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Afortunadamente, ir al psicólogo cada vez está más normalizado. La terapia psicológica es muchas veces la ayuda que necesitamos cuando no nos encontramos bien, aunque muchas veces cuesta tomar la decisión de acudir a un profesional. A pesar de que las cosas están cambiando y el estigma en torno a la salud mental se está diluyendo, todavía es habitual que la mayoría de la gente se muestre reticente a ir al psicólogo.
El desconocimiento de lo que realmente hace este profesional, el miedo a ser juzgado o a contar asuntos personales a alguien desconocido son algunos de los motivos que frenan a muchas personas a pedir ayuda. Sin embargo, los obstáculos no acaban aquí. A veces, incluso quienes tienen claro que desean iniciar terapia con un profesional pueden tener dificultad para hacer algo aparentemente sencillo como es buscar un psicólogo.
Con internet es extremadamente fácil conocer qué profesionales de salud mental ejercen en nuestra zona. Basta con teclear unas palabras en google para que se despliegue ante nuestros ojos todo el abanico disponible. Sin embargo, el buscador no nos permitirá filtrar con exactitud qué profesionales se adaptan a nuestras necesidades individuales y, por ende, cual puede ofrecernos la ayuda de mayor calidad.
Sabemos que cuando alguien busca un psicólogo probablemente no se encuentra en el mejor momento para hacer comparativas exhaustivas. Para facilitar esta tarea, en este artículo vamos a plantear algunos consejos útiles para elegir un buen psicólogo.
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Las claves para elegir correctamente a un psicólogo
Saber elegir al psicólogo que te va a acompañar a lo largo de la terapia es de vital importancia. Antes de tomar una decisión, debes valorar algunos aspectos importantes que no debes pasar por alto si quieres una atención de calidad. Veamos algunas claves.
1. Titulación
Quizás te parezca una obviedad, pero buscar un psicólogo implica que, en efecto, este profesional cuente con una titulación universitaria oficial que le reconozca como tal. Vivimos en un mercado laboral plagado de intrusismo en el que, utilizando términos ambiguos, muchas personas pueden sentirse confusas y creer que alguien es psicólogo cuando no es así.
Desconfía de quienes se definen únicamente como coaches, terapeutas o similares si no ves la palabra psicólogo por ningún sitio. Esto no significa que no puedas recurrir a psicólogos formados como terapeutas o coaches, pues en este caso sí hablamos de un psicólogo con todas las letras que se ha formado durante años para esta profesión. Todos los psicólogos que ejercen en el ámbito sanitario y clínico deben contar con su propio número de colegiado, ya que el Colegio Oficial de Psicólogos (COP) es la entidad en la que deben registrarse como profesionales titulados.
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2. Especialización
Cuando ya te hayas asegurado de que el profesional es realmente psicólogo, es momento de conocer cuál es su especialización. Aunque hay muchos psicólogos diferentes, no todos están capacitados para abordar una problemática concreta. Lo primordial es que, si lo que deseas es terapia, tu psicólogo esté formado en psicología clínica y de la salud.
Un psicólogo puede estar especializado en otros muchos campos como la educación o los recursos humanos, en cuyo caso no podrá hacer terapia. Además, la psicología clínica está regulada de manera distinta entre países, por lo que deberás saber cuál es la titulación básica que un psicólogo debe tener para hacer terapia. En el caso de España, el psicólogo deberá haber superado el examen PIR (Psicólogo Interno Residente) o bien haber finalizado el Máster de Psicología General Sanitaria.
Si no cumple con alguna de estas condiciones, no estará capacitado según la ley para tratar a ningún paciente/cliente con terapia. Añadido a todo esto, lo ideal es que tu psicólogo se encuentre especializado en el área donde se sitúa tu dificultad. De esta manera, sabrá cómo ayudarte de manera eficaz. Por ejemplo, hay psicólogos especializados en trastornos de la conducta alimentaria, adicciones, parejas, familias, acoso escolar, depresión… y un largo etcétera.
3. Modelo o enfoque
Los psicólogos pueden aproximarse a un problema en particular desde diferentes modelos o perspectivas. Aunque hay varios modelos de terapia basados en la evidencia, también es cierto que existen muchas intervenciones que no cuentan con ningún sustento científico. Por ello, es esencial que conozcas si el profesional que buscas ejerce su labor desde un enfoque validado empíricamente. Generalmente, la terapia más estudiada y respaldada por la ciencia es la cognitivo-conductual, aunque existen otras alternativas que también han demostrado su eficacia. Añadido a esto, la idoneidad de uno u otro enfoque también dependerá del tipo de problemática en cuestión.
