¿Cómo mantener la motivación siendo opositor? 7 pautas (y consejos)

Perseguir metas requiere esfuerzo y constancia. Este proceso se hace aún más complejo cuando hablamos de objetivos a medio y largo plazo, donde además hay un componente de incertidumbre por el que desconocemos si obtendremos lo que deseamos con seguridad. Esta situación es la vivencia de quienes deciden embarcarse en el estudio de una oposición, un desafío que requiere no sólo inteligencia, sino también capacidad organizativa, buenos hábitos, adecuada gestión emocional y dosis altas de autocuidado.

El camino del opositor es un trayecto duro y repleto de obstáculos, en el que se atraviesa toda una montaña rusa emocional con subidas y bajadas. En esta tesitura, es natural que se produzcan momentos de desánimo e incluso ganas de tirar la toalla y desistir. Sin embargo, es posible adoptar algunas medidas para tratar de manejar las emociones desagradables en esta carrera de fondo (tristeza, frustración, rabia, culpa…) y preservar la autoestima y la motivación para seguir. En este artículo comentaremos algunas claves que pueden ayudar a mantener la motivación siendo opositor.

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¿Qué es la motivación?

Antes de nada, es importante definir qué entendemos por motivación. La motivación se puede definir como la determinación o voluntad que impulsa a una persona a llevar a cabo determinadas acciones o conductas con el fin de alcanzar un objetivo concreto. Así, nuestro grado de motivación influye en nuestra capacidad para desarrollar comportamientos en una dirección determinada. Dependiendo del valor particular que le demos a una meta, nuestro nivel de motivación será diferente. En general, existen dos tipos de motivación:

• Motivación intrínseca: Este tipo de motivación hace referencia a la búsqueda de satisfacción de deseos propios que nacen del individuo. Por ejemplo, acciones encaminadas a mejorar el propio bienestar o adquirir un aprendizaje.

• Motivación extrínseca: Este tipo de motivación hace referencia al deseo de lograr determinadas consecuencias en el entorno mediante la realización de ciertas acciones. Por ejemplo, trabajar duro para lograr reconocimiento social.

En la mayoría de casos, se entremezcla la motivación intrínseca y extrínseca. Sin embargo, cuando se trata de opositar suele primar la motivación extrínseca frente a la intrínseca. Es decir, la persona estudia porque quiere lograr un empleo, no porque realmente desee estudiar horas y horas cada día. Esto explica por qué se vuelve tan difícil perseverar y mantener el ánimo y las ganas hasta el día del examen.

Como vemos, la motivación es uno de los aspectos más importantes en la preparación de una oposición. Cuando nos sentimos motivados, somos capaces de perseverar y mantener la disciplina con el estudio a pesar de las dudas, los temores, el cansancio, etc. Es por este motivo que resulta clave conocer formas de mantener la motivación a lo largo del camino pues esto se traducirá en un rendimiento de mayor calidad y, por consiguiente, mejores resultados.

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Mantener la motivación preparando las oposiciones: 7 pautas

Algunas claves pueden ayudar a mantener la motivación opositando a pesar de la dureza del proceso. Vamos a conocerlas.

1. Organiza una rutina estable

A pesar de su mala fama, la rutina es positiva para nuestra salud mental, ya que nos brinda orden y certidumbre. En una oposición, la rutina permite automatizar el estudio y mejorar el ritmo de trabajo. Trata de empezar y finalizar tus horas de estudio siempre a la misma hora y de la misma forma, como si de un ritual se tratara. Esta forma de organizarte te permitirá tener la mente más enfocada en el estudio. Recuerda que en tu rutina también debe existir el descanso. Generalmente, se recomienda dejar un día a la semana libre para reponer energías y despejar la cabeza de los apuntes.

2. Haz pausas cortas pero suficientes

Aunque creas que descansar en el estudio es perder el tiempo, nada más lejos de la realidad. Nuestra capacidad atencional es limitada, por lo que tu rendimiento será peor si no te tomas unos minutos de pausa cada cierto tiempo. Se recomienda que las pausas sean frecuentes. Por ejemplo, cada tres cuartos de hora, aunque estas no deberían ser muy largas ya que esto te descentraría del estudio. En las pausas puede aprovechar para tomar un tentempié, escuchar música o simplemente hacer algunos estiramientos para que tu cuerpo no se sienta agarrotado.

