Los 15 tipos de amor (y sus características)

Todos hemos sentido “mariposas en el estómago alguna vez”. Y es que como bien dicen, el amor es una de las fuerzas más poderosas del mundo. Con una clara finalidad biológica de asegurar la supervivencia de la especie, el enamoramiento es un proceso increíblemente complejo a nivel fisiológico y psicológico, siendo así un concepto muy difícil de definir.

Y es que dar respuesta a la pregunta de qué es el amor es más complicado de lo que a primera vista puede parecer. Y es que puede tomar muchos significados distintos dependiendo no solo del enfoque que tomes, sino de a quién se lo preguntes.

Así, podemos entenderlo tanto como una conexión espiritual con una persona de la que estamos enamorados como del conjunto de reacciones bioquímicas, metabólicas y fisiológicas que nos hace experimentar atracción hacia una persona y que se fundamenta en el deseo de intimidad, pasión y compromiso. Pero nosotros no hemos venido a discutir de la definición del amor.

Lo que nos interesa en el artículo de hoy es indagar en cómo la Psicología ha diferenciado distintas clases de amor en función de cómo se manifiesta y de en qué se fundamentan las relaciones de pareja basadas en el enamoramiento. Y, como siempre, lo haremos de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas. Vamos allá.

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¿Qué es el amor y por qué nos enamoramos?

El amor es un sentimiento basado en la atracción íntima, sexual y emocional hacia una persona con la que queremos compartir un proyecto de vida, siendo así un afecto muy fuerte que nos inclina a desearle todo lo bueno a la persona a la que queremos y de la que estamos enamorados. Y en esta línea, es importante hablar del enamoramiento.

Enamorarse consiste en experimentar unas sensaciones de bienestar estimuladas por los cambios fisiológicos que despiertan en nosotros unas hormonas (endorfinas, oxitocinas, dopamina, fenilalanina…) cuya síntesis y liberación viene dada por la presencia de una persona que actúa como desencadenante de dicha situación. Pero, de nuevo, esto es demasiado frío. Casi que es mejor lo de las “mariposas en el estómago”.

Y es que a nivel biológico, la existencia del amor puede entenderse como una estrategia evolutiva para garantizar que los genes lleguen a nuevas generaciones, al ser una forma de hacernos sentir una atracción sexual (y emocional) hacia una persona que, en esencia, puede ser una buena pareja reproductiva. Y es que el amor lleva al sexo y el sexo, a la supervivencia de la especie.

Toda esta enorme complejidad ha hecho que, a lo largo de la historia, muchos psicólogos se hayan interesado por las bases emocionales del amor y se hayan descrito, por ejemplo, los 5 lenguajes del amor a través de la obra de Gary Chapman en 1992. Y, por supuesto, también se han descrito distintas clases de amor. Y es precisamente en esto en lo que nos vamos a centrar en las próximas líneas.

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¿Qué clases de amor existen?

Como hemos visto, definir exactamente qué es el amor es muy complicado, pues se trata de uno de los sentimientos humanos más complejos a nivel tanto fisiológico como psicológico. Aun así, en función de cómo se manifiesta, de cómo se desarrolla el proceso de enamoramiento y de cómo nos relacionamos con la persona a la que queremos, sí que podemos diferenciar distintos tipos de amor. Veámoslos.

1. Amor romántico

El amor romántico es una construcción social donde se rodea al amor de unas concepciones irreales, idealizándolo y dándole un componente mágico. Así, es aquel fundamentado en seguir unos patrones de conducta en este amor basados más en lo que hemos visto en las grandes obras de la literatura que en lo que es un amor real. Son muchos los mitos acerca del amor romántico que pueden llevar a que la relación pase a ser algo destructivo, pues a menudo estos cánones estimulan la dependencia emocional y el control sobre la pareja.

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2. Amor cariñoso

El amor cariñoso es aquel en el que el pilar fundamental es la intimidad y no tanto el deseo o el compromiso, los otros dos pilares típicos del amor. Así, el enamoramiento se basa principalmente en el deseo de recibir cariño de la otra persona, viendo la relación como un espacio de intimidad y de contacto tanto físico como emocional. No significa que no exista el deseo sexual ni el compromiso, solo que el pilar de la relación amorosa es la búsqueda de cariño y de intimidad.

3. Amor sociable

El amor sociable es aquel en el que los pilares fundamentales de la relación amorosa son la intimidad y el compromiso y no tanto el deseo. También conocido como amor de compañía, en estas relaciones quizás falta algo de pasión (normal después de varios años de relación), pero permanece el deseo de cariño y de llevar un proyecto de vida en común.

4. Amor fatuo

El amor fatuo es aquel que, siendo conocido también como amor loco, es aquel en el que los pilares fundamentales de la relación amorosa son el deseo y el compromiso pero no tanto la intimidad. Así pues, no existe una necesidad de cariño, pero sí permanece el deseo sexual y la voluntad de tener un proyecto de vida en común. Por tanto, no hay una conexión tan íntima, estando así relacionado con parejas donde los miembros desarrollan inseguridades y dependencia emocional.

5. Amor encaprichado

El amor encaprichado es aquel en el que el pilar fundamental de la relación es el deseo y la pasión, pero no la intimidad ni el compromiso. Por tanto, ni existe una conexión íntima ni la voluntad de tener un proyecto de vida en común. Todo se fundamenta en la atracción sexual y el deseo carnal. Es lo que conocemos tradicionalmente como un amor más pasional que, si no se fomentan los otros pilares, termina por diluirse.

6. Amor consumado

El amor consumado es aquel en el que existen los tres pilares fundamentales: deseo, intimidad y compromiso. Es el que todos anhelamos vivir, pues permite gozar de un profundo deseo sexual con la pareja, de conexión íntima y de la voluntad de un proyecto de vida en común. Aun así, debemos tener claro que más que de un tipo de amor, se trata de una fase, pues con el tiempo y cuando las parejas maduran, el componente de la pasión inevitablemente se diluye.

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7. Amor vacío

El amor vacío es aquel en el que el pilar fundamental de la relación amorosa es únicamente el compromiso. Por tanto, no queda ni pasión sexual ni conexión íntima, simplemente la voluntad de mantener un proyecto de vida en común. Al ser el más frío, pues está asociado a la objetividad y la necesidad de seguir juntos para hacer frente a la logística del hogar, es el que conocemos como “vacío”.

8. Amor tóxico

Un amor tóxico es aquel en el que la relación amorosa, por el motivo que sea, ve cómo los pilares fundamentales se derrumban por la aparición de comportamientos dañinos y patológicos por parte de uno o ambos miembros de la pareja. Así, se crea un clima de toxicidad que, mezclado con la dependencia emocional, suele derivar en el continuo y profundo malestar emocional en la relación.

9. Amor posesivo

El amor posesivo es aquel que, siendo realmente una vertiente dentro del amor tóxico, se basa en concebir el amor como una posesión. Esto, evidentemente, se trata de un grave error. Querer no es poseer. Y ver a nuestra pareja como un objeto (algo que se desprende de los mitos del amor romántico) que es de nuestra propiedad no significa que la queramos más. Todo lo contrario. El amor posesivo termina derivando en conductas tóxicas siempre.

10. Amor racional

El amor racional es aquel que, teniendo al compromiso como pilar fundamental de la relación, se sigue luchando para mantener la conexión íntima intacta y para no perder el deseo y la pasión. Así, a diferencia del vacío, pese a también estar fundamentado en la racionalidad de mantener un proyecto de vida en común, se intentan preservar los otros dos pilares.

11. Amor familiar

Evidentemente, no solo sentimos amor hacia una pareja amorosa. También queremos a nuestra familia. Y el amor familiar es precisamente aquel que experimentamos hacia los miembros de la familia y que, pese a que sea distinto y no existan los tres pilares de los que tanto hemos hablado, es igual o más fuerte que el amor ligado al enamoramiento.

12. Amor de amigos

Siguiendo en la misma línea, también podemos experimentar amor hacia nuestros amigos. Un amor que, si bien es muy distinto al que sentimos por una pareja, puede ser muy fuerte, con el añadido de que generalmente las amistades a las que queremos duran toda la vida. Como bien dicen, las parejas vienen y van, pero la familia y los amigos siempre están ahí.

13. Amor compasivo

El amor compasivo es aquel que podemos sentir hacia personas que no conocemos pero que despiertan en nosotros sentimientos de compasión, actuando de forma desinteresada y mostrando bondad hacia personas desconocidas.

14. Amor momentáneo

El amor momentáneo hace referencia a esas situaciones en las que, de repente, sentimos un flechazo por alguien. Ese chispazo que nos hace fantasear con una vida con alguien a quien apenas conocemos y que estamos viendo, por ejemplo, en el autobús. Pero, generalmente, como no la volvemos a ver nunca y ni siquiera llegamos a saber su nombre, se diluye rápidamente.

15. Amor propio

Y terminamos con un tipo especial de amor del que no se habla demasiado pero que es tremendamente importante. El amor propio. Es decir, quererse a uno mismo. Eres la única persona con la que sabes a ciencia cierta que vas a convivir para siempre, así que antes de preocuparte en construir relaciones amorosas, debes centrarte en valorarte, desarrollar tu autoestima y, en definitiva, quererte como te mereces.