El Ciclo Vital de la Familia: ¿qué es y qué etapas tiene?

La familia es una entidad que cumple importantes funciones. Como tal, es dinámica y está sujeta a cambios, transiciones, épocas de crisis y reorganización a lo largo del tiempo.

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La familia es nuestra base segura para poder desarrollarnos como individuos y afrontar la vida sintiéndonos amparados y protegidos. Es el primer grupo social del que formamos parte en nuestra vida, por lo que los vínculos que formamos en ella cobran una particular relevancia. Es en el seno de nuestra familia que adquirimos una visión determinada del mundo y unos valores, que nos servirán de guía hasta que nosotros mismos descubramos la vida real de primera mano. En definitiva, somos quienes somos, para bien y para mal, en gran parte por la familia de la que procedemos.

Aunque pueda parecer que la unidad familiar es una entidad estática, nada más lejos de la realidad. Las familias están sujetas a un continuo cambio, atraviesan distintas etapas y momentos de crisis y se reorganizan de acuerdo a distintas influencias externas. Por ello, en este artículo vamos a hablar acerca de la familia, las funciones que esta cumple y las etapas y transiciones por las que esta transita de forma universal.

Las funciones de la familia

En los últimos años, el modelo de familia tradicional ha ido experimentando cambios, de manera que su estructura ha comenzado a ser mucho más diversa. Más allá de la típica estampa de un matrimonio heterosexual con hijos, hoy podemos ver familias monoparentales, formadas por parejas homosexuales, reorganizadas tras un divorcio y segundas nupcias, en las que los abuelos ocupan el rol de padres, etc.

Los cambios vividos en la sociedad con la incorporación de la mujer al mercado laboral o la conquista de derechos por parte del colectivo LGTBIQ+ han modificado la forma, pero no la esencia misma de la familia. Y es que lo que hace a un grupo de personas funcionar como una familia no son los miembros en sí mismos, sino las relación que entre ellos se forja. Así, todas las familias actúan como entidades con una serie de funciones universales:

  • Identificación: La familia nos permite configurar nuestra identidad como individuos, nos ayuda a crear un sentido de “yo” en el mundo.

  • Educación: La familia ejerce un importante rol formativo, pues nos enseña a hablar, caminar y adoptar todo tipo de aprendizajes necesarios para la integración en la sociedad.

  • Comunicación: La familia permite al individuo desarrollar su comunicación, que adquiere en ella los signos, símbolos y códigos necesarios para poder comunicarse con los demás.

  • Socialización: La familia es el primer grupo social del que formamos parte. Como tal, nos ayuda a desarrollar los primeros vínculos y pautas de socialización que luego serán necesarias para tejer relaciones en el exterior.

  • Cuidados y protección: La familia es una entidad que nos da seguridad y protección, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Nuestros familiares son el refugio que nos ayuda a sobrevivir en el mundo. En una familia se espera que cada miembro contribuya al cuidado de los demás, de manera que se crea una red en la que todos colaboren por el bien de todos.

  • Afecto: Toda familia debe brindar no sólo apoyo material, sino también mucho afecto y cariño. Sin amor, los seres humanos no podemos desarrollarnos de forma saludable, por lo que es una función indispensable.

  • Economía: La familia es clave porque en ella los miembros contribuyen con su capacidad productiva. Toda familia forma parte de un entramado económico, colaborando en el mantenimiento de las naciones.

  • Reproducción: La familia es necesaria para poder mantener nuestra especie. Además de la reproducción biológica, la unidad familiar nos permite llevar a cabo una reproducción cultural, preservándose así las costumbres y el folklore.

  • Normas y límites: La familia también es clave a la hora de enseñar reglas y normas de comportamiento, de forma que los individuos sepan comportarse e integrarse en la sociedad.

  • Emancipación: La familia es la base segura que nos permite desarrollar nuestra independencia y autonomía. Poco a poco, el individuo aprende a desenvolverse por sí solo hasta crear una nueva familia.

  • Transmisión de valores: la familia es clave para transmitir valores que permiten una sociedad justa y sana, como la tolerancia, el respeto, la empatía o la solidaridad.

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¿Qué es el ciclo de vida familiar y qué etapas tiene?

Como ya adelantamos al principio, la familia no es una entidad estática, sino que es dinámica y está sujeta a un cambio continuo. Así, todas las familias atraviesan distintas etapas a lo largo de su ciclo vital, en las que tienen que afrontar todo tipo de crisis y reorganizaciones. La unidad familiar siempre está influida por factores tanto internos como externos, como el contexto sociopolítico o el marco cultural, por lo que esta no puede ser concebida al margen de estos matices.

