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Gracias a los resultados de la investigación y las campañas de concienciación basadas en ellos, hoy sabemos que no existe una cantidad recomendable de consumo de alcohol. Una importante parte de la población ya ha dejado de concebir las bebidas alcohólicas como sustancias inocuas, pues la conciencia colectiva respecto a los riesgos que estas conllevan para la salud se ha visto notablemente incrementada.
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El alcoholismo, la adicción y la mente
No obstante, este cambio de mentalidad hacia el alcohol no ha ido seguido de una reducción real de su consumo. Esta sustancia se encuentra profundamente arraigada en nuestra cultura y es fácilmente accesible, por lo que frenar el hábito de beber no es en absoluto una tarea fácil. Aunque por norma general lo ideal es consumir la mínima cantidad de alcohol posible, hay situaciones especiales en las que su retirada debe ser total y estricta.
Este es el caso de quienes han llegado a desarrollar una adicción al alcohol, que sufren una fuerte dependencia y un intenso síndrome de abstinencia si se abandona o reduce el consumo. También debe excluirse el alcohol de forma radical en el caso de las mujeres embarazadas, los menores de edad y las personas con ciertas enfermedades. En el resto de la población, aunque no se abandone por completo el consumo, una reducción del mismo también puede reportar beneficios notables para la salud.
Dada la dificultad que entraña sacar el alcohol de nuestro estilo de vida, empezar a reducir su consumo puede requerir la ayuda de profesionales. De la misma manera, el apoyo de los familiares y amigos resulta crucial para lograr abandonar el consumo con éxito. En este artículo vamos a comentar algunas pautas útiles que pueden ser de gran ayuda para iniciar el camino hacia un estilo de vida más saludable y libre de alcohol.
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Tengo un problema con el alcohol: ¿cómo debo actuar?
A continuación, vamos a comentar algunos pasos a seguir que pueden ser de gran ayuda para comenzar a liberarte del alcohol.
1. Recurre a un profesional de la psicología
Son muchos los psicólogos especializados en el ámbito de las adicciones. Estos profesionales están capacitados para abordar situaciones de gran complejidad y ayudar a sus pacientes a salir del infierno que supone la adicción. Pedir ayuda no tiene nada de malo, de hecho, es un gran primer paso para empezar una vida saludable y equilibrada. No temas sentirte juzgado por el profesional, pues el psicólogo acogerá todo lo que le cuentes sin entrar a hacer valoraciones, te escuchará y tratará de elaborar un plan de actuación para ayudarte en coordinación con otros profesionales.
2. Reconoce que hay un problema
Aunque pueda parecer algo muy obvio, reconocer que algo no va bien es uno de los pasos más difíciles que se pueden dar para conseguir la recuperación. Habitualmente, se concibe la adicción de una forma dicotómica, en términos de todo o nada, entiendo que quienes sufren este problema son sólo aquellos que beben a todas horas sin apenas poder tenerse en pie.
Sin embargo, existen muchos grados de adicción y muchas maneras de beber en exceso. Lo que determina si existe un problema es la interferencia que el abuso del alcohol tiene en la vida diaria de la persona, que verá sus relaciones, su vida profesional y su salud seriamente afectados. En caso de que haya una adicción, la persona sentirá que no lleva la vida que desea tener, tiende a preocuparse acerca de cuánto bebe, compara su consumo con el de los demás, etc.
Sin embargo, quienes sufren adicción al alcohol atraviesan una primera fase marcada por la negación, en la que descartan que exista problema alguno con su forma de beber. Dar el paso de reconocer que algo va mal no es sencillo y por ello el apoyo del entorno y los profesionales resulta esencial para empezar a resolver el problema.
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3. Informa a tu entorno de tu objetivo
Debido a que el apoyo de tu entorno es una enorme ayuda en el proceso de recuperación, una buena idea consiste en notificar a las personas cercanas a ti tu objetivo de sacar el alcohol de tu vida. Informar a los demás te ayudará a comprometerte de manera firme con tu objetivo y no tirar la toalla a la primera de cambio.
Al indicarles tu meta, seguramente ellos se comprometerán a apoyarte y hacerte el camino un poco más fácil. Aunque eres tú el que debe dejar de beber, ellos pueden reducir tus probabilidades de recaer con pequeñas medidas, como por ejemplo no ofrecerte alcohol en las celebraciones o proponer planes en los que la bebida no esté de por medio.
4. Ten clara tu motivación
Abandonar la bebida no es una tarea fácil, por eso es siempre importante recordar cuál es el motor de tu cambio. Cada persona tiene sus propios motivos a corto y largo plazo, por lo que debes reflexionar acerca de todas esas cosas que el alcohol te impide disfrutar o conseguir. Por ejemplo, abusar de la bebida puede impedirte disfrutar de tu familia, rendir bien en el trabajo, conversar con otras personas de forma consciente, tener tiempo libre de calidad, ahorrar dinero, etc.
