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Asociar enfermedades mentales y perros no es lo más habitual y puede resultar un tanto extraño. Sin embargo, los animales pueden, al igual que las personas, sufrir trastornos emocionales como depresión o ansiedad. Este tipo de problemas en los canes son mucho más habituales de lo que se cree, por lo que resulta fundamental cuidar no sólo su salud física, sino también su bienestar mental.
El perro es el mejor amigo del hombre y es por ello que nuestros peludos nos regalan afecto incondicional y mucha alegría. Sin embargo, ellos también pueden deprimirse, sentirse ansiosos, sufrir fobias o problemas de conducta que interfieren en su vida cotidiana.
Cada perro es único y diferente a los demás, y esto debe ser tenido en cuenta cuando aparecen trastornos psicológicos en nuestro animal. En este sentido, influyen distintos factores, como puede ser la raza, la genética y, muy especialmente, el trato y educación que recibe de sus dueños. Las experiencias y ambientes a los que se exponen los canes desde sus primeros momentos de vida serán de gran importancia para su salud emocional.
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Perros y salud mental: la psicología canina
No cabe duda de que el perro es un animal de carácter marcadamente social, por lo que necesita vivir con sus dueños y relacionarse con sus iguales para estar equilibrado. La familia que incluye a un miembro canino debe saber que, para él, ellos serán algo así como su manada. Cuando el grupo humano en el que el perro se encuentra no es capaz de atender sus necesidades o integrarlo y tratarlo adecuadamente, es cuando pueden aparecer los problemas.
En otras palabras, el comportamiento de los dueños es fundamental para evitar problemas de conducta en el animal, pues es su responsabilidad que esté bien socializado y educado. Concretamente, el período de socialización del cachorro (entre las 3 y las 12 semanas de vida) será de gran relevancia para su salud emocional.
En esta primera etapa el can aprende muchas cosas nuevas y se acostumbra a distintas situaciones nuevas, por lo que es en esta fase cuando se asientan las bases de su bienestar posterior. Habitualmente, los problemas psicológicos en los perros comienzan a hacerse notar en los primeros cuatro meses de vida del animal, aunque en algunos casos estos pueden iniciar en perros que ya son adultos.
Las patologías comportamentales más comunes en los animales son, por lo general, las fobias o miedos, la ansiedad y la depresión. Para abordar estas cuestiones es esencial plantear la educación del peludo de forma adecuada en casa, con mucho amor y paciencia. En ocasiones, para ello puede ser necesaria la ayuda del veterinario o de un experto en comportamiento canino. En este artículo vamos a conocer los distintos trastornos psicológicos que pueden sufrir los perros y sus respectivas características.
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¿Qué enfermedades mentales pueden tener los perros?
A continuación, vamos a comentar las enfermedades mentales más comunes en los canes.
1. Depresión
La depresión es uno de los problemas emocionales más habituales en los perros. Aquellos canes que se sienten deprimidos manifiestan síntomas como apatía, aislamiento, sueño excesivo, alteraciones del apetito, irritabilidad, lamidos compulsivos, cambios comportamentales, cola decaída, falta de emoción ante estímulos, etc.
Las causas de la depresión canina pueden ser muy diversas, al igual que sucede en los humanos. Entre las más habituales se encuentran los malos tratos, los cambios bruscos en su entorno o la muerte de su dueño o de un animal al que se encontraba unido. Es importante actuar de forma precoz cuando se observan señales de depresión en un perro, ya que de lo contrario es posible que su salud se deteriore cada vez más. Al igual que sucede con las personas, los canes pueden llegar a dejar de comer y encontrarse gravemente desnutridos.
2. Fobias
Son muchos los canes que sienten miedos y fobias que dan lugar a desajustes en su conducta. En este caso, las fobias deben ser abordadas de una manera distinta a como se suele hacer en el caso de los humanos. La mayoría de estímulos fóbicos para los perros se deben a que poseen una hipersensibilidad a ellos (por ejemplo, los sonidos estridentes como truenos, gritos o petardos), por lo que la exposición a dichos estímulos es contraproducente para su salud.
Exponerse a estimulación como esta desencadena en los peludos de la casa temblores, intentos de huída, llanto y taquicardia, algo que puede afectar de forma severa a su bienestar. Por este motivo, prevenir este tipo de problemas psicológicos en los perros consiste en evitar totalmente los estímulos generadores de temor para ellos. De lo contrario, pueden aparecer importantes alteraciones en su condición física y mental.
3. Ansiedad por separación
En algunos casos, es posible que los perros puedan desarrollar profundos vínculos de dependencia con sus dueños. A veces, esto puede resultar problemático, pues impide al dueño poder separarse de su animal sin que este sienta elevados niveles de ansiedad. Normalmente, los canes que experimentan este tipo de ansiedad comienzan a ladrar o llorar cuando su dueño se aleja.
También pueden mostrar otro tipo de síntomas, como temblores, vómitos o babeo. Es fundamental identificar cuando esto está ocurriendo, ya que de lo contrario los canes pueden llegar a autolesionarse con el fin de canalizar la ansiedad.
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4. Trastorno Obsesivo Compulsivo
Este trastorno, más conocido por sus siglas TOC, es muy conocido en humanos. Sorprendentemente, los perros no están exentos de sufrirlo y pueden experimentar compulsiones al igual que las personas, aunque por supuesto con matices diferentes. En los canes podemos observar comportamientos como lamerse continuamente, escarbar en distintos lugares o dar vueltas sobre su propia cola.
Si observas alguna de estas señales en tu perro, debes sospechar que pueda estar experimentando TOC. En algunas ocasiones, estas conductas aparentemente extrañas tienen como objetivo lograr la autorregulación ante un estado de ansiedad, algo habitual en canes que han sufrido maltrato, por ejemplo.
Por supuesto, el TOC en animales carece del componente cognitivo tan complejo que existe en las personas, pero esto en absoluto resta valor al problema, pues su sufrimiento es tan real como el de los humanos.
5. Estrés postraumático
Por desgracia, son muchos los animales que sufren experiencias traumáticas en sus vidas. Las personas experimentamos reacciones variadas ante la adversidad, pudiendo salir muy dañadas tras la exposición a escenarios traumáticos. Nuestros perros no son diferentes a nosotros en este sentido, y por ello es posible que el sufrimiento deje huella en ellos, mermando sus capacidades sociales y alterando su conducta. Los perros que han sufrido traumas necesitarán un tratamiento progresivo de reparación, pero sobre todo mucha paciencia y amor por parte de sus dueños.
6. Esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave sobre la que aún no se conoce todo en el caso del ser humano. Aunque su abordaje ha mejorado notablemente con el paso de los años, hay aún muchas incógnitas por despejar. En el caso de los perros, es aún más complejo el abordaje, pues se conoce aún menos sobre esta enfermedad en animales.
Los perros que sufren esquizofrenia pueden autolesionarse con golpes, pelearse con frecuencia con otros perros, ladrar en situaciones inesperadas o mostrar conductas agresivas repentinas e incomprensibles.
¿Qué tengo que hacer como dueño?
Las enfermedades psicológicas son difíciles de tratar. Si tienes alguna sospecha de que tu perro está sufriendo algún trastorno de los que hemos comentado, es recomendable que acudas a tu veterinario para que sea él quien descarte, en primer lugar, cualquier causa orgánica. En caso de que el problema sea estrictamente psicológico, podrá ayudarte un profesional de la etología, es decir, del comportamiento animal.
Además de las pautas específicas que el profesional te proporciona, es importante que puedas seguir unos hábitos adecuados con tu animal. Procura hacer ejercicio regular con él, haz que socialice con otros perros, préstale atención y haz que el entorno donde vive sea lo más agradable posible para él.
Al igual que sucede con las personas, el bienestar de los animales es holístico y depende de la salud física, pero también de la menta. Trata de atender sus necesidades y no olvides que es un ser vivo que siente al igual que tú. Algunas recomendaciones interesantes si eres dueño de un perro y tienes sospechas de que algo no va bien:
- Observa a tu mascota con cuidado. Procura ser objetivo en todo momento.
- Anota los cambios que vayas detectando a medio y largo plazo en tu animal.
- Consulta con tu veterinario o con un etólogo con titulación, si observas que el problema es real y persistente y que va más allá de un momento pasajero.
- No castigues a tu perro por su conducta.
- No utilices collares de castigo ni le encierres en una jaula, ya que se trata de medidas crueles que constituyen un maltrato hacia tu perro.
- No utilices a tu perro por tu propio interés.
- No le obligues a jugar si no quiere.
- Deja que explore por su cuenta.
- Alimenta adecuadamente a tu animal y deja que descanse lo suficiente.
- Bríndale muestras de afecto y estimúlalo.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de problemas psicológicos que pueden darse en los perros. Aunque no es habitual hablar de salud mental en animales, lo cierto es que los canes, al igual que nosotros, pueden sentirse emocionalmente afectados. Los factores ambientales, como la educación y el trato recibido por sus dueños en sus primeros meses de vida, son de gran importancia para que puedan crecer sanos y felices.