3. Establece metas cortoplacistas

Uno de los problemas de opositar reside en que la meta final es lejana y se encuentra desdibujada. Ni siquiera estudiando tenemos garantía de conseguir la plaza que queremos. Por esa razón, sobrevivir al proceso requiere establecer metas a corto plazo, más asequibles y cercanas en el tiempo. Ir haciendo pequeños avances y logros permitirá mantener nuestra moral alta, con energía y ganas de seguir avanzando hasta por fin conquistar la meta final. Los procesos de este tipo requieren poner el foco en el aquí y el ahora, en el pequeño esfuerzo de cada día, ya que de lo contrario es fácil rendirse.

4. Cuidado con las distracciones

Tener posibles estímulos distractores en la zona de estudio sólo servirá para complicarte la vida. Por ello, es fundamental que te mantengas alejado de móviles, ordenadores, televisión…ya que así te obligarás a poner la mirada en los apuntes. Si bien ojear el móvil unos segundos parece un gesto inofensivo, repetir esta tentación varias veces al día hace que lleguemos a desperdiciar horas y horas que podríamos haber empleado en estudiar y prepararnos.

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5. Concéntrate en tu proceso, no en el de los demás

Como se suele decir, “las comparaciones son odiosas”. Las oposiciones son procesos de naturaleza competitiva, donde muchos aspirantes se dejan la piel por lograr una plaza. Sin embargo, enfocar tu proceso de preparación desde la competición y las comparativas no es una buena idea. Al compararnos con otros estudiantes podemos hacer daño a nuestra autoestima y motivación, pues hacemos usualmente comparaciones injustas.

Es decir, situamos al mismo nivel todos nuestros defectos o puntos débiles y las cualidades y éxitos de los demás. De esta manera, sólo conseguirás autosabotear tu rendimiento y convertirte en tu peor enemigo. Lo mejor que puedes hacer es enfocarte en ti, aprender a conocerte y esforzarte por superarte cada día. Siguiendo este camino podrás conseguir progresos y hacer un análisis de tus fortalezas y debilidades que te convertirá en un candidato más fuerte.

6. Recurre a las técnicas de relajación

Las técnicas de relajación no sólo son útiles para personas con algún trastorno de ansiedad. Los opositores también pueden beneficiarse de ellas si las incluyen en su rutina diaria. Los ejercicios de este tipo ayudan a rebajar la tensión del cuerpo y fomentan un estado de calma muy agradable. Aunque existen infinidad de técnicas, una de las más conocidas es la relajación muscular progresiva de Jacobson.

Esta permite contraer y relajar los diferentes grupos musculares para infundir un estado de total relajación. Si pones en práctica estas técnicas podrás afrontar la jornada de estudio con menos ansiedad, y por consiguiente tu rendimiento mejorará y mantendrás la motivación en niveles óptimos.

7. Ten un estilo de vida saludable

Seguramente ya hayas oído cientos de veces lo importante que es mantener un estilo de vida saludable. Sin embargo, la realidad es que en un proceso de oposición esto se vuelve aún más esencial. Es altamente recomendable que lleves una dieta equilibrada rica en alimentos nutritivos y saludables, con comidas no muy fuertes, copiosas o pesadas.

Aunque tengas muchas horas de estudio, es básico que puedas destinar tiempo suficiente a la comida, ya que ingerir los alimentos despacio te ayudará a hacer una digestión más ligera, lo que agradecerás cuando tengas que retomar el estudio. Añadido a todo lo dicho, te ayudará muchísimo a mantener la motivación realizar ejercicio físico a diario. El deporte te brinda un chute de energía, contribuye a tu fortaleza y ayuda a despejar la mente, relajarse y, en definitiva, aumenta el bienestar.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves que pueden ser de ayuda para mantener la motivación siendo opositor. Una oposición es un examen muy competitivo en el que muchos aspirantes compiten para obtener una plaza laboral. En este tipo de procesos la persona debe realizar un enorme esfuerzo sostenido en el tiempo, ya que se trata de una carrera de fondo en la que la meta es lejana y, muchas veces, incierta.

En este camino se hace fundamental tener una buena dosis de motivación, ya que esta es la que nos impulsa a llevar a cabo acciones orientadas a conseguir lo que queremos. El problema de las oposiciones es que en ellas suele primar la motivación extrínseca frente a la intrínseca. Es decir, la persona no desea estudiar, sino que lo hace porque sabe que sólo así conseguirá el empleo que quiere. Por eso, es clave recurrir a algunas medidas que permitan mantener la motivación a pesar de todo.

Entre ellas se incluyen la organización de la rutina, tener descansos cortos pero suficientes, cuidar los hábitos de vida (dieta y ejercicio), practicar las técnicas de relajación o evitar las distracciones y las comparaciones con los demás. También puede ayudar el fijarse metas más inmediatas y accesibles que nos mantengan ilusionados y enfocados en el proceso de estudio.