5. Aléjate de quienes te inciten a beber
Aunque nuestros seres queridos se desvivirán para ayudarnos a apartar el alcohol de nuestra vida, también es posible que otras personas sean un obstáculo para conseguirlo. Ciertas amistades tóxicas o conocidos pueden insistir en que bebamos, ya sea por desconocimiento de la gravedad de una adicción o porque ellos mismos también abusan del alcohol. Esto no es sorprendente, ya que muchas de nuestras relaciones se crean y mantienen en entornos de ocio donde el alcohol es el hilo de unión.
En cualquier caso, debes tomar la decisión de alejarte de este tipo de personas, ya que exponerse continuamente a la tentación hará que, tarde o temprano, caigas de nuevo. Puede que al comienzo te cueste y sientas que quizá es una medida demasiado drástica. Sin embargo, al poner en la balanza la amistad y tu salud sobra decir qué debería pesar más.
6. Limpia tu casa de alcohol
Una de las estrategias más eficaces para no caer en la tentación de beber es la de eliminar cualquier resquicio de alcohol de tu casa. Si eliminas los productos que contengan esta sustancia (no sólo bebidas, también perfumes, medicamentos…), la probabilidad de recaer se reducirá notablemente y la recuperación no se te hará tan cuesta arriba.
Procura buscar bebidas que te gusten y que de manera natural no lleven alcohol. Evita recurrir a las alternativas sin alcohol de las bebidas alcohólicas, ya que esto no te ayudará a dejar de sentir el deseo de consumir. Por el contrario, lo incrementará, ya que al probar un sabor similar sin esa chispa propia del alcohol sentirás un impulso hacia la bebida difícil de controlar.
7. Reflexiona qué te ha llevado a refugiarte en el alcohol
La recuperación no sólo tiene que ver con dejar de consumir, sino también hacer un análisis de por qué hemos llegado a abusar de la bebida. Muchas veces no existe una causa única, sino que la adicción ha resultado de la confluencia de varios factores. Sin embargo, comprender qué nos ha llevado a esta situación es fundamental para atacar la raíz del problema y salir adelante sin riesgo de recaídas. Por ejemplo, puede que el alcohol te haya servido como refugio porque no posees adecuadas habilidades de afrontamiento ante situaciones adversas. Trabajar las áreas problema con el psicólogo será un punto esencial de la terapia para conseguir la recuperación completa.
8. Mantente activo
La tentación de beber se puede intensificar en aquellos momentos en los que nos sentimos aburridos o vacíos. Por este motivo, abandonar el alcohol también requiere encontrar actividades gratificantes, cosas que nos lleven, nos motiven y nos mantengan ocupados. Puedes comenzar a aprender un idioma, practicar algún deporte, hacer planes con tu familia, participar en algún voluntariado, etc.
9. Aprende a decir que NO
Este es uno de los puntos que más suelen costar cuando se trata de abandonar el alcohol. La bebida está profundamente arraigada en nuestra cultura y la encontramos en el ocio, las celebraciones, las reuniones familiares, etc. Por tanto, tarde o temprano llegará el momento en el que alguien, de forma inocente o no, nos ofrezca tomar una copa.
Aunque es recomendable alejarnos de tentaciones evitables, también es necesario entrenar nuestra asertividad para aprender a rechazar los ofrecimientos. Ser asertivo no es sinónimo de ser maleducado o grosero, pues se trata de defender nuestra postura de manera firme pero calmada. Además, es recomendable evitar entrar en demasiadas justificaciones si quien te ofrece bebida es alguien que desconoce tu situación.
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10. Participa en un grupo de apoyo
Los grupos de apoyo permiten reunir a distintas personas que se encuentran atravesando experiencias similares, como por ejemplo la adicción al alcohol. En este tipo de grupos tendrás la oportunidad de compartir tus experiencias y sentimientos, así como tus estrategias para afrontar la situación, pues pueden ser de ayuda para los demás.
Esta herramienta terapéutica es muy interesante, ya que existe una interacción recíproca que permite que todos los miembros aprendan de todos. Atravesar un proceso de recuperación puede ser muy duro si se hace en soledad, por lo que relacionarse con gente que vive una misma situación puede ser muy reconfortante.
Aunque normalmente se han llevado a cabo de manera presencial, las nuevas tecnologías también han permitido la creación de foros y portales en los que los afectados intercambian sus experiencias con naturalidad, muchas veces de diversas partes del mundo. Plantea esta posibilidad a tu psicólogo y comienza a dar pasos para empezar una vida saludable y ordenada.
