Licantropía Clínica: causas, síntomas y tratamiento

La mente humana entraña una enorme complejidad y es por ello que la psicología nunca cesa de descubrir nuevos fenómenos sorprendentes. En la actualidad, la salud mental está dejando de ser un asunto tabú para la sociedad y esto ha permitido normalizar mucho más los trastornos mentales que aquejan a la población.

Si bien hay algunas condiciones especialmente conocidas por su elevada frecuencia, como son la ansiedad o la depresión, otras se caracterizan por ser mucho más excepcionales y por ello nos resultan menos familiares. Así, aún se siguen observando casos que sorprenden por no ajustarse a los diagnósticos más comunes.

De esta forma, la psicología reconoce algunas alteraciones psicopatológicas que, debido a sus peculiaridades, pueden llegar a dejarnos perplejos. Una de ellas es la llamada licantropía clínica, un trastorno psicopatológico cuanto menos atípico por el que los pacientes creen haberse convertido en un animal, normalmente un lobo u otra especie similar. En este artículo vamos a comentar en detalle qué es la licantropía clínica, así como sus causas, síntomas y tratamiento más adecuado.

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¿Qué es la licantropía clínica?

La licantropía clínica es un trastorno mental de tipo psicótico por el cual una persona cree ser o estar transformándose en un animal. En muchos casos, esta creencia delirante va acompañada de alteraciones perceptivas y alucinaciones que le hacen sentir supuestos cambios corporales que indican que está dejando de ser humano.

Por ejemplo, puede manifestar un aumento del tamaño de su boca y sus dientes o un agrandamiento o encogimiento de todo su cuerpo. En los casos más severos, el paciente puede mostrar conductas propias de los animales, como emitir sonidos, atacar a otras personas o caminar a cuatro patas.

Dependiendo de cada persona, estos cambios pueden darse de una forma repentina o, por el contrario, ser progresivos. Normalmente, quienes experimentan este trastorno suelen afirmar que se están convirtiendo en lobos. No obstante, también se conocen casos de humanos que refieren ser tigres, caballos, perros e incluso pájaros.

Este curioso trastorno mental es poco conocido y hasta la fecha solo se han registrado unos pocos casos. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, los síntomas de este tipo pueden considerarse parte de otro problema mental primario.

En este sentido, la licantropía clínica se ha vinculado frecuentemente con la esquizofrenia, aunque las alucinaciones en esta última suelen ser de carácter auditivo más que cenestésico (del propio cuerpo) o háptico (táctiles), que es lo que se observa en la primera. La licantropía también se ha vinculado a algunos problemas neurológicos así como al trastorno delirante crónico y a la fase maníaca del trastorno bipolar.

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Síntomas de la licantropía clínica

Ahora que ya hemos definido qué es la licantropía clínica, seguramente te preguntarás cuáles son los síntomas que pueden indicar que una persona sufre este problema mental. A continuación, vamos a comentar los más característicos.

• Conductas animales: El paciente puede adoptar comportamientos propios del animal en el que cree que se ha convertido. Así, puede caminar a cuatro patas, emitir gruñidos o aullidos, olisquear a las personas cercanas a él, etc.

• Reconocimiento de lo que sucede en momentos de calma: Muchos pacientes pueden sufrir este problema en forma de brotes o episodios, volviendo a un estado de lucidez en el tiempo que transcurre desde el final de uno y el comienzo del otro. Es en esta fase de tranquilidad donde la persona puede hablar acerca de que se siente en ocasiones como un animal más que como un ser humano. Estas afirmaciones pueden no tomarse en serio por parte del entorno debido a lo extravagantes que pueden resultar. Sin embargo, el paciente no miente y puede vivir esta situación con enorme preocupación.

Es esencial que, si una persona de tu entorno muestra este tipo de señales, esta pueda acudir a un servicio de salud mental hospitalario, de forma que psicólogos y psiquiatras puedan evaluar qué sucede y de qué manera puede resolverse el problema.

Causas de la licantropía clínica

Tal y como venimos comentando, la licantropía clínica es un trastorno poco común con un número muy reducido de casos registrados. Esto se traduce en que existe muy poca investigación al respecto, con evidencias escasas acerca de cuál es su origen. Tal y como sucede en otros trastornos psicopatológicos, las características de cada individuo (edad, sexo, historia clínica, antecedentes familiares...) pueden modular la forma en la que aparece la enfermedad.

No obstante, aunque han sido varias las hipótesis explicativas que se han barajado, ninguna se encuentra lo suficientemente contrastada. En cualquier caso, vamos a comentar las propuestas que se han hecho hasta ahora:

• Alteraciones neurológicas: Se ha planteado la posibilidad de que los pacientes con esta enfermedad padezcan determinadas lesiones en áreas del cerebro como la corteza somato sensorial, lo que podría explicar la percepción distorsionada del propio cuerpo y las sensaciones derivadas de él.

• Factores culturales: La licantropía clínica puede desarrollarse como consecuencia de determinados aspectos culturales propios de otras épocas. Así, en algunas comunidades y tribus era común imitar modelos animales con el fin de emular su fuerza. Esto podría explicar los casos registrados más antiguos de esta curiosa enfermedad mental.

• Conflictos inconscientes: Desde el psicoanálisis se ha planteado que este comportamiento anómalo puede ser una forma de manifestar la agresividad y la ira contenidas en el día a día debido a las normas que dictan cómo debemos comportarnos en sociedad. Así, todos esos sentimientos reprimidos acaban encontrando su salida dando como resultado este trastorno psicopatológico.

Tratamiento de la licantropía clínica

A pesar de ser un trastorno poco conocido e infrecuente, parecen existir algunas alternativas de tratamiento potencialmente útiles para su abordaje. Por un lado, el uso de psicofármacos puede llegar a ser útil en aquellos momentos en los que la sintomatología aparece de manera aguda. Habitualmente, se emplean antipsicóticos que actúan bloqueando la recepción de dopamina, tales como la Olanzapina o la Sulpirida.

En algunos casos, el uso de fármacos se puede complementar con la aplicación de psicoterapia. Esta puede ser útil para manejar los conflictos que este problema mental ha ocasionado en las relaciones del paciente. No obstante, la aplicación de terapia psicológica requiere necesariamente que el individuo se encuentre en un momento de absoluta lucidez para trabajar correctamente.

En cualquier caso, el tratamiento más adecuado en cada caso siempre debe ser pautado por un profesional de salud mental. Además, estos pacientes deben recibir un seguimiento exhaustivo que permita controlar su evolución.

Un caso real de licantropía clínica

Seguramente te estés preguntando si existe algún caso verdaderamente real de esta curiosa enfermedad mental. Lo cierto es que, tal y como venimos comentando, son pocas las personas que han recibido este diagnóstico en la historia. Sin embargo, el caso del gallego Manuel Blanco Rosamanta es sin duda más que conocido debido al impacto social que tuvo en su momento.

Este psicópata criminal español fue autor confeso de trece asesinatos de mujeres y niños durante el siglo XIX, pero no fue ejecutado por haberse reconocido como un paciente con diagnóstico de licantropía clínica. Conocido como el hombre lobo de Allariz, este reconoció las atrocidades cometidas, las cuales recordaba con claridad cuando volvía a su estado mental de ser humano. Durante años, este criminal atravesó los bosques de Galicia hasta que fue arrestado. Sin embargo, los jueces consideraron que realmente era un hombre lobo, por lo que no se le concedió una pena de cárcel.

Afortunadamente, la justicia y el conocimiento acerca de la salud mental han permitido saber un poco más acerca de este curioso problema mental. Aunque aún son pocas las evidencias, es posible que quienes muestran este tipo de comportamientos reciban un tratamiento psiquiátrico para evitar dañarse a sí mismos o a los demás.

La licantropía a lo largo de la historia

Como mencionamos anteriormente, parece que esta enfermedad mental puede tener cierta relación con la cultura popular antigua, en la que los elementos animales cobraban mucha más importancia que en la actualidad. Las leyendas en torno a la figura del hombre lobo se encontraban muy extendidas en las comunidades y tribus de diferentes culturas, por lo que este tipo de comportamientos solían justificarse con explicaciones de tipo místico o espiritual.

Durante la edad media, fueron varias las personas que manifestaron este problema y por ello fueron tachadas de encontrarse poseídas por el demonio. Muchas de ellas fueron encarceladas o asesinadas, asumiendo que eran verdaderamente hombres o mujeres lobo.

Los avances científicos que se han venido produciendo a lo largo de los siglos han permitido dejar a un lado las explicaciones basadas en elementos mitológicos o espirituales. Lejos de hablar de demonios o maldiciones, hoy sabemos que estos fenómenos constituyen problemas de salud mental que requieren un tratamiento específico.

De esta forma, se trata de mantener bajo control a las personas que manifiestan este tipo de síntomas psicóticos, con el objetivo de preservar su seguridad y la de los demás. En lugar de perseguir o asesinar, se procura ayudar a quienes sufren problemas severos de salud mental para que puedan llevar una vida satisfactoria.

Este cambio de mentalidad también ha hecho que menos personas crean estar poseídas o endemoniadas hasta el punto de convertirse en un animal. Por ello, la frecuencia de estos casos se ha reducido muy notablemente en la época contemporánea.