¿Qué es el Duelo Perinatal? Manifestaciones y abordaje

La vida y la muerte son las dos caras de una misma moneda. Vivir implica asumir la pérdida como parte de nuestra existencia, aunque por supuesto perder a nuestros seres queridos es siempre un proceso muy doloroso.

En psicología el duelo es ese proceso al que nos enfrentamos tras sufrir una pérdida. Podemos concebir como pérdida una ruptura sentimental, la pérdida de un trabajo o el diagnóstico de una enfermedad. En todos estos casos podemos atravesar un periodo de duelo que puede ser más o menos difícil. No obstante, los duelos más complejos son aquellos que se viven ante la pérdida irreversible que más nos impacta: la muerte.

La severidad del duelo depende de distintas variables, como son el grado de vinculación emocional con la persona fallecida, la historia previa de la persona o la naturaleza de esa pérdida. De todos los duelos posibles, hay uno que es especialmente duro y complejo por todas las particularidades que implica: el duelo perinatal. En este artículo vamos a hablar acerca de qué es el duelo perinatal, cómo se manifiesta y cómo se puede manejar cuando sucede.

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¿Qué es el duelo perinatal?

El duelo perinatal es aquel que se desencadena ante una pérdida perinatal, aquella que ocurre en cualquier momento del embarazo hasta pasado el primer mes de vida del recién nacido. Dentro de lo que se reconoce como una pérdida perinatal se encuentran casos como: abortos espontáneos o inducidos, embarazo ectópico, reducción selectiva (que es un aborto inducido de uno o más fetos en aquellas gestantes múltples), muerte de un gemelo durante la gestación, feto muerto intraútero o durante el parto, muerte de un bebé prematuro o cesión de un recién nacido en adopción.

El duelo perinatal es la respuesta emocional natural que se produce ante este tipo de pérdida. Este proceso psicológico posee una serie de particularidades que lo hacen distinto de otros tipos de duelo, lo que hace que su elaboración sea especialmente difícil. Perder un bebé supone ver destrozadas las expectativas propias del embarazo, donde se idealiza al futuro hijo, se experimenta una enorme ilusión y felicidad y una gran emoción por el futuro.

El rol de padre y madre, que ya se había asumido con la noticia de embarazo, se resquebraja y diluye. Toda esta dolorosa experiencia se enmarca, además, en un contexto social que reclama explicaciones, que esperaba con ilusión la llegada de ese nuevo bebé y que muchas veces no sabe cómo actuar cuando el duelo perinatal ocurre debido al tabú que rodea a este problema.

Vivir un duelo perinatal es algo sin duda paradójico, ya que este acontecimiento reúne dos realidades contrarias como son la vida y la muerte. Si esto ya hace difícil digerir la pérdida, debemos añadir a esto los cambios físicos que debe asimilar la madre, que debe lidiar con las alteraciones fisiológicas propias del embarazo a la vez que afronta un importante nivel de estrés, lo que da lugar a un torbellino de hormonas difícil de manejar.

Los padres que viven esta terrible experiencia pueden llegar a sentirse muy desamparados e incomprendidos, pues ni la sociedad ni los profesionales suelen estar preparados para atender de la forma adecuada este fenómeno. Muchos desconocen qué decir o hacer en estas situaciones, lo que impide a los padres tener un espacio para desahogarse y sentirse ayudados. Aunque por suerte hay algunos profesionales que tratan de brindar su apoyo desde la empatía y la humanidad, el sistema sanitario continúa sin estar capacitado para ayudar a quienes viven el duelo perinatal.

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Manifestaciones del duelo perinatal

El duelo perinatal produce una serie de manifestaciones a todos los niveles. A nivel emocional es natural que aparezca un profundo sentimiento de tristeza, desesperanza, vacío y miedo. Hay algunas parejas que pueden sentir rabia y una profunda culpa, pues tienen la creencia de que la pérdida del bebé se ha debido a algún error cometido por su parte.

Ante situaciones de incertidumbre donde no se pueden concretar los motivos de la pérdida, es habitual que se intenten buscar respuestas que permitan dar sentido a lo sucedido. Sin embargo, la culpa impide a muchos padres elaborar su duelo y esto puede mermar seriamente su bienestar individual y de pareja. Añadido a todo esto, muchas personas que atraviesan un duelo perinatal pueden sentir que la sociedad no les valida ni comprende, lo que genera una gran soledad y sensación de desprotección. En aquellas mujeres que tenían embarazos de alto riesgo o no deseados puede aparecer un estado de alivio.

A nivel físico es habitual que aparezcan problemas del sueño y la alimentación, cansancio y fatiga y dolor. También pueden darse sensaciones como una fuerte opresión en el pecho, hipersensibilidad al ruido o molestias gástricas. A nivel cognitivo es normal que en los primeros momentos predominen la incredulidad y la confusión. Con el paso del tiempo, los padres pueden tratar de dar un significado a su pérdida y mostrar ambivalencia ante la idea de buscar un nuevo embarazo. En los casos más traumáticos pueden producirse dificultades atencionales y pensamientos intrusivos.