Con independencia de las particularidades de cada familia, lo cierto es que la mayoría de ellas atraviesan una serie de etapas que coinciden con ciertos eventos vitales importantes que veremos a continuación. Vamos a comentar las principales etapas que pueden producirse a lo largo del ciclo de vida de una familia.

1. Desprendimiento

En esta primera etapa la persona comienza a desprenderse de la familia de origen. Se produce una salida del hogar familiar no sólo física, sino también emocional. No es que el vínculo con nuestros padres se rompa radicalmente, sino que la forma que este cobra experimenta cambios importantes. La familia de origen sigue ahí, pero el foco principal comienza a orientarse hacia la pareja.

Hay personas que pueden encontrar bastante dificultad en hacer esta transición hacia una vida adulta fuera de la familia de origen. Además, dependiendo de la cultura, este desprendimiento es más o menos brusco. Por ejemplo, en las familias mediterráneas suele suceder que, aunque la persona se vaya del hogar, siga acudiendo con frecuencia y manteniendo un estrecho contacto con padres, hermanos, etc.

2. Encuentro

En este momento la persona tiene un compañero/a sentimental, una pareja con la que inicia una convivencia. Ambos se encuentran en un mismo espacio de convivencia, lo que hace que los dos se conozcan con sus virtudes y defectos, sin dobleces. La vida cotidiana revela todo de una persona y en ese punto pueden aparecer conflictos o decepciones después de la idealización propia del enamoramiento.

3. Llegada de los hijos

Esta fase es muy importante, pues constituye el primer momento de crecimiento de la unidad familiar. Si la pareja se ha acoplado bien en convivencia y desea tener hijos, entrar en esta fase es vivido con una gran alegría, aunque también supondrá un desafío. El nuevo hijo requiere ver innumerables necesidades cubiertas que pueden quitar protagonismo a la vida de pareja. Así, el vínculo entre ellos debe ser lo suficientemente fuerte como para superar esta época tan intensa.

4. Adolescencia de los hijos

Esta es una de las etapas más complicadas para una familia. En este momento, los hijos transitan una época repleta de altibajos, cambios profundos a todos los niveles e inestabilidad emocional. Comienzan a priorizar a los iguales, que son el nuevo referente, tomando mayor distancia de los padres y reclamando su parcela de independencia y privacidad. A la vez, los padres se ven en un momento de la vida en el que ya han alcanzado sus máximas aspiraciones, donde puede llegar a perderse cierta ilusión respecto al futuro y al matrimonio. Añadido a esto, los abuelos comienzan a entrar en años y pueden necesitar mayores atenciones y cuidados. Todo ello crea un cóctel por el que los roces y los conflictos en la familia aparecen con mayor facilidad.

5. El nido vacío

En este momento, los padres se quedan solos porque los hijos logran independizarse y volar del nido. Esta etapa es crítica para muchas familias, pues el matrimonio se reencuentra después de muchos años en los que los hijos habían sido la prioridad. Al irse de casa, todas las preocupaciones y el tiempo en torno a ellos se disipan y comienza a redescubrirse la vida en común. A veces esta etapa se disfruta intensamente, porque los hijos por fin son independientes y eso brinda tranquilidad y espacio para uno mismo y la pareja.

Sin embargo, en aquellos casos en los que el matrimonio ha sido descuidado o se encuentra dañado, es posible que dicho reencuentro con el nido vacío genere decepciones y conflictos entre los cónyuges. No obstante, en esta etapa también se pueden vivir nuevas ilusiones al experimentar un segundo momento de crecimiento con la llegada de las parejas de los hijos y los respectivos nietos. El rol de abuelos es para muchos padres una forma de disfrutar la vida desde otro prisma.

6. Vejez

La etapa de la vejez es una fase caracterizada por la sensación de pérdida y la cercanía con la muerte. Las capacidades físicas e intelectuales comienzan a verse deterioradas, especialmente si aparecen enfermedades crónicas o degenerativas. Muchas veces, cuando los hijos no se implican en el cuidado de los mayores, puede ser una fase muy triste y solitaria. En cambio, si se promociona el envejecimiento activo y se cuenta con un apoyo sólido de los hijos y otros allegados, puede ser una época tan feliz y satisfactoria como las anteriores. En este sentido, la mejor o peor vejez de los padres dependerá de sus hábitos a lo largo de la vida y no sólo de la genética, motivo por el que es tan importante mantener un adecuado estilo de vida desde la juventud.

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