasar a analizar los distintos tipos que existen. La motivación puede clasificarse de acuerdo a distintos parámetros: los factores motivadores, el desenlace de la actividad, la relación con los demás, el origen de la necesidad y el papel del deporte.

A continuación presentamos los tipos de cada uno.

1. Según el factor motivador

Dependiendo de si el factor que nos motiva está dentro de nosotros mismos o fuera, la motivación puede clasificarse en extrínseca o intrínseca.

1.1. Motivación extrínseca

La motivación extrínseca es la energía que nos impulsa a conseguir algo cuando el factor motivador no está dentro de nosotros, es decir, lo que perseguimos es algo externo. En este tipo de motivación, el verdadero bienestar no se encuentra en completar el camino, sino en obtener la recompensa, que puede ser el reconocimiento por parte de los demás o otras cosas materiales, como por ejemplo dinero. En otras palabras, el factor motivador es conseguir algo de fuera, no desarrollarnos personalmente.

1.2. Motivación intrínseca

La motivación intrínseca es la energía que nos impulsa a conseguir algo cuando el factor motivador está dentro de nosotros, es decir, lo que perseguimos es algo interno. En este caso, más que el desenlace, lo que nos genera mayor bienestar emocional es ver que hemos completado el camino. En este caso, no queremos que nadie nos reconozca nuestro trabajo ni conseguir dinero, sino que el factor motivador es sentirnos realizados y a gusto con nosotros mismos.

2. Según el desenlace de la actividad

Dependiendo de si nuestras acciones van destinadas a acercarnos a algo o a alejarnos de él, la motivación puede clasificarse en positiva o negativa. Ahora lo entenderemos mejor.

2.1. Motivación positiva

La motivación positiva es aquella energía que nos lleva a seguir un camino con el objetivo de conseguir una recompensa positiva, sin importar si el factor motivador es extrínseco o intrínseco. Es decir, nuestros actos van encaminados a acercanos a un suceso concreto. Cuando estudiamos para sacar buena nota en un examen y conseguir entrar en la carrera que queremos, tenemos una motivación positiva.

2.2. Motivación negativa

La motivación negativa es aquella energía que sentimos para realizar algo pero no porque esperemos obtener un beneficio, sino para evitar un desenlace desagradable. Es decir, nuestros actos van encaminados a alejarnos de un suceso concreto, generalmente con el fin de evitar consecuencias negativas, ya sean castigos o humillaciones (en este caso, el factor motivador sería externo) o sensaciones de frustración personal (en este caso, el factor motivador sería interno).

Cuando estudiamos para sacar buena nota en un examen pero no para entrar en la carrera que queremos, sino para evitar que nuestra madre nos castigue sin salir el fin de semana, tenemos una motivación negativa.

3. Según la relación con los demás

Dependiendo de si lo que hacemos va destinado a compararnos con los demás o no, la motivación puede ser centrada en el ego o centrada en la tarea. No hay que confundir con la extrínseca o la intrínseca, pues aquí no nos preguntamos si el factor motivador es externo o externo, sino si lo que nos empuja es realmente lo que queremos o la presión de los demás.

3.1. Motivación centrada en el ego

La motivación centrada en el ego es aquella energía que nos impulsa a hacer algo porque nos comparamos con los demás, nos sentimos presionados y tenemos la necesidad de superarlos o, al menos, igualarlos. El factor puede ser tanto extrínseco como intrínseco, pero lo importante de este tipo de motivación es que no estamos actuando de forma libre para nuestro bienestar, sino porque sentimos emociones negativas cuando vemos que alguien destaca en algo.

3.2. Motivación centrada en la tarea

La motivación centrada en la tarea es aquella energía que nos impulsa a hacer algo no porque nos comparemos con los demás y nos sintamos en la obligación de hacerlo, sino porque realmente miramos en nuestro interior y vemos qué es lo que de verdad queremos y necesitamos. En este caso, la motivación, ya sea de factor extrínseco o intrínseco, no depende de lo que hagan los demás, sino de nuestras metas y sueños reales.

4. Según el origen de la necesidad

Dependiendo de qué necesidad de la pirámide de Maslow queramos cubrir, la motivación puede ser primaria o social. Veámoslas.

4.1. Motivación primaria

La motivación primaria es aquella energía que nos impulsa a cubrir las necesidades de la base de la pirámide, es decir, todas aquellas fisiológicas. No depende tanto de nuestras emociones ni deseos de futuro, pues es simplemente una reacción instintiva que nos lleva a comer, beber, dormir y reproducirnos. Cuando nos levantamos del sofá para beber agua, tenemos una motivación primaria.

4.2. Motivación secundaria

La motivación secundaria o social es aquella energía que nos impulsa a cubrir no las necesidades básicas, sino los otros niveles superiores de la pirámide. Es la motivación que depende de nuestras emociones, sueños, aspiraciones y metas. Consiste en cubrir todas aquellas necesidades que, si bien no son básicas para la supervivencia, sí que lo son para nuestro bienestar físico y emocional: amistad, seguridad, empleo, dinero, hogar, intimidad, respeto, reconocimiento, superación, confianza, amor, familia…

5. Según el papel del deporte

El deporte es uno de los ámbitos de la vida en el que la motivación es más importante. Por ello, no es de extrañar que la psicología del deporte haya clasificado la motivación deportiva en dos tipos.

5.1. Motivación básica

La motivación básica es aquella energía que nos impulsa a entrenar y dar el máximo con el objetivo de conseguir metas a medio y largo plazo. Es decir, en el deporte, esta motivación es la que nos lleva a “sufrir” con el objetivo de, en el futuro, cumplir nuestros objetivos, ya sean extrínsecos (ganar un trofeo) o intrínsecos (llegar al peso que queremos).

5.2. Motivación cotidiana

La motivación cotidiana es aquella energía que nos impulsa a hacer deporte pero no con metas a medio ni largo plazo, sino a corto. Es el impulso que sentimos para realizar actividad física por la satisfacción que produce mientras se practica y, como mucho, al poco tiempo de terminarla. Pero no hay una voluntad de perseguir metas de futuro. Cuando salimos a pasear por el bosque con el simple objetivo de hacer algo de ejercicio y disfrutar de la naturaleza, tenemos esta motivación cotidiana.

Referencias bibliográficas

  • Turienzo, R. (2016) “El pequeño libro de la motivación”. Alienta Editorial.
  • Mateo Soriano, M. (2001) “La motivación, pilar básico de todo tipo de esfuerzo”. Dialnet.
  • Legault, L. (2016) “Intrinsic and Extrinsic Motivation”. Springer International Publishing.
  • Kruglanski, A.W., Chernikova, M., Kopetz, C. (2015) “Motivation Science”. John Wiley & Sons.
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