A nivel perceptivo pueden aparecer sueños y pesadillas relacionados con el bebé que se ha perdido, alucinaciones de todo tipo o pérdida de la noción del tiempo. A nivel conductual es frecuente que se produzca aislamiento social, especialmente respecto a otras mujeres embarazadas, así como hiper o hipoactividad.

Normalmente, cuando el duelo perinatal se produce este se manifiesta siguiendo un proceso que consta de varias etapas:

• Shock: En los primeros momentos tras la noticia de la pérdida es común que aparezcan síntomas de ansiedad, llanto, aturdimiento, agresividad, etc.

• Negación: Una vez superado el shock inicial, es común que se produzca una negación de lo sucedido. Esta se puede manifestar de diferentes formas dependiendo de cada persona. Hay quienes deciden tener un hijo pronto para tapar su dolor, se aíslan totalmente de la sociedad o buscan algún culpable o causa concreta que permita explicar la pérdida.

• Integración: En esta fase los padres comienzan a abrirse acerca de la pérdida y empiezan a expresar sus sentimientos acerca de lo vivido. En esta fase la culpa se ha diluido y tampoco se buscan culpables. Cuando la integración comienza se pueden iniciar algunos rituales que permiten recordar al bebé, como por ejemplo reunirse con la familia en la fecha señalada.

• Crecimiento: Lo que se ha vivido se ha elaborado e integrado como parte de la historia vital y se aplican los aprendizajes obtenidos a la vida presente.

Pautas para facilitar el duelo perinatal

Como venimos comentando, es habitual que la sociedad no se sienta preparada para reaccionar cuando alguien sufre este tipo de pérdida. Por ello, vamos a ver algunas pautas que pueden ser de ayuda en este sentido. Los padres que han vivido este duelo necesitan hablar sobre ello sin sentirse juzgados. Es importante dejarles expresarse libremente sin interrupciones o interpretaciones. Es recomendable preguntarles cómo se encuentran o si necesitan ayuda para algo, en lugar de inferir lo que sienten o quieren.

Es habitual caer en el error de consolar a la madre y no al padre, pues se asume que solo ellas sufren la pérdida. Los padres sufren muchísimo la pérdida perinatal y es por ello que necesitan el mismo apoyo que sus parejas, ya que de lo contrario es probable que se produzca un duelo patológico o complicado. Es importante no descuidar al resto de la familia, ya que ellos también esperaban con ilusión la llegada de un nuevo miembro. Se les debe dar un espacio para que puedan despedirse y elaborar su duelo, siempre respetando la intimidad de los padres.

Es preciso respetar la voluntad de los padres respecto a la forma en la que quieren recordar a su bebé. Hay quienes prefieren conservar objetos del recién nacido o celebrar rituales, mientras que otros descartan celebrar un funeral y conservar recuerdos. Es esencial no emplear frases hechas que, si bien no se utilizan de forma malintencionada, pueden ser muy hirientes para quienes atraviesan este tipo de duelo: “ya tendréis otro bebé”, “mirad el lado positivo”, “debéis ser fuertes”...

Manejar el duelo perinatal correctamente es esencial, ya que embarcarse en una nueva gestación sin haber cerrado adecuadamente la pérdida es todo un riesgo. Los estudios indican que aquellas mujeres que se quedan embarazadas tras una pérdida perinatal no cerrada sufren mayor vulnerabilidad emocional. Respetar los tiempos de cada pareja es importante. No todas se recomponen tras una pérdida perinatal tras el mismo periodo de tiempo, por lo que no se pueden establecer pautas generalizadas.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca del duelo perinatal, una respuesta emocional que se produce en aquellos padres que han perdido a su bebé durante el embarazo, el parto o el primer mes de vida del recién nacido. Este tipo de duelo es especialmente complejo debido a las particularidades que posee y todo lo que implica. Se trata de una experiencia en la que coexisten la vida y la muerte, lo que genera una enorme confusión y una ruptura con las expectativas e idealizaciones creadas hasta entonces en torno al futuro hijo.

Los padres que viven esta dolorosa experiencia pueden sentirse poco arropados, ya que a menudo la sociedad y los profesionales no están preparados para responder ante este tipo de situaciones consideradas tabú. Cada pareja es diferente, pero siempre es importante dejar que los padres puedan ventilar sus emociones y elegir la forma en la que quieren recordar a su hijo. Además, es importante que ambos reciban el mismo apoyo, pues los padres también sufren la pérdida. Añadido a esto, también es esencial respetar los tiempos de cada persona para lograr la recuperación completa.