Como bien dicen, somos los que comemos. Y aunque esta parezca la típica afirmación popular que carece de validez científica, lo cierto es que cuanto más progresamos en materia de Nutrición humana y más avanzan nuestros conocimientos sobre el papel de la alimentación en el organismo, más nos damos cuenta de que esta frase es totalmente cierta.
Y es que es a través del consumo de alimentos tanto sólidos como líquidos que obtenemos no solo la energía necesaria para que las más de 30 millones de millones de células que constituyen nuestro cuerpo dispongan del combustible necesario para realizar sus funciones fisiológicas, sino también la materia para regenerar nuestros tejidos y órganos.
Y en este contexto, la nutrición es aquella función vital que nos permite transformar los alimentos en materia y energía aprovechables para nuestras funciones fisiológicas y características morfológicas. Por tanto, los alimentos son, sin lugar a dudas, el pilar de la nutrición humana. Son las sustancias que, con propiedades nutritivas, tras ser asimiladas y procesadas, nos permiten que nuestro cuerpo mantenga sus funciones vitales estables.
Como bien sabemos, no todos los alimentos son iguales. Y gracias a ello disponemos de comidas tan variadas que hacen de la alimentación, uno de los mayores placeres de la vida. Pero, ¿sabemos exactamente cómo se clasifican los alimentos y qué grupos alimenticios existen? Si quieres encontrar la respuesta a esta y muchas otras preguntas, estás en el lugar adecuado. Y es que en el artículo de hoy y, por supuesto, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a analizar las propiedades de los distintos tipos de alimentos.
- Te recomendamos leer: “Los 25 mitos sobre nutrición, desmentidos”
¿Qué es exactamente un alimento?
Un alimento es toda aquella sustancia sólida o líquida que tiene propiedades nutritivas y que, al ser consumida, sirve de apoyo nutricional para un ser vivo. Siendo de origen animal, vegetal o fúngico, los alimentos son sustancias que son ingeridas e introducidas en el sistema digestivo, el cual se encargará de procesar y degradar estos alimentos en los nutrientes más simples contenidos en ellos para asimilarlos y proporcionar a las células del organismo materia y energía para mantenerse vivas y funcionales.
Cada producto alimenticio aporta unos nutrientes específicos, los cuales pueden ser carbohidratos, grasas o proteínas (o una mezcla de varios), así como vitaminas, minerales, agua e incluso sustancias no nutritivas, en el sentido que no pueden ser digeridas pero que, como la fibra vegetal, sí que aporta beneficios a nivel orgánico (en este caso, favorecer el funcionamiento de la digestión ya que estimula la actividad de la flora intestinal).
En este sentido, ya sea procedente de un animal, una planta o un hongo, un alimento es una sustancia orgánica que aporta nutrientes esenciales y que puede ser asimilada y procesada por el sistema digestivo, permitiendo la obtención de materia y energía para los órganos y tejidos del organismo. Y, evidentemente, todo el mundo de la alimentación está ligado no solo al placer sensitivo de comer, sino a todo tipo de aspectos sociales, culturales y de salud psicológica.
Aun así, más allá de esta sobresimplificada definición, la diversidad y variedad dentro de los alimentos es inmensa. De ahí que, siempre teniendo en cuenta que cada alimento es único en lo que a propiedades nutricionales se refiere, haya sido necesario que se realice una clasificación de los mismos en distintos grupos para facilitar su estudio dentro de las ciencias de la Nutrición. Y esto es precisamente lo que vamos a investigar.
- Te recomendamos leer: “Los 12 tipos de nutrientes (características y funciones en el cuerpo)”
¿Qué grupos de alimentos existen?
Como decimos, dento de la enorme diversidad de productos alimenticios, ha sido absolutamente necesario, en el contexto del estudio de la Nutrición Humana, clasificar los alimentos en diversas familias. Y esto lo hemos hecho de acuerdo a diferentes parámetros: su función en el organismo, su complejidad, los alimentos que predominan en ellos y su origen. Analicemos, pues, las clases de alimentos según todos estos parámetros.
1. Alimentos energéticos
En lo que a función se refiere, los alimentos pueden ser energéticos, constructores o reguladores. Los alimentos energéticos son aquellos cuyo consumo nos aporta principalmente energía, al tener en su composición mayoritariamente hidratos de carbono o grasas, los nutrientes que aportan el combustible para nuestras células.

2. Alimentos constructores
Los alimentos constructores o plásticos son aquellos que no tienen como principal función aportar energía, sino que nos aportan la materia que el cuerpo necesita para renovarse. Así pues, son alimentos ricos en proteínas y en minerales.
3. Alimentos reguladores
Los alimentos reguladores son aquellos que no aportan energía ni materia, pero sí que son fuente de sustancias cuyo consumo permite disponer de los elementos que modulan el metabolismo del organismo y que ejercen funciones fisiológicas que nos mantienen estables. Así pues, hablamos de vitaminas y de minerales.
4. Alimentos simples
Los alimentos simples son aquellos que, en su composición, solo cuentan con un tipo de nutriente. Es algo poco habitual, pues la mayoría son complejos, pero podríamos incluir aquí la sal (que solo aporta minerales) y, si la llegamos a considerar un alimento, el agua.
5. Alimentos complejos
Los alimentos complejos son los mayoritarios y son aquellos que están constituidos por varios tipos de nutrientes distintos. Por ejemplo, las frutas aportan no solo hidratos de carbono en forma de azúcares, sino que también son fuente de vitaminas y sales minerales. O la carne roja, que aporta tanto proteínas como grasas de origen animal.

6. Alimentos de grupo I
En función de los nutrientes que aportan, se ha desarrollado la conocida como “rueda de los alimentos”, que distingue siete grupos principales de alimentos. Los alimentos de grupo 1 incluyen la leche y los derivados lácteos. Ricos principalmente en proteínas, se trata de alimentos constructores. Tienen también función energética que depende de la cantidad de grasa que incorporen.
7. Alimentos de grupo II
Los alimentos de grupo 2 incluyen carne, pescado y huevo. Siguen teniendo función constructora y es el grupo alimenticio que incorpora las proteínas de mayor poder biológico, además de minerales como el hierro y vitaminas del grupo B, las cuales son esenciales por su función reguladora. La carne blanca es más saludable que la roja ya que cuenta con menos grasa y el pescado es especialmente sano por su aporte de omega-3.
- Te recomendamos leer: “Las 7 diferencias entre carne roja y carne blanca (explicadas)”
8. Alimentos de grupo III
Los alimentos del grupo 3 incluyen patatas, legumbres y frutos secos. Debido a su alto contenido en carbohidratos (y de grasas, en caso de los frutos secos), se trata de alimentos con función principalmente energética, aunque, por su aporte de vitaminas y proteínas de origen vegetal, también son importantes en la función constructora.
9. Alimentos de grupo IV
Los alimentos del grupo 4 incluyen verduras y hortalizas. Prácticamente no aportan hidratos de carbono, grasas o proteínas, por lo que no tienen función constructora ni energética. Pero, eso sí, son una fantástica fuente de vitaminas y minerales, por lo que su función es principalmente reguladora. Al mismo tiempo muchas aportan fibra, un hidrato de carbono que estimula la digestión pero que no se digiere, por lo que no aporta calorías.
10. Alimentos de grupo V
Los alimentos del grupo 5 incluyen las frutas. Su función reguladora es similar a los del grupo anterior, pues son una fantástica fuente de vitaminas. Pero, en este caso, por su contenido en hidratos de carbono (en forma de azúcares), también habría que añadir una importante función energética. Aportan carbohidratos en forma de fructosa, glucosa y sacarosa, pero su aporte calórico es bajo en comparación con otros grupos donde predominan estos hidratos de carbono.

11. Alimentos de grupo VI
Los alimentos del grupo 6 incluyen los cereales, el azúcar y los dulces. Su composición se reduce básicamente a hidratos de carbono, por lo que son alimentos calóricos con una muy importante función energética.
Los que deberíamos priorizar son los que aportan hidratos de carbono complejos (aquellos que dan energía poco a poco pero durante un tiempo largo), como el pan, la pasta, el arroz, los cereales, la avena, etc. Los que aportan hidratos de carbono simples (dan energía muy rápido pero durante poco tiempo), como los dulces, las galletas, la bollería, la mermelada, el azúcar, la harina, etc, pueden consumirse, pero con moderación. Los hidratos de carbono complejos deben ser el pilar de nuestra dieta y los simples deberían representar menos del 10% del aporte calórico diario.
- Te recomendamos leer: “Los 7 tipos de carbohidratos (características y propiedades)”
12. Alimentos de grupo VII
Terminamos “la rueda de los alimentos” con los alimentos del grupo 7, donde se incluyen las grasas, el aceite y la mantequilla. Tienen una función principalmente energética, aunque también, en caso de las grasas saludables, función reguladora. Es importante que la dieta sea rica en grasas insaturadas (pescado azul, aguacate, aceite de oliva, maíz, huevos, legumbres…), pobre en grasas saturadas (carne roja, mantequilla, nata, leche entera, helados…) y lo más restringida posible en grasas trans (ultraprocesados, bollería industrial, galletas, patatas fritas de bolsa…). Las grasas no son malas. Son esenciales. Pero hay que consumir las saludables.
- Para saber más: “Los 3 tipos de grasas (insaturadas, saturadas y trans)”
13. Alimentos de origen animal
Terminamos con el último parámetro, aquel que clasifica los alimentos según su origen. Los alimentos de origen animal son todos aquellos productos que proceden de un ser vivo del reino animal, algo que incluye aquellos que se obtienen de sus partes anatómicas (como la carne o el pescado) y aquellos que, sin consumo de partes morfológicas, sí que son obtenidos de alguna parte de su ciclo de vida (leche, huevos, miel, etc).
- Te recomendamos leer: “23 alimentos de origen animal (y sus propiedades)”
14. Alimentos de origen vegetal
Los alimentos de origen vegetal son todos aquellos productos que crecen directamente de la tierra. Se trata de alimentos que consisten en el consumo de partes morfológicas de organismos del reino de las plantas. Aquí se incluyen frutas, verduras, hortalizas, frutos secos y, en definitiva, todo aquel alimento que no proceda de un animal.
- Te recomendamos leer: “23 alimentos de origen vegetal (y sus propiedades)”
15. Alimentos de origen fúngico
Y terminamos con los alimentos de origen fúngico, que consisten en todos aquellos productos destinados al consumo humano que no proceden ni de un animal ni de una planta, sino del reino de los hongos. Son alimentos que se basan en el consumo de las partes morfológicas de los hongos pluricelulares del filo fúngico de los basidiomicetos. En otras palabras: las setas. Un grupo de hongos con más de 25.000 especies dentro del cual hay organismos aptos para el consumo humano. De hecho, hay más de 1.000 especies de setas comestibles y algunas de ellas, como la trufa blanca, se encuentran entre los alimentos más caros y exclusivos del mundo.
- Te recomendamos leer: “Los 30 tipos de setas (comestibles, tóxicas y psicoactivas)”