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4. Confidencialidad
Un aspecto esencial de la terapia es la confidencialidad. El psicólogo debe guardar absoluta confidencialidad acerca de todo lo que se hable en el curso de las sesiones así como de tus datos personales. Romper con este principio constituye un delito que puedes denunciar, por lo que asegúrate que el profesional que tienes delante es riguroso en este sentido y te deja claro este aspecto.
5. Consentimiento informado
Antes de empezar la terapia propiamente dicha, tu psicólogo deberá brindarte un documento conocido como consentimiento informado, en el que tú deberás firmar que estás conforme con participar en la terapia conociendo en qué va a consistir.
6. Claridad
Habitualmente, la terapia consta de una primera fase de evaluación en la que el profesional tratará, a lo largo de unas 4 o 5 sesiones, conocer el diagnóstico de su paciente. A veces no tiene por qué existir una etiqueta como “depresión” o “ansiedad”, pero sí una hipótesis de lo que puede estar sucediendo y cómo se ha podido originar el malestar.
Si percibes que tu psicólogo no es claro contigo y no te explica con sencillez lo que sucede, entonces duda de que sea un profesional riguroso. Ante todo, tú debes estar informado de todo y conocer las impresiones del profesional sin dobleces. Esta claridad no debe darse únicamente respecto al diagnóstico, sino también sobre la propia intervención. El psicólogo deberá comunicarse continuamente contigo de manera abierta sin ocultarte información sobre el curso de la terapia. Deberá aclarar cuántas sesiones prevé que serán necesarias, qué se hará durante las mismas, etc.
7. Aceptación incondicional
Si hay algo que caracteriza a la terapia psicológica es que esta constituye un espacio seguro en el que la persona debe sentirse cómoda para hablar sin tapujos acerca de sí misma, lo que piensa y siente. El psicólogo debe ser una figura capaz de escuchar sin juzgar al paciente, comprendiendo su postura desde una perspectiva empática y con una aceptación incondicional. Si sientes que tu psicólogo te juzga y que entre vosotros no hay un clima cálido de comprensión, quizá es momento de buscar otro profesional.
8. Relación terapéutica
La relación terapéutica es el vínculo que se forma entre el psicólogo y el paciente. Es una relación única y diferente, ya que si bien en ella existe confianza y cercanía, no tiene nada que ver con una amistad. El psicólogo debe ser capaz de balancear la calidez con la profesionalidad, de forma que transmita seriedad y rigor aunque comprenda y acoja a la persona que tiene delante. Si en terapia sientes que tu psicólogo se dirige a ti como si fueseis amigos o busca contacto contigo más allá de las sesiones, deberías buscar otro profesional.
9. Resultados
La terapia no es mágica y es normal que requiera tiempo y paciencia para ver resultados. Sin embargo, pasadas las primeras sesiones deberías sentir que, de alguna u otra forma, ir a sesión te ayuda. Además, tu psicólogo no debe en ningún caso presionarte o hacerte sentir mal si decides abandonar la terapia. Ante todo, eres libre de finalizar cuando desees si no te encuentras cómodo. Con independencia de las impresiones del psicólogo, tú debes ser el primero en percibir la mejoría. Si la terapia no está logrando cambios reseñables para ti, algo falla.
10. Consulta opiniones
Aunque lo que a otras personas les ha servido no tiene por qué funcionarte a tí, buscar opiniones sobre un profesional puede darte pistas acerca de su profesionalidad y rigor. En la actualidad, internet permite conocer las opiniones sinceras de muchos pacientes, algo que te permitirá tantear el terreno antes de profundizar más.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de algunas pautas interesantes que pueden ser de ayuda para buscar un buen psicólogo. A la hora de elegir un profesional, debemos tener en cuenta cuestiones de todo tipo, desde las más obvias y básicas hasta otras más específicas. Es esencial que, si vas a realizar terapia, el profesional tenga la titulación universitaria de Psicología. Por otro lado, deberá haberse especializado en psicología clínica y de la salud y estar experimentado en el campo donde se recoge tu malestar.
Por otro lado, es esencial que en terapia te sientas escuchado y no juzgado y que el psicólogo se muestre transparente contigo respecto al curso de la terapia. Es fundamental que este respete la confidencialidad y que, antes de empezar, te pida firmar el consentimiento informado. La relación terapéutica entre ambos debe ser cálida, basada en la empatía y la aceptación incondicional. Si sientes que la terapia no está dando lugar a cambios reseñables para ti o percibes que tu psicólogo no te da explicaciones sobre tu situación con claridad, es posible que debas buscar a otro profesional.
