¿Es malo discutir con la pareja? La ciencia nos da la respuesta

Es habitual concebir las discusiones en la pareja como un indicador de que la relación no marcha bien. Sin embargo, si se discute desde la asertividad es posible que las diferencias y los roces permitan a la pareja crecer y madurar.

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Siempre que se habla de las discusiones se hace con una connotación negativa. Asociamos discutir con una situación de conflicto e incluso agresividad entre dos personas. Sin embargo, las discusiones no tienen por qué ser así en absoluto.

En realidad, muchas veces discutir se convierte en algo negativo por la manera en la que lo hacemos. Las diferencias con el otro dan pie a que ataquemos, juzguemos y nos cerremos en banda antes de contemplar otros puntos de vista o admitir que quizá no tengamos toda la razón.

De esta manera, es habitual que no utilicemos las mejores herramientas para resolver nuestras diferencias con los demás. Así, lejos de llegar a un consenso o punto común no hacemos más que acrecentar la brecha que nos separa de la persona que tenemos enfrente.

Aunque las discusiones pueden aparecer en todo tipo de relaciones, lo cierto es que estas cobran particular importancia en el marco de la pareja. Cuando dos personas que mantienen una relación sentimental comienzan a discutir, enseguida aparece temor a que algo vaya mal entre ellas y la pareja llegue a su fin.

Sin embargo, esto no tiene por qué ser así siempre y cuando aprendamos a discutir de una manera respetuosa y constructiva. En este artículo vamos a hablar acerca de las discusiones de pareja y veremos cómo estas no tienen por qué ser algo negativo.

Las discusiones en la pareja

Discutir no tiene por qué ser algo negativo para la pareja. Al fin y al cabo, discutir implica poner sobre la mesa puntos de vista diferentes respecto a alguna cuestión, y es lógico y natural que en una relación sea necesario abordar puntos sobre los que se piensa distinto. No hay ninguna pareja que tenga unas opiniones idénticas en todos los temas que se les presenten.

El amor no implica que tengamos que opinar lo mismo que nuestro compañero sentimental, por lo que las diferencias son totalmente normales. Lo realmente clave en este sentido no es si existen o no discusiones, pues evitarlas es imposible. Lo esencial es saber cómo manejarlas cuando se producen para que sean constructivas en lugar de destructivas.

Dependiendo de cómo actúen los miembros de la relación, discutir puede ser un ejercicio de crecimiento para la pareja, pues gracias a ello pueden comprenderse mejor y encontrar soluciones consensuadas a los conflictos que aparecen.

Un buen dominio de la comunicación es una de las claves para lograr crecer como pareja, aprendiendo de las diferencias que surgen y consiguiendo así una relación más armónica y transparente.

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Pautas para lograr una comunicación asertiva en pareja

Una de las claves para fomentar una comunicación saludable en pareja y discutir de manera adecuada tiene que ver con la asertividad. Para comunicarnos de forma asertiva es recomendable seguir algunas pautas esenciales:

  • No des nada por hecho: Uno de los errores más comunes en la comunicación en pareja tiene que ver con hacer asunciones respecto a lo que el otro hace y piensa y, además, presuponer que este sabe lo que pensamos o queremos sin que se lo digamos. No des nada por sentado y aprende a expresar con claridad tus necesidades y deseos sin esperar que tu pareja lo adivine. De lo contrario, crearás el caldo de cultivo perfecto para que se formen malos entendidos.

  • Escucha activamente: Comunicarse bien no sólo implica saber expresar lo que queremos, sino también escuchar activamente. Muestra interés por lo que tu pareja te dice y fomenta que se exprese abiertamente. Deja a un lado otras distracciones (por ejemplo, el móvil) cuando te hable.

  • Negocia: Resolver problema siempre implica negociar, es decir, encontrar un punto de encuentro entre ambas partes que satisfaga a los dos miembros de la pareja. No trates de imponer lo que tu crees que es mejor y acepta otros puntos de vista.

  • Cuida las formas: No se trata sólo de lo que dices, sino también de cómo lo dices. Es fundamental que cuides el tono que utilizas así como tu lenguaje corporal. Muéstrate sereno y tranquilo y evita levantar la voz o adoptar una postura agresiva. De esta manera, evitarás crear un clima negativo en la discusión y favorecerás la cercanía con tu pareja y su disposición a encontrar una solución. Emplear un lenguaje verbal inadecuado sólo servirá para que tu compañero sentimental adopte una actitud defensiva.

  • Sé concreto: En muchos casos nos enfadamos con nuestra pareja por algo que ha hecho y, sin embargo, no concretamos el por qué. No podemos indicarle a alguien que estamos molestos sin especificar qué es lo que nos ha molestado. Por eso, en toda discusión debes concretar de manera clara qué conducta del otro te ha afectado y de qué manera lo has hecho. Evita caer en el error de criticar a tu pareja como persona y céntrate en criticar conductas. No es lo mismo decir “eres muy egoísta” que decir “no me ha gustado que no hayas pensado en mí antes de tomar la decisión de cambiar de trabajo”.

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Razones por las que discutir en pareja es necesario

Como vemos, las discusiones no tienen por qué ser negativas y en la pareja pueden enfocarse como una oportunidad para mejorar la relación y conocer mejor al otro. A continuación, vamos a comentar algunas razones por las que discutir no sólo no es malo, sino que es necesario.

1. Refleja que sois importantes el uno para el otro

Las discusiones aparecen, ante todo, porque lo que el otro piensa y hace nos importa mucho. Dado que queremos a la otra persona, nos preocupa tener diferencias con ella y es por eso que aparecen los roces en la vida cotidiana.

Antes de agobiarse pensando que una relación no marcha bien por el mero hecho de discutir, piensa que, ante todo, el hecho de que haya confrontación de ideas es señal de que la relación está activa y de que hay un interés mutuo evidente.

La verdadera señal de alerta sería la existencia de apatía e indiferencia en la relación, donde no se discute porque no existe motivación alguna por crecer, mejorar y aprender como pareja.

2. Permite el intercambio de opiniones y el consenso

Las discusiones son el escenario perfecto para intercambiar opiniones y tratar de encontrar un punto común. Aunque en un principio tener roces y diferencias se suele vivir como algo negativo, lo cierto es que discutir puede ser de ayuda para conocer mejor la manera de pensar de tu compañero sentimental ante diversos temas y situaciones.

3. Se relaciona con la sinceridad

Discutir es natural cuando una pareja se basa en la honestidad. Ser sincero con el otro implica que nuestra opinión o forma de ver las cosas no siempre va a coincidir con la suya. Aunque habitualmente se asume que el amor implica coincidir en todo, lo cierto es que esto en absoluto es así.

Una relación amorosa implica mostrarnos ante el otro tal cual somos aunque haya diferencias, tratando de hallar la forma de encajar sin por ello dejar a un lado la manera de pensar de cada uno.

4. Ayuda a conocer mejor al otro

Discutir es una de las formas que mejor nos permite ver cómo es el otro realmente. Cuando los roces aparecen es cuando todos nosotros nos mostramos de forma más transparente, dejando ver nuestras ideas y creencias sin filtros. Por ello, roces esporádicos con la pareja nos permiten tener una visión real y más completa de ella.

5. Estimula el crecimiento de la pareja

Las parejas perfectas no existen. Incluso las relaciones más estables y consolidadas han pasado por momentos difíciles y roces. Por ello, debes saber que las discusiones con tu compañero sentimental son una manera de hacer más fuerte vuestra relación.

Después de poner encima de la mesa las diferencias y desencuentros y hallar una solución, ambos os conoceréis mejor, sabéis con más seguridad qué piensa el otro y viceversa. Así, lejos de ser un indicador de que la ruptura es inminente, discutir a veces es una señal de que la pareja está creciendo y madurando.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de las discusiones en la pareja. Por norma general, se conciben las discusiones como algo negativo que indica que una relación no marcha bien. Sin embargo, discutir no tiene por qué ser algo malo, especialmente si se sabe cómo hacerlo de forma correcta.

Siempre y cuando las discusiones se manejen desde la asertividad y el respeto, estas son una de las claves para conocer mejor a la pareja y encontrar soluciones consensuadas a los conflictos. Al discutir nos mostramos tal y como somos con nuestro compañero sentimental y aprendemos a conocerle mejor.

Lejos de suponer un peligro para la relación, discutir puede ser una buena manera de intercambiar opiniones y manifestar el propio punto de vista sobre alguna cuestión relevante. Así, todas las parejas, incluso aquellas más consolidadas, tienen diferencias. Discutir y encontrar puntos de encuentro en los conflictos es una forma excelente de crecer y madurar juntos, dando mayor solidez a la relación.

En definitiva, discutir es aprender del otro. Toda relación se encuentra siempre en proceso de cambio y crecimiento y por ello es necesario naturalizar las discusiones. La visión idealizada del amor romántico y las parejas no se ajusta en absoluto a la realidad, pues no existen las relaciones perfectas. Los roces son parte de las relaciones, especialmente de aquellas más estrechas como la que formamos con una pareja.

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