Memoria de trabajo (operativa): ¿qué es y cómo puedo mejorarla?

La memoria de trabajo es el sistema de memoria que mantiene y procesa la información de manera temporal, reteniéndola durante un corto tiempo pero manipulando los datos. Veamos sus bases neurológicas.

Memoria trabajo

La memoria es, sin lugar a dudas, una de las muchas propiedades biológicas que ha permitido que la especie humana se haya convertido en un animal capaz de cosas extraordinarias a cualquier nivel imaginable. Sin esta capacidad de almacenar información en nuestro cerebro, no seríamos nada. Nada de lo que, como civilización, hemos logrado habría sido posible.

El proceso a través el cual la información queda almacenada, en forma de impulsos nerviosos, en las neuronas, a la espera de volver a salir a la luz cuando queramos o cuando haya un detonante que estimule su recuperación, es uno de los mayores misterios de la ciencia. Es fascinante, sí, pero la memoria sigue encerrando muchos secretos.

Pero a pesar de ello, la Neuropsicología ha logrado, a lo largo de los años, definir distintos tipos de memoria en lugar de los procesos neuronales que están involucrados, de las funciones mentales en las que participa y de cómo se trata la información. Y en este contexto, una de las más famosas (e importantes) es la conocida como memoria del trabajo.

Un sistema de memoria que mantiene y procesa la información de manera temporal, siendo así parte vital de nuestra capacidad de realizar los procesos cognitivos más complejos. Y en el artículo de hoy y de la mano tanto de nuestro equipo de psicólogos colaboradores como de las más prestigiosas publicaciones científicas, veremos qué es la memoria de trabajo, cuáles son sus componentes y cómo puede potenciarse. Empecemos.

¿Qué es la memoria de trabajo?

La memoria de trabajo, también conocida como memoria operativa, es aquel sistema de memoria que mantiene y procesa la información de manera temporal para hacer posible el desarrollo de las funciones cognitivas más complejas, como por ejemplo el razonamiento, el lenguaje o la lectura. El almacenamiento de la información es de corta duración, pero permite manipular dicha información.

En este contexto, la memoria de trabajo, a diferencia de la memoria a corto plazo en sí, transforma la información que retiene, construyendo relaciones entre los datos que estamos manejando a nivel cognitivo para integrarlos con la memoria a largo plazo. Este nexo entre memorias a corto y largo plazo hace posible el desarrollo de las tareas cognitivas complejas que nos hacen humanos.

Se trata de un constructo teórico muy vinculado a la Psicología cognitiva y, en esencia, hace referencia al conjunto de procesos y estructuras mentales que participan en el almacenamiento temporal y procesamiento de la información, huyendo de la idea de que la memoria es un “cajón de recuerdos” y definiendo cómo esta es un proceso activo que, a través del procesamiento de la información, hace posible que realicemos acciones cognitivas complejas.

El término fue utilizado por primera vez por Alan Baddeley Graham Hitch en el año 1974 como una forma de describir aquella memoria de corto plazo que las personas usamos para resolver problemas, aprender, hablar, razonar y comprender la información que nos llega de nuestro entorno. El almacenamiento y el procesamiento simultáneo de la información. En esto se basa la memoria de trabajo.

Así pues, esta memoria de trabajo, que parece estar modulada por el córtex frontal dorsolateral, es aquel sistema de memoria activo (la memoria a corto plazo en sí es pasiva) y limitado (no puede almacenar demasiados elementos a la vez) cuyos contenidos están actualizándose constante y permanentemente para que cumplamos con nuestras funciones cognitivas.

En este sentido, la memoria de trabajo es aquella que nos permite retener en la mente los elementos de información que necesitamos para realizar una tarea. Es decir, mantenemos la información mientras estamos ejecutando funciones que requieren de esta información. De ahí que sea “de trabajo” y que tenga un carácter temporal.

Estamos usando nuestra memoria de trabajo día a día. Cuando estamos aprendiendo en la universidad, cuando estamos cocinando, cuando conversamos con alguien, cuando razonamos sobre un debate moral, cuando hacemos cálculos matemáticos mentalmente, cuando tomamos apuntes, cuando recordamos un número de teléfono antes de apuntarlo… Todo aquello que requiere de una retención temporal y de una transformación simultánea de la información está en manos de la memoria de trabajo.

Memoria trabajo qué es

¿Cuáles son los componentes de la memoria de trabajo?

Como hemos dicho, el concepto de “memoria de trabajo” fue introducido por Baddeley y Hitch en la década de los 70. De todos modos, el término se ha ido renovando y actualizando hasta que, ya entrados en el siglo XXI, el propio Baddeley describió los tres componentes que constituían esta memoria de trabajo.

Cabe destacar que estos tres componentes se encuentran integrados en el descrito como Sistema Ejecutivo Central (SEC), un conjunto de procesos cognitivos que supervisan y definen las estrategias para que estos componentes puedan responder de forma sincronizada y efectiva ante los procesos ejecutivos que vayamos a realizar. Este SEC es un mecanismo de control activo. Así pues, estos son los componentes en los que se divide la memoria de trabajo.

1. Bucle fonológico

El bucle fonológico es un elemento de la memoria de trabajo que tiene el objetivo de mantener viva la información de carácter verbal durante un tiempo corto. Es el sistema de memoria que almacena de manera temporal la información con contenido verbal, siendo así pieza clave para el almacenamiento verbal transitorio.

Tras una captación de información de carácter verbal, la retenemos temporalmente mediante el uso del repaso articulatorio (repasar las palabras pero sin emitir voces) para así plasmarla en algún soporte. El más claro ejemplo es cuando estamos tomando apuntes y el profesor va más rápido que nuestra capacidad de escritura, por lo que retenemos sus palabras para poder terminar el escrito.

2. Agenda visoespacial

La agenda visoespacial es un elemento de la memoria de trabajo que tiene el objetivo de mantener viva la información de carácter visual durante un tiempo corto. Este sistema de memoria retiene imágenes de manera transitoria y las manipula para que seamos capaces de usar dichas imágenes para orientarnos en el espacio una vez el estímulo de dicha imagen ha dejado de llegar a través del sentido de la vista.

3. Búfer episódico

El tercer y último componente del SEC (y el último descrito por Baddeley) es el conocido como búfer episódico, un elemento de la memoria de trabajo que funciona como puente entre los dos sistemas anteriores y la memoria a largo plazo. Así pues, es el componente de este tipo de memoria que consigue vincular la memoria a corto plazo con la de largo plazo, almacenando información fonológica y visoespacial y, de manera simultánea, integrándola con la memoria a largo plazo.

Componentes memoria trabajo

¿Cómo se puede potenciar la memoria de trabajo?

La memoria de trabajo es uno de los sistemas de memoria más necesarios en nuestro día a día, al ser un sistema activo que retiene y manipula la información para realizar tareas cognitivas complejas. Y es precisamente por este motivo que mejorarla y potenciarla tendría que ser una de nuestras prioridades a nivel cognitivo.

Ejercitar la memoria de trabajo puede hacernos mejorar en muchos ámbitos de nuestra vida. Y no solo en poder presumir de una buena memoria, sino que tiene un profundo impacto positivo en nuestra vida tanto profesional como personal. Con entrenamiento, todo se puede lograr. Y a pesar de que no exista una estrategia perfectamente limitada y que la genética juega un papel importante, sí que existen consejos para estimular este sistema activo de memoria.

Duerme las horas necesarias, come alimentos buenos para la memoria (el Brain Food es una realidad y los aguacates, sardinas, salmón, espinacas, nueces, aceite de coco, arándanos, chocolate negro, huevos, brócoli y cúrcuma son alimentos que estimulan el desarrollo cognitivo de los sistemas de memoria), huye del estrés (el estrés emocional tiene un profundo impacto negativo en la memoria espacial), desarrolla técnicas para potenciar la memoria (te dejaremos el link a un artículo donde las detallamos), ejercita tu cerebro por la mañana (en este mismo link podrás encontrar una rutina para despertar la mente por la mañana), haz deporte de forma regular, mantén siempre la curiosidad por aprender y crea un entorno agradable cuando vayas a hacer uso de la memoria.

Con todos estos consejos avalados por la ciencia podrás potenciar y mejorar una de las memorias más asombrosas e importantes de la realidad humana. Y es que como hemos visto, la memoria de trabajo, aquella que almacena transitoriamente, manipula y relaciona la información de manera simultánea, es totalmente esencial en nuestra vida.

Los procesos cognitivos complejos como el habla, el razonamiento y la lectura son parte fundamental de nuestras tareas diarias. Y sin un correcto entrenamiento de los sistemas que componen la memoria de trabajo, nos estaremos perdiendo una parte importante de nuestra existencia humana. La memoria es lo que nos hace personas. Y la memoria de trabajo, la que seamos capaces de conectar la captación de información con la memoria a largo plazo para así lograr cosas increíbles. Y tú, ¿vas a potenciarla?

Mejorar memoria trabajo